Reto a Pelo II: Dad una oportunidad a la paz

[Armilo Brotón]

TEMA: ¡ESTOS ANIMALES!

La conocí junto a sus amigas en un festival de Woodstock. Jimi Hendrix atacaba "Machine Gun", su cuerpo se desgañitaba al ritmo de la guitarra, yo gritaba “Give peace a change”, tragos a la botella de bourbon, un peta de maría hizo el resto. Aquello era un desmadre, una locura.

Lo que más unió al grupo a partir de entonces era la pasión por los excrementos: tabernas y lupanares, museos, libros de poemas. Ellas se encargan de limpiarlo todo, de consumir y eliminar cadáveres que hacen pesada nuestra existencia. Mis amigos y yo disfrutábamos del espectáculo, sus cuerpo de góticas adelantadas, era la transustanciación en carne de mosca de cualquier residuo humano independientemente de su belleza y valor.
Muchos sabían, no sin cierta repugnancia, de mi querencia por esos dípteros. Tuve varias en adopción, estuve feliz con ellas un tiempo. Pero mejor os cuento.

Karol, era la más enamoradiza de todas. Al momento de conocernos me pidió salir y entre la confusión, la música y las copas le dije que sí (entendiendo que no soy un tipo fiel, ni del todo decente, pero me pareció bella su mirada en aquel momento). Y desde que la tuve a mi lado contemplé la vida de otra forma, a través de sus mil ojos fui capaz de captar los diversos matices que encierra este mundo. Ser más comprensivo. En el tema sexual tampoco nos fue mal. Se paseaba golosa por mi frenillo y su incansable lengua generó en mi tronco delicias difíciles de rememorar en estas pulcras líneas.

Pero la vida no deja de ser cruel; la felicidad es un camino, no un estado. Ella por naturaleza tenía una esperanza de vida mucho más pequeña que la mía, incluso castigada por el alcohol, la falta de sueño y las malas comidas. Murió. Y ya no quise ninguna mosca que pudiera recordarme a ella.

Las últimas horas en el exilio me resultaron duras, muy duras. Pero a pesar de mi dolor era más potente la necesidad de compartir sábana y macarrón. Fue cuando decidí adoptar otra mascota. Quería una hembra más duradera, fuerte. El ser vivo más resistente del planeta que pudiera llevar, si algo le pasara al mundo, algunos versos para que fueran ser recitados en mi antro preferido, D´Pelufos, junto a las coplas de José Alfredo. Los versos que dediqué a Ana, la única humana a la que he amado.

Después de darle muchas vueltas al asunto, entre las varias especies de compañía me decidí por una cucaracha que conocí en el prostíbulo de la esquina. Yo que no tomo nunca las cosas del amor a la ligera, antes las estuve observando cómo pululaban por mi cocina y comían de mis platos, con los mismos antojos que yo. Sumamente curiosas e impertinentes si me descuidaba hasta se bebían mi vino.

Así fue como conocí a Margot. Estaba ya enseñada -cuando se es viejo no queda tiempo para lecciones de moral-. Al principio noté cierta frialdad de su parte, una mirada consecuente, perdida en la maraña de nuestras ganas. Posiblemente estábamos cansados esa noche de ver tanta tragedia a nuestro alrededor –era cuando la masacre de Atocha- de que los arrabales confundieran nuestro aroma animal con el sudor que emanan los burdeles. Ella a pesar de todo olía muy bien. Viajera incansable de la noche rompí a quererla cuando descubrí su tendencia al whisky de malta.

A Margot, se le embroca un ser tierno y buen consejero. Cambié sus pilchas de percal por un tapao de nazarena en Sevilla. Es la amiga loca e imaginativa que siempre añoré. La amante dispuesta a ir de puro curda con su sueño y todo. La que piensa que cualquier momento es una buena ocasión para hacer un oasis en la duna más recalcitrante. Esa es mi chica y con ella vivo en paz.

Armilo Brotón
La Corporación

[Tigana Nelson]

Has tocado el realismo sucio de la noche con todo su esplendor. Los petas, la música, el grupo une, aunque esa amistad noctámbula sea otra careta más en la vida, es más real que el día a día.
Y metes a Kafka en tus laberintos nocturnos. ¡Bien! Realismo mágico y sucio a la vez. ¡Órdago a la grande!
Cómo bien dices, hay que tener mil ojos para captar los matices de nuestra existencia. Muy buena esa frase.
Es un cuento de transición, de no quedarse varado en situaciones que han terminado. Reinventarse cada día no es moco de pavo. Y la transición entre un momento y otro es duro, pero va alimentando nuestra experiencia. Muy bien llevada esta imagen.
A medida que vas pasando esas vivencias, la moralina no tiene lugar; es mejor desprendernos de ella para poder conocernos y disfrutar de nosotros mismos. En cada párrafo una anecdota-recuerdo. Una enseñanza que sacar de lo vivido. La vida no pasa en balde, compañero, aunque a veces huela fatal.
Y en tus últimas líneas nos muestras la visión optimista, el descanso del guerrero, la cataplasma de la ternura y el sueño.
Este reto lo has ganado con creces. Veremos el siguiente...
Gracias por esos guiños y por el tema musical.
Besazo.

