Reto a Pelo I: Marian
Publicado: Vie, 13 Mar 2015 22:53
[B]TEMA: ¡Estos humanos![/B]
La naturaleza florece por supervivencia, así también nuestras palabras. Después de acumular los nutrientes necesarios, rompemos las yemas en algo que llamamos un Reto a Pelo, que no es más que un bioestimulante para la creación lírica entre Tigana y yo
Queremos presentaros una serie de obras que esperamos sean de calidad suficiente y que merezcan la oportunidad de una lectura gozosa.
Elegiremos un tema que sea metáfora de la aventura que conlleva ponerse delante de una página en blanco.
Cada uno expondrá su poética o narrativa en la estructura que le parezca.
Esperamos estar a la altura de sus expectativas como lectores y que disfruten como nosotros lo hacemos escribiéndo cada obra.
[B]MARIAN[/B]
Hola Marian, ya estoy aquí. He procurado venir pronto para estar un poco más contigo. La gente en el trabajo me miraba de forma extraña y me sentí incómodo, como si fuera transparente. Tuve que ir al aseo varias veces, mirarme en el espejo para asegurar que mi proa estaba en su lugar o que mi nada no se traslucía a través de la popa. Y sí había un punto sombrío en mi cara. No quiero inquietarte o ver fantasmas donde no los hay como dicen mis amigos que me pasa últimamente. Establecimos la regla de comentarnos la verdad y la voy a cumplir estrictamente por nuestro bien.
Quédate tranquila en el sofá que yo voy a preparar la cena y nos vamos a la cama. Tengo ganas de sentirte, penetrarte, gritar y olvidarme de todo. He pensado mucho en ti. Cuándo llegaste a casa, cómo llenaste mi vida. Pero no puedo quitarme de la cabeza a Carmen. Perdona otra vez mi sinceridad.
Mientras preparo una tortilla y una ensalada nos tomamos un vino y te voy a ir contando las cosas que me pasaron por la cabeza. Porque sé que entiendes; y yo, sin embargo, sigo sin comprender nada de la complejidad del hombre. Aunque suene a tópico es la realidad.
Nena, nunca me has contado nada de ti. ¿Te ha pasado algo parecido? Dime ¿por qué recuerdo su mirada y me estremezco después del daño que me hizo? ¿Y su risa? Después de las duras palabras que escupió al despedirse, todavía me apasiona. Te lo he contado tantas veces que ya estarás aburrida ¿Por qué recuerdo tan intensamente nuestras conversaciones hasta el amanecer, cuando entre labios nos íbamos a dormir felices? Y cómo recitaba a Pound en aquellos versos:
[B]“[I]Reúno estas palabras para cuatro personas,[/I]
[I]alguien más puede cazarlas al vuelo,[/I]
[I]oh mundo, lo siento por ti,[/I]
[I]no conoces a esas cuatro personas.”(*)[/I][/B]
[I]Yo no conozco ni a una. Tú estás aquí compartiendo mi vida ahora. Me miras desde no sé dónde. No me pides nada. ¿Y ahora qué? ¿Cuánto tardarás en irte? Demasiadas preguntas.[/I]
Me gusta explorar contigo los pedazos más oscuros y espesos del ser humano. Chillan los muertos en Abril. Se rompe el abismo en primavera. ¿Y qué queda Marian, qué queda?
[B]“Y por allí se pasea una chusma
de hijos de la miseria, inmundos, vigorosos, inextinguibles.
Ellos heredarán la tierra.”(*)[/B]
No te sientas mal por lo que te digo. Sabes que hoy sólo estás tú. Y además impecable amor, siempre bella. Por ti no pasa el tiempo y sin embargo yo me siento cada día más cansado de todo. Tú también tienes una risa muy bonita y seguramente siempre la recordaré. Tampoco sé nada de tu vida. Te refugias en un hermetismo atroz que me hace daño pero por lo menos me escuchas atentamente, no estás wasapeando mientras hablo, me miras a los ojos.
¿En qué piensas todo el día sentada frente al televisor? ¿Me dedicarás algo de piel profunda? Ya me da casi igual. Siempre impecable, siempre sonriente ¿para qué tanto esfuerzo?
A medida que pasa el tiempo necesito más calor. Calor que mi cuerpo no produce ni el tuyo. No me basta con una cara bonita y que follemos a cada momento. Perdóname, quizás me esté alterando.
[B]Atravesaste las fronteras
de forma insoluta
primero tu carne fresca
recién sacada del mar.[/B]
[B]Luego una parte de tu emoción
la que tenía sabor de nalga.
Luego la forma neutral de la mentira
de textura suave.[/B]
[B]En la tercera fase oxidativa
tus aromas se volvieron acuosos
delirantes. De tus tejidos
la absorción de los jugos
se tornó sencilla
(aunque tú nunca has sido fácil).
Y por último
del rigor mortis llegó la putrefacción
la transmutación de nuestra carne
en pura energía
en salvaje orgasmo eterno.[/B]
No sé si te lo he dicho pero me recuerdas a mi madre, callada, sumisa. También me excitaba. Ella en mi vergüenza de hijo. Quizá esto sea otro incesto más.
Pero Marian, cariño, tú eres de plástico, una muñeca casi irreal, un regalo que los dioses me hicieron en el momento oportuno, una broma de los amigos cuando Carmen me dejó. Cuando estaba sumido en una depresión que me desgarró. Y sea por desesperación o porque necesito de la locura, has llenado estos instantes de mi existencia. Me has dado la oportunidad de hablar conmigo.
