No puedo prometerte
Publicado: Vie, 27 Mar 2015 0:41
No puedo decirte que no hay veces
que he soñado otros cuerpos,
otras derivas sin voz
que arrastraron las palabras más allá de esas hojas
olvidadas en las huellas de un otoño,
otros labios confín de la sonrisa
encerrada en el desván de la mañana,
que fue el mar de tus párpados
el único que naufragó en mis ansias
la constelación de un sueño
o tu silueta abrupta el único motivo
por el que no existen en mi erosión perpetua
plataformas de un vuelo sin memoria.
No puedo eternizar en ningún libro
el camino o la brecha,
el recuerdo indemne de todas las auroras
en la cuenca, murmullo, de tus manos,
no hay promesas sin poros donde no aceche
la caricia de un viento incomprendido,
no blancura pintada por un solo granizo
ni humedad tardía
donde no crezcan las rosas transparentes.
No puedo jurarte ninguna madrugada
donde no brille más luz que ese cometa
con que un día nos cosimos las cinturas,
ni una nube con la forma de tus ojos
que me persiga siempre
a pesar de las brújulas del alma.
Solo puedo decirte que te quiero
aquí, ahora,
como se alcanza una cima que no te pertenece
y pedirte perdón
por guardarme algún latido
para cuando te vayas.
que he soñado otros cuerpos,
otras derivas sin voz
que arrastraron las palabras más allá de esas hojas
olvidadas en las huellas de un otoño,
otros labios confín de la sonrisa
encerrada en el desván de la mañana,
que fue el mar de tus párpados
el único que naufragó en mis ansias
la constelación de un sueño
o tu silueta abrupta el único motivo
por el que no existen en mi erosión perpetua
plataformas de un vuelo sin memoria.
No puedo eternizar en ningún libro
el camino o la brecha,
el recuerdo indemne de todas las auroras
en la cuenca, murmullo, de tus manos,
no hay promesas sin poros donde no aceche
la caricia de un viento incomprendido,
no blancura pintada por un solo granizo
ni humedad tardía
donde no crezcan las rosas transparentes.
No puedo jurarte ninguna madrugada
donde no brille más luz que ese cometa
con que un día nos cosimos las cinturas,
ni una nube con la forma de tus ojos
que me persiga siempre
a pesar de las brújulas del alma.
Solo puedo decirte que te quiero
aquí, ahora,
como se alcanza una cima que no te pertenece
y pedirte perdón
por guardarme algún latido
para cuando te vayas.