Alguien, alguien y otros
Publicado: Sab, 28 Mar 2015 22:43
`
Ayer lunes
alguien fue arrollado
por un convoy de estadísticas
y desarraigos
camino de la oficina.
Ese alguien que busca a Dios
cada mañana
entre los posos mágicos del café
y las páginas de un periódico
de centro arriba
centro abajo
(y nunca llega a la mitad)
en cualquier destello de calor/color
(y a veces lo intuye)
Un alguien que viaja cada día
por una urbe mecánica
desactivando sombras,
hiperventilando brillos y humos
que ulceran
o se deshacen
en la memoria instantánea y selectiva
de su disco duro
a golpe de rutinarios cortocircuitos
y vapores R.E.M.
alguien que acaricia alternativas fugaces
con el horizonte gris de sus dedos,
que ríe, calla y muere en mayúsculas,
que vive y llora en el sótano florido
de alguna montaña de cristal opaco.
Ese alguien que muda de alma
injustificada y aleatoriamente
en turnos de ocho a mil horas
y muy rara vez la despliega
sobre sus labios
(por aquello de la estética post-romántica
y el flato racional)
Ayer lunes
alguien sangró en azul,
meó mil resacas fértiles,
sudó olas gigantes,
caracolas parlantes y erizos
hasta edificar un mar dudoso
pero hermoso y paliativo
a su alrededor.
Hoy martes
otros alguien van y vienen
esquivándose
y atravesándose
en esta época del año
cuando ya empiezan a parpadear
sin criterio ni control
las estrellas y los neones,
a repicar el cartílago
y a diluirse las conciencias
Cuando parece que ya no quedan esperanzas,
voces,
ni motivos de repuesto
para prender ningún arco iris
que justifique algún mañana diferente,
especial,
o cualitativamente mejor...
Pero hoy martes, al Sur,
otro Alguien ha roto la semana,
ha hecho temblar las conexiones del aire
en este hirsuto abril.
Este Alguien ha resuelto
resucitar del espejo,
desprogramar su pulso,
cambiarse de piel;
tatuarse:
Avión
África
amor
Solidaridad.
Ha dilatado la mirada
Un cielo lejano y tóxico
le ha llovido ácido
Ha herido sus ojos,
y de repente ha vuelto a ver.
... De otros:
almas y nombres
rodaron semana abajo
en su ciudad de arena
y polietileno,
hasta desaparecer
por el Retrete
más confortable
y reluciente
de toda la humanidad.
___________
Ayer lunes
alguien fue arrollado
por un convoy de estadísticas
y desarraigos
camino de la oficina.
Ese alguien que busca a Dios
cada mañana
entre los posos mágicos del café
y las páginas de un periódico
de centro arriba
centro abajo
(y nunca llega a la mitad)
en cualquier destello de calor/color
(y a veces lo intuye)
Un alguien que viaja cada día
por una urbe mecánica
desactivando sombras,
hiperventilando brillos y humos
que ulceran
o se deshacen
en la memoria instantánea y selectiva
de su disco duro
a golpe de rutinarios cortocircuitos
y vapores R.E.M.
alguien que acaricia alternativas fugaces
con el horizonte gris de sus dedos,
que ríe, calla y muere en mayúsculas,
que vive y llora en el sótano florido
de alguna montaña de cristal opaco.
Ese alguien que muda de alma
injustificada y aleatoriamente
en turnos de ocho a mil horas
y muy rara vez la despliega
sobre sus labios
(por aquello de la estética post-romántica
y el flato racional)
Ayer lunes
alguien sangró en azul,
meó mil resacas fértiles,
sudó olas gigantes,
caracolas parlantes y erizos
hasta edificar un mar dudoso
pero hermoso y paliativo
a su alrededor.
Hoy martes
otros alguien van y vienen
esquivándose
y atravesándose
en esta época del año
cuando ya empiezan a parpadear
sin criterio ni control
las estrellas y los neones,
a repicar el cartílago
y a diluirse las conciencias
Cuando parece que ya no quedan esperanzas,
voces,
ni motivos de repuesto
para prender ningún arco iris
que justifique algún mañana diferente,
especial,
o cualitativamente mejor...
Pero hoy martes, al Sur,
otro Alguien ha roto la semana,
ha hecho temblar las conexiones del aire
en este hirsuto abril.
Este Alguien ha resuelto
resucitar del espejo,
desprogramar su pulso,
cambiarse de piel;
tatuarse:
Avión
África
amor
Solidaridad.
Ha dilatado la mirada
Un cielo lejano y tóxico
le ha llovido ácido
Ha herido sus ojos,
y de repente ha vuelto a ver.
... De otros:
almas y nombres
rodaron semana abajo
en su ciudad de arena
y polietileno,
hasta desaparecer
por el Retrete
más confortable
y reluciente
de toda la humanidad.
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