Armilo Brotón
(*) Son versos de Ezra Pound
La naturaleza florece por supervivencia, así también nuestras palabras. Después de acumular los nutrientes necesarios, rompemos las yemas en algo que llamamos un Reto a Pelo, que no es más que un bioestimulante para la creación lírica entre Tigana y yo
Queremos presentaros una serie de obras que esperamos sean de calidad suficiente y que merezcan la oportunidad de una lectura gozosa.
Elegiremos un tema que sea metáfora de la aventura que conlleva ponerse delante de una página en blanco.
Cada uno expondrá su poética o narrativa en la estructura que le parezca.
Esperamos estar a la altura de sus expectativas como lectores y que disfruten como nosotros lo hacemos escribiéndo cada obra.
[B]MARIAN[/B]
Hola Marian, ya estoy aquí. He procurado venir pronto para estar un poco más contigo. La gente en el trabajo me miraba de forma extraña y me sentí incómodo, como si fuera transparente. Tuve que ir al aseo varias veces, mirarme en el espejo para asegurar que mi proa estaba en su lugar o que mi nada no se traslucía a través de la popa. Y sí había un punto sombrío en mi cara. No quiero inquietarte o ver fantasmas donde no los hay como dicen mis amigos que me pasa últimamente. Establecimos la regla de comentarnos la verdad y la voy a cumplir estrictamente por nuestro bien.
Quédate tranquila en el sofá que yo voy a preparar la cena y nos vamos a la cama. Tengo ganas de sentirte, penetrarte, gritar y olvidarme de todo. He pensado mucho en ti. Cuándo llegaste a casa, cómo llenaste mi vida. Pero no puedo quitarme de la cabeza a Carmen. Perdona otra vez mi sinceridad.
Mientras preparo una tortilla y una ensalada nos tomamos un vino y te voy a ir contando las cosas que me pasaron por la cabeza. Porque sé que entiendes; y yo, sin embargo, sigo sin comprender nada de la complejidad del hombre. Aunque suene a tópico es la realidad.
Nena, nunca me has contado nada de ti. ¿Te ha pasado algo parecido? Dime ¿por qué recuerdo su mirada y me estremezco después del daño que me hizo? ¿Y su risa? Después de las duras palabras que escupió al despedirse, todavía me apasiona. Te lo he contado tantas veces que ya estarás aburrida ¿Por qué recuerdo tan intensamente nuestras conversaciones hasta el amanecer, cuando entre labios nos íbamos a dormir felices? Y cómo recitaba a Pound en aquellos versos:
[B]“[I]Reúno estas palabras para cuatro personas,[/I]
[I]alguien más puede cazarlas al vuelo,[/I]
[I]oh mundo, lo siento por ti,[/I]
[I]no conoces a esas cuatro personas.”(*)[/I][/B]
[I]Yo no conozco ni a una. Tú estás aquí compartiendo mi vida ahora. Me miras desde no sé dónde. No me pides nada. ¿Y ahora qué? ¿Cuánto tardarás en irte? Demasiadas preguntas.[/I]
Me gusta explorar contigo los pedazos más oscuros y espesos del ser humano. Chillan los muertos en Abril. Se rompe el abismo en primavera. ¿Y qué queda Marian, qué queda?
[B]“Y por allí se pasea una chusma
de hijos de la miseria, inmundos, vigorosos, inextinguibles.
Ellos heredarán la tierra.”(*)[/B]
No te sientas mal por lo que te digo. Sabes que hoy sólo estás tú. Y además impecable amor, siempre bella. Por ti no pasa el tiempo y sin embargo yo me siento cada día más cansado de todo. Tú también tienes una risa muy bonita y seguramente siempre la recordaré. Tampoco sé nada de tu vida. Te refugias en un hermetismo atroz que me hace daño pero por lo menos me escuchas atentamente, no estás wasapeando mientras hablo, me miras a los ojos.
¿En qué piensas todo el día sentada frente al televisor? ¿Me dedicarás algo de piel profunda? Ya me da casi igual. Siempre impecable, siempre sonriente ¿para qué tanto esfuerzo?
A medida que pasa el tiempo necesito más calor. Calor que mi cuerpo no produce ni el tuyo. No me basta con una cara bonita y que follemos a cada momento. Perdóname, quizás me esté alterando.
[B]Atravesaste las fronteras
de forma insoluta
primero tu carne fresca
recién sacada del mar.[/B]
[B]Luego una parte de tu emoción
la que tenía sabor de nalga.
Luego la forma neutral de la mentira
de textura suave.[/B]
[B]En la tercera fase oxidativa
tus aromas se volvieron acuosos
delirantes. De tus tejidos
la absorción de los jugos
se tornó sencilla
(aunque tú nunca has sido fácil).
Y por último
del rigor mortis llegó la putrefacción
la transmutación de nuestra carne
en pura energía
en salvaje orgasmo eterno.[/B]
No sé si te lo he dicho pero me recuerdas a mi madre, callada, sumisa. También me excitaba. Ella en mi vergüenza de hijo. Quizá esto sea otro incesto más.
Pero Marian, cariño, tú eres de plástico, una muñeca casi irreal, un regalo que los dioses me hicieron en el momento oportuno, una broma de los amigos cuando Carmen me dejó. Cuando estaba sumido en una depresión que me desgarró. Y sea por desesperación o porque necesito de la locura, has llenado estos instantes de mi existencia. Me has dado la oportunidad de hablar conmigo.
Armilo Brotón
(*) Son versos de Ezra Pound