Editorial Alaire

Para ti Ana, este día que no es especial
no hay forma posible de sustraer
mi cuerpo a tu empuje
				tu noche
con sus alas menudas 
sobre las que anida el deseo
el verbo la mirada y algunas manos
que todavía fabrican calles
en esta ciudad que habito

porque ellas, tus carnes Ana,
son rito 
y resina de quemadura

déjame en alguno de sus costados
solo
un momento
con la perspectiva del mendigo
que busca limosna en tus besos
y nutre el saliente de mi luz
con el consuelo de tu sombra

déjame allí
como si estuviera toda una vida muerto
loco por vivir la ausencia
de aquello que no fuera hambre
púa
    sustento de cicatrices

déjame comer 
las significantes monedas
que le sobran al culo de tus vaqueros
-me dijeron un día
que siempre se acaba todo
aquello que está en la mesa-

llegar contento a casa 
			 y soñar 
que mañana
es un parpadeo náufrago 
		 e incontinente 
de aquello que le falta a mis rimas
en este preciso día

emPerro

F. Enrique escribió: Has armado un poema de amor, Armilo, que va desde las formas que hoy en día ya consideramos clásicas al desparpajo más moderno, he disfrutado de tus versos, de la facilidad con la que se mueven y llegan a quienes los lee.

Un abrazo.

curra anguiano escribió:Estoy con Enrique resalta su rebeldía ... y desparpajo

me ha gustado

Curra

Hallie Hernández Alfaro escribió:Un hermoso y amantísimo poema, Armilo.

Enhorabuena y aplausos. Gracias por compartir.

Tigana Nelson escribió:Gracias por este regalo en un día que no es especial, para nada. Así son los buenos regalos, los que una no se espera.
Un poema-entrada en una ciudad donde las calles van perdiendo su nombre y se van llenando de palabras, una ciudad que estaba desierta y ahora, hoy día, se han llenado de cuentos.
Es un poema de contrastes: muertos, vivos, hambre, mendigos. A veces lleno de color y otras duro, con la certeza de las cicatrices que nos nutren. De ahí sacamos los poemas: de una vida intensa, una vida que a veces parece que se corresponde a varias. Intensos y amorosos versos.
Déjame que te muestre mi ciudad, en justa correspondencia:
CIUDAD FANTASMA

Has entrado en la ciudad
donde las calles
van perdiendo su nombre,
donde la guerra
ha dejado trincheras,
en la que el tiempo calla
y oculta los momentos tras escudos
de sonrisas, de palabras
que van borrando los nombres.

Supuestos nombres de héroes
que aportaron algo en contrastes
que dejaron su leve huella en mi calle
donde son cenizas, ahora,
de una ciudad muerta.

Una ciudad fantasma
donde sólo hay almas, vagando,
que en su día fueron protagonistas
de una historia
no zanjada, donde mi calle
ha perdido su nombre,

Has entrado en mi ciudad
donde tu nombre ha perdido su calle.


Gracias por este poema, déjame que me lo lleve puesto.
Besazo.

Arale Norimaki escribió:Enhorabuena por tu poema. Este foro está lleno de grandes composiciones y la tuya lo es, sin duda.

María José Honguero Lucas escribió:algunas manos
que todavía fabrican calles
en esta ciudad que habito


Todo el poema me parece excepcional, poco más puedo decir, ha sido un gustazo recorrerlo.
Un abrazo