Editorial Alaire

El viento presagia el rumbo de las hojas,
nubes viajeras cruzan el camino del sol,
y las aves apuran el vuelo
anudadas a un espacio sin rostro.

Se agita el temblor de los montes.
La lluvia cuajó en las raíces oxidando sus brotes y se lleva
el último esqueje de la siembra.

Todos sabíamos que te irías
sin decir adiós, lentamente
dejando acobardado el silbido que dejó de sonar en la garganta.

No quiero bañar el dolor en tristeza,
anudarme a tu ausencia más de lo debido.
Ya he derramado el llanto sobre las últimas flores
y aceptado que debías partir.

Pero ningún amigo posee la llave de los huecos que nos quedan
ni enciende la candela de cera derramada,
ni revive los cuerpos con plegarias.

Simplemente aprendemos
a despedirnos,
a vivir con el error de las campanas,
a sujetar la niebla para no cegar la luz
y dejar que entre aire en los pulmones.

Es por eso que hemos de abrigar el alma
y resignarnos ante los iris negados.

La congoja se apodera de la palabra, de tu palabra, y transmites todo el dolor del alma.
Padezco hace dias una congoja que me auguran aún durará algo más, también sé que ella se irá, pero no me hago a la idea ("ella", se irá, la congoja no creo) y es en estos momento cuando más admiro a personas como tú, Pilar, que saben soltar las cosas tan tenues, tan así. Yo, es en estos momentos, cuando más tonterías escribo.
Besos Pilar, te abrazo.

Pilar Morte escribió:Hoy el viento presagia el rumbo de las hojas,
nubes viajeras cruzan el camino del sol,
y las aves apuran el vuelo
anudadas a un espacio sin rostro.

Se agita el temblor de los montes.
La lluvia cuajó en las raíces oxidando sus brotes y se lleva
el último esqueje de la siembra.

Todos sabíamos que te irías
sin decir adiós, lentamente
dejando acobardado el silbido que dejó de sonar en la garganta.

No quiero bañar el dolor en tristeza,
anudarme a tu ausencia más de lo debido.
Ya he derramado el llanto sobre las últimas flores
y aceptado que debías partir.

Pero ningún amigo posee la llave de los huecos que nos quedan
ni enciende la candela de cera derramada,
ni revive los cuerpos con plegarias.

Simplemente aprendemos
a despedirnos,
a sujetar la niebla para no cegar la luz
y dejar que entre aire en los pulmones.

Adiós, querido amigo,
nadie se sentará en tu silla
que, cruelmente, vistió el invierno.

Te acompaño en tu dolor, querida Pilar. Un bello homenaje. ERA

Concha Vidal escribió:La congoja se apodera de la palabra, de tu palabra, y transmites todo el dolor del alma.
Padezco hace dias una congoja que me auguran aún durará algo más, también sé que ella se irá, pero no me hago a la idea ("ella", se irá, la congoja no creo) y es en estos momento cuando más admiro a personas como tú, Pilar, que saben soltar las cosas tan tenues, tan así. Yo, es en estos momentos, cuando más tonterías escribo.
Besos Pilar, te abrazo.

Gracias, querida amiga, no sabes el sufrimiento padecido. Se fue un amigo queridísimo, he padecido, llorado y escribo ésto para intentar aceptar su ausencia. Ya escribí otro poema más desgarrador pero no lo envío al foro.
Besos
Pilar

Tu calidad humana acompaña siempre tus letras.
Un abrazo fuerte, Pilar.

Es tu calidad humana, Pilar, la que acompaña estos versos, no se sabe decir adiós y nos rebelamos, ahondamos en los recuerdos, no queremos mirar a la muerte.

Un abrazo.

E. R. Aristy escribió:

Pilar Morte escribió:Hoy el viento presagia el rumbo de las hojas,
nubes viajeras cruzan el camino del sol,
y las aves apuran el vuelo
anudadas a un espacio sin rostro.

Se agita el temblor de los montes.
La lluvia cuajó en las raíces oxidando sus brotes y se lleva
el último esqueje de la siembra.

Todos sabíamos que te irías
sin decir adiós, lentamente
dejando acobardado el silbido que dejó de sonar en la garganta.

No quiero bañar el dolor en tristeza,
anudarme a tu ausencia más de lo debido.
Ya he derramado el llanto sobre las últimas flores
y aceptado que debías partir.

Pero ningún amigo posee la llave de los huecos que nos quedan
ni enciende la candela de cera derramada,
ni revive los cuerpos con plegarias.

Simplemente aprendemos
a despedirnos,
a sujetar la niebla para no cegar la luz
y dejar que entre aire en los pulmones.

Adiós, querido amigo,
nadie se sentará en tu silla
que, cruelmente, vistió el invierno.

Te acompaño en tu dolor, querida Pilar. Un bello homenaje. ERA

Gracias, querida amiga, por venir y comentar
Besos
Pilar

Miguel Ángel Martínez Góm escribió:Tu calidad humana acompaña siempre tus letras.
Un abrazo fuerte, Pilar.

Eres muy amable con tu palabra y te lo agradezco
Besos
Pilar

F. Enrique escribió:Es tu calidad humana, Pilar, la que acompaña estos versos, no se sabe decir adiós y nos rebelamos, ahondamos en los recuerdos, no queremos mirar a la muerte.

Un abrazo.

Acojo tu valiosa palabra con agradecimiento
Besos
Pilar

Pilar Morte, Emotivos tus versos, cuando un amigo se va, deja un espacio vacio
dice la canción, pero sabemos que se van a un lugar mejor, porque cumplieron su tiempo.
Yo tambien te acompaño en ese dolor, porque debemos hacer el duelo.
Mi abrazo fuerte Poeta.

Se agita el temblor de los montes.
La lluvia cuajó en las raíces oxidando sus brotes y se lleva
el último esqueje de la siembra.

Pilar, tanta hermosura, tanta humanidad, tanta amistad, y tanta bondad !!!
Solo puedo ofrecerte, mi oración, mi cariño y una mano si en algo te puede ayudar


Gracias por traernos aquí tu alma hermosa

Curra

Un fuerte abrazo, Pilar. Qué hermosos versos, profundos, emotivos.
Precioso poema ha parido tu alma sensible.

Feliz día,

Judit

Preciosas letras, se hace muy agradable la lectura.


Abrazos sureños.


RJL

Contar el dolor es una forma de buscar alivio. Un poema hermoso y lleno de ti. Ánimo.
Un abrazo.
Pepa

Pilar,

me gusta mucho el poema, amiga. Me gusta mucho cómo lo inicias con esas descripciones naturales: viento, hojas, nubes, sol, lluvia... que inauguran el poema con gran lirismo, para luego concentrarte en la partida del amigo. Tal vez hubiera estado bien una solución de continuidad, una transición más suave entre un discurso y otro, y no una ruptura un tanto abrupta, aquí:

el último esqueje de la siembra.

Todos sabíamos que te irías

Creo que tu capacidad de transmisión emotiva, que siempre ha sido uno de tus muchos fuertes, está últimamente subiendo enteros.

Un gran abrazo, Pilar.