Editorial Alaire

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[/RIGHT][RIGHT]Te adiviné en la niebla del tiempo[/RIGHT][RIGHT]como un astrónomo adivina la presencia[/RIGHT][RIGHT]de un Júpiter caliente, a través[/RIGHT][RIGHT]de una pequeña fluctuación en el espectro[/RIGHT][RIGHT]lumínico de una estrella –efecto Doppler–,[/RIGHT][RIGHT]y desde entonces no he dejado de bailar[/RIGHT][RIGHT]en tu órbita.[/RIGHT]

Fuiste el metal más precioso forjado en el crisol de una estrella,
la gravedad cuántica de las partículas subatómicas, el espín
y la incertidumbre de su principio, la lemniscata de Bernoulli
–un ocho tumbado, un óvalo de Cassini o un analema–, el cero
y su constante cosmológica, un universo improbable que
desde su frágil nacimiento estuvo condenado a la extinción.

Fuiste una burbuja en la espuma primigenia del océano,
una luz tan lejana como la más lejana de las luces
que titilan en el cielo.
–Y aún más–

Fuiste una intrincada flor mecánica que abre sus pétalos
de fuego a los confines más remotos del universo,
una firma de luz –la más rutilante y diáfana–
en el palimpsesto cósmico.

Fuiste y eres esa ley física
–segunda ley de la termodinámica–
que auspicia la entropía y el origen de los mundos,
su homogeneidad y su isotropía, y su eclosión
de la nada más densa y opaca y caliente
–cuando tú y yo y todo el universo conocido
con sus infinitas posibilidades
cabíamos en la cabeza de un alfiler,
sin espacio, materia o cronología–,
esa ley y esa singularidad cósmica que todos conocen
y que nadie ha sido capaz de explicar.

Tú,
que me amaste como un cometa
surgido de las frías honduras del espacio,
allende el cinturón de Kuiper,
o una diosa inuit –Sedna–,
y yo,
que te amé como una nube impaciente
de lluvia o una lluvia entramada de enigmas
o los mil soles de un parhelio,
juntos escribimos un prontuario de nostalgia
en nuestra deriva continental.

Porque eres semillero de estrellas, girándula
de una galaxia espiral, pestaña de luz
en la pupila alucinada de la noche, y recordarte
es como contemplar el espacio, una mirada
hacia atrás en el tiempo, o la continuidad
de tu tiempo en mi espacio, por todo ello
te quiero y te recuerdo.

Cuando leo tus poemas me doy cuenta de lo simple que soy escribiendo, el vocabulario tan reducido de mis versos, así que valoro esa riqueza que se desprende de los tuyos. Me gustó mucho leerte
besos
Pilar

Tú,
que me amaste como un cometa
surgido de las frías honduras del espacio,
allende el cinturón de Kuiper,
o una diosa inuit –Sedna–,
y yo,
que te amé como una nube impaciente
de lluvia o una lluvia entramada de enigmas
o los mil soles de un parhelio,
juntos escribimos un prontuario de nostalgia
en nuestra deriva continental.

Siempre me sorprendes con el léxico que despliegas en tus poemas, Óscar.
Disfruto leyendo tus versos.
Un abrazo fuerte.

Este poema es, sin duda, un mensaje desde y hacia las estrellas plasmado en la infinitud del amor. Un placer grande venir.
Un abrazo.
Pepa

Como yo te amo piel de mi piel…locura
Entre manjares y mieles despiertan amaneceres
De lluvia, de algas mis flores… y te recurro
Y ya es premura… elocuencia de caricias.

Solo puedo hablar de la hermosura ...
y de como me gustaria que me amaran a mi así

Mil besos

Curra

Leo gratamente sorprendido del giro que la poesía toma en tus versos, Óscar. Enhorabuena.
Salud.

