Editorial Alaire

Cuántos versos se suicidan en el último pensamiento
y rompen el cordón umbilical sujeto a las musas.
Desaniman las islas invadidas de pájaros sin vuelo,
la distancia que mide el afecto.
Pero una sola paloma, si se acerca al rincón de la soledad,
puede rehacer las alas que hirió el silencio.

¿Dónde se guardan los adioses sin palabras?

Las manos extendidas y abiertas
se enfrían
ante el buzón vacío,
y la espera se hace cansancio
cuando no hay señal de corazones idos.

No es fácil andar sobre otras tierras
aunque no reclames las bayas de los bosques
que a otros pertenecen.

Quieres decir adiós
pero guardas la mesa puesta,
con el pan envuelto en guiños del alma,
por si regresa la luz a lamer
las migas de las sillas desnudas.

Honda reflexión nos traes, Pilar, ¿a dónde fueron los poemas que no se escribieron y nadie escuchó y huyeron de la memoria con las mismas palabras que no volverán a unirse de la misma forma? Pero tu carácter amable nos propone un lugar para la esperanza, un rincón en el que vuelve a aparecer la luz.

Un abrazo.

Quieres decir adiós
pero guardas la mesa puesta,
con el pan envuelto en guiños del alma,
por si regresa la luz a lamer
las sillas desnudas.

Un poema intenso y profundo, adornado de una bella simbología.
Me gustó mucho, Pilar.
Un abrazo fuerte.

Pocas cosas hay más poéticas que el silencio y el adiós, pues la vida es un continuo despedirse sin palabras, y la poesía, a su manera, también lo es.

Me ha gustado la reflexión que propones. Un abrazo, Pilar.

Pilar, me ha gustado mucho el poema y el final es magnífico, un placer amiga y un abrazo.

Me parece un gran poema. Felicidades y un beso.

Pilar Morte escribió:Cuántos versos se suicidan en el último pensamiento
y rompen el cordón umbilical sujeto a las musas.
Desaniman las islas invadidas de pájaros sin vuelo,
la distancia que mide el afecto.
Pero una sola paloma, si se acerca al rincón de la soledad,
puede rehacer las alas que hirió el silencio.

¿Dónde se guardan los adioses sin palabras?

Las manos extendidas y abiertas
se enfrían
ante el buzón vacío,
y la espera se hace cansancio
cuando no hay señal de corazones idos.

No es fácil andar sobre otras tierras
aunque no reclames las bayas de los bosques
que a otros pertenecen.

Quieres decir adiós
pero guardas la mesa puesta,
con el pan envuelto en guiños del alma,
por si regresa la luz a lamer
las migas de las sillas desnudas.

Profundo y reflexivo... este bello poema. Mi más sincera felicitación.
Un beso.
BEGOÑA.

Las manos extendidas y abiertas
se enfrían
ante el buzón vacío,
y la espera se hace cansancio
cuando no hay señal de corazones idos.


que hermoso y triste
gracias

Quieres decir adiós
pero guardas la mesa puesta,
con el pan envuelto en guiños del alma,
por si regresa la luz a lamer
las migas de las sillas desnudas.

Me ha calado tu poema, su hondura, su belleza, y qué preciosidad estos últimos versos, Pilar. Mi felicitación sincera, amiga. Un beso.

Una preciosidad, Pilar. Un poema profundo y delicado. Un placer.

Un abrazo.

Qué preciosidad Pilar.
Un abrazo

F. Enrique escribió: Honda reflexión nos traes, Pilar, ¿a dónde fueron los poemas que no se escribieron y nadie escuchó y huyeron de la memoria con las mismas palabras que no volverán a unirse de la misma forma? Pero tu carácter amable nos propone un lugar para la esperanza, un rincón en el que vuelve a aparecer la luz.

Un abrazo.

Gracias, querido amigo, por tu compañía y palabra
Besos
Pilar

Miguel Ángel Martínez Góm escribió:

Quieres decir adiós
pero guardas la mesa puesta,
con el pan envuelto en guiños del alma,
por si regresa la luz a lamer
las sillas desnudas.

Un poema intenso y profundo, adornado de una bella simbología.
Me gustó mucho, Pilar.
Un abrazo fuerte.

Gracias, querido amigo, por venir y dejar tu generoso comentario
Besos
Pilar

Preciosa melancolía, un trabajo inquietante, de plenitudes escondidas, amaneciendo reflexivas en tus versos que arropan. Formidable arte.

Abrazo de luz


RJL

Justos y precisos los versos con un final de aplauso.
Abrazos y un beso, querida poeta