[Armilo Brotón]

Muy buen comentario Ana. Has hurgado en el tema y has sacado la esencia.
Me recordó tu frase: "aunque a veces huela fatal" a tu poema recén colgado "Fortaleza de sangre". Como sabes de mi visión optimista intento que cada experiencia sea apoyo para que la próxima sea mejor como dices en el remate al comentario.
De todo va uno aprendiendo. De las personas que van pasando por nuestra vida siempre sacamos algo aunque sea lo que no debemos hacer. Pero como tú bien dices, sin moralinas. Sólo la base de una ética que nos hace más humanos.
Me das de ganador y te lo agradezco aunque es muy difícil determinar esto. Pues tu cuento es muy bueno como te dije en el comentario. Y cuanto más lo releo más me gusta.

Gracias a ti, por estar.
Un beso.

[Hallie Hernández Alfaro]

Un trabajo original donde la tensión se mantiene hasta un muy buen final.

Salud y enhorabuena, Armilo; gracias por compartir.

[Armilo Brotón]

Un trabajo original donde la tensión se mantiene hasta un muy buen final.

Salud y enhorabuena, Armilo; gracias por compartir.

Gracias Hallie por tus palabras.
De salud no ando mal,
espero que tú tampoco.

Recibe un cordial saludo.

[Óscar Distéfano]

Me ha gustado mucho, tal es así que lo leí de un tirón. Aunque, luego, fui haciendo relecturas para ubicar en mi memoria el lugar exacto que ocupó Ana en la vida del protagonista (no me refiero a lo sentimental, sino lo histórico). Y, bien, se puede deducir que en los extremos de Ana se encuentran las penosas resignaciones ante el vacío del amor. La vida de este hombre me resulta triste, moralmente miserable, humanamente fracasada. Evidentemente no es el paradigma del hombre completo, pletórico; se trata, más bien, de un hombre sumergido en los sumideros citadinos, mientras la vida fue pasándole sin contemplación encima. La historia convence.

Escribes con un estilo lineal y claro, tendiendo decidídamente a la prosa, negándole intromisión a tu vena poética. Y sobresale la emoción y la pulcritud.

Saludos.
Óscar

[Julio Gonzalez Alonso]

Renuncio a elucubrar sobre la clasificación de un texto que me gustó de cabo a rabo. Aromas kafkianos, drogas y rock and roll en la coctelera de una vida bien servida de pasiones.

Me has sorprendido con la vitalidad y colorido de una narración que transcurre por lo más brillantemente sórdido de la existencia y el amor. El amor, al fin.

Enhorabuena.
Salud.

[Armilo Brotón]

Me ha gustado mucho, tal es así que lo leí de un tirón. Aunque, luego, fui haciendo relecturas para ubicar en mi memoria el lugar exacto que ocupó Ana en la vida del protagonista (no me refiero a lo sentimental, sino lo histórico). Y, bien, se puede deducir que en los extremos de Ana se encuentran las penosas resignaciones ante el vacío del amor. La vida de este hombre me resulta triste, moralmente miserable, humanamente fracasada. Evidentemente no es el paradigma del hombre completo, pletórico; se trata, más bien, de un hombre sumergido en los sumideros citadinos, mientras la vida fue pasándole sin contemplación encima. La historia convence.

Escribes con un estilo lineal y claro, tendiendo decidídamente a la prosa, negándole intromisión a tu vena poética. Y sobresale la emoción y la pulcritud.

Saludos.
Óscar

Gracias Óscar por tu enjundioso comentario. Este texto está constreñido al tema que determina el reto, sacando por los pelos la relación hombre animal; y me fui por un camino ciertamente surrealista y decadente, como bien apuntas.
No traté de establecer paradigmas ni apuntes éticos. Simplemente intenté reflejar el olor que me dejó en la memoria aquellos años del beat. Interesantes, vitales y que han marcado una época en nuestras vidas. Intenté no tomar partido y quedarme sólo con lo de siempre: la necesidad del hombre de comunicación, tema muy común en mis escritos. Y traje a colación seres de existencia aparentemente miserable. No dejan de ser humanos por ello.

Comentarios como los tuyos enriquecen el foro amigo. Eres muy generoso.
Un abrazo.

La Corporación.

[Armilo Brotón]

Renuncio a elucubrar sobre la clasificación de un texto que me gustó de cabo a rabo. Aromas kafkianos, drogas y rock and roll en la coctelera de una vida bien servida de pasiones.

Me has sorprendido con la vitalidad y colorido de una narración que transcurre por lo más brillantemente sórdido de la existencia y el amor. El amor, al fin.

Enhorabuena.
Salud.

Julio, compañero, es un halago tu comentario siendo como eres tan meticuloso en el estilo.
Has sacado las entrañas del relato. Leí a Kafka, ese monstruo de la literatura, como muchos hemos hecho, hace años y no quise volver a leerlo porque ya todo sería imitación. Pero no ha dejado de penetrar cada linea que escribo de una u otra forma, sea poesía o sea narrativa. Me es difícil sustraerme a su influencia.

Te agradezco mucho tus palabras.

Un abrazo.