Pilar Morte escribió:Cuando leo tus poemas me doy cuenta de lo simple que soy escribiendo, el vocabulario tan reducido de mis versos, así que valoro esa riqueza que se desprende de los tuyos. Me gustó mucho leerte
besos
Pilar

Lo que pasa es que cada poeta tiene su imaginario, su peculiar piélago de imágenes, y también su voz y su técnica, que se va gestando con el transcurso del tiempo, las lecturas y las vivencias. Lo que nos diferencia es lo que enriquece este foro y, por ende, la creación artística en su más amplio sentido.

Un abrazo, Pilar. Gracias por estar ahí.

Miguel Ángel Martínez Góm escribió:

Tú,
que me amaste como un cometa
surgido de las frías honduras del espacio,
allende el cinturón de Kuiper,
o una diosa inuit –Sedna–,
y yo,
que te amé como una nube impaciente
de lluvia o una lluvia entramada de enigmas
o los mil soles de un parhelio,
juntos escribimos un prontuario de nostalgia
en nuestra deriva continental.

Siempre me sorprendes con el léxico que despliegas en tus poemas, Óscar.
Disfruto leyendo tus versos.
Un abrazo fuerte.

Bueno, en este caso es verdad que he utilizado un lenguaje más técnico fruto de mi interés (¿o debería decir mejor pasión?) por la astrofísica y la mecánica cuántica.

Un abrazo, Miguel Ángel. Me alegro de que te haya gustado.

Josefa A. Sánchez escribió:Este poema es, sin duda, un mensaje desde y hacia las estrellas plasmado en la infinitud del amor. Un placer grande venir.
Un abrazo.
Pepa

Sabes latín, ¿eh? Sonrío. En efecto, este poema es o pretende ser algo así como un heraldo o mensajero de las estrellas, en deuda eterna con Galileo.

Gracias por comentar. Un placer, Pepa.

Hermoso a más no poder, Óscar. Hay una constante de adoración implícita en cada fibra versal.
Declaras tanta pureza que las pequeñas y grandes génesis alumbran tu vocal, reverencian ese segundo de reconocimiento que luego fue vida sin fin...

Los términos de astrofísica me parecen un plus; intuimos en sus leyes una gama finísima de vueltas, un compendio de intenciones, un nivel que apoya la esperanza.

Grande, muy grande el poema; ovación cerrada y sostenida.

Abrazos.

curra anguiano escribió:Como yo te amo piel de mi piel…locura
Entre manjares y mieles despiertan amaneceres
De lluvia, de algas mis flores… y te recurro
Y ya es premura… elocuencia de caricias.

Solo puedo hablar de la hermosura ...
y de como me gustaria que me amaran a mi así

Mil besos

Curra

Seguro que ha habido, hay o habrá alguien que te ame, no sé si de ese modo (porque hay tantos amores como formas de amar), pero mucho y tal vez más.

Gracias por comentar. Un abrazo, Curra.

Julio González Alonso escribió:Leo gratamente sorprendido del giro que la poesía toma en tus versos, Óscar. Enhorabuena.
Salud.

No sé si por giro te refieres a la temática, que tampoco es nueva o insólita en mi poesía, ni mucho menos, aunque aquí se hace predominante, casi omnímoda.

Gracias por tu opinión, Julio. Un abrazo.

Hallie Hernández Alfaro escribió:Hermoso a más no poder, Óscar. Hay una constante de adoración implícita en cada fibra versal.
Declaras tanta pureza que las pequeñas y grandes génesis alumbran tu vocal, reverencian ese segundo de reconocimiento que luego fue vida sin fin...

Los términos de astrofísica me parecen un plus; intuimos en sus leyes una gama finísima de vueltas, un compendio de intenciones, un nivel que apoya la esperanza.

Grande, muy grande el poema; ovación cerrada y sostenida.

Abrazos.

Desde la infinitud del cosmos a lo infinitesimal del submundo cuántico, mi adoración por Sara traspasa cualquier noción de volumen, escala o magnitud. Por otra parte, las leyes de la física son, quizás junto a la poesía, lo más parecido a la magia.

Gracias por tu espíritu dadivoso y expansivo. Un fuerte abrazo, Hallie.