EL RÍO (modificado)
Publicado: Jue, 12 Feb 2015 14:53
EL RÍO
El río…,
me parece hoy el mismo, pero sé
que nunca será el mismo. Tampoco yo soy el de entonces:
el niño que jugaba en sus orillas con un futuro y una vida
por delante.
De chiquillo
me gustaba escuchar al río escondido entre los álamos.
Con guijarros hacía mi castillo, bajo las cañas
guardaba algún tesoro; y cuántas veces
sus peces de colores fueron juguetes vivos
huyendo de mis manos.
Yo jugaba, él fluía; yo crecía
y él me hablaba; y sus aguas cristalinas significaron para mí,
durante mucho tiempo, la dicha de una estable
y dulce compañía. Todo me parecía simple y puro
a orillas de este río. Sentí tantas veces su cálida armonía
que el futuro llegaba a mi encuentro como una ola de ternura
(y el mundo, agazapado, colmaba de ilusiones mi presente).
No siempre estuve solo.
A veces, un amor me sonreía; y entre promesas,
miradas y caricias, jugábamos a escondernos bajo las ramas
serenas de los sauces.
Y de pronto, hoy aquí, a solas con mis recuerdos,
siento surgir de nuevo lo mejor de mi pasado; y la vida sale al paso
hermosa como entonces.
Sin embargo, ya nada será igual, ni tendrá la misma luz
azul de aquellos días.
Con el tiempo, vendrá esa aurora que ponga fin a mi aliento
y se lleve de este valle mi rastro para siempre.
Se irán desvaneciendo poco a poco las huellas de mi paso
pequeño por el mundo, y entonces, ya no habrá un futuro
radiante con el qué soñar, ni un amor que me sonría,
ni siquiera un vestigio de esperanza de estar aquí presente.
El agua seguirá su curso, río abajo, cuando yo me vaya;
y mi espíritu, cándido y nostálgico, por un tiempo vagará confuso,
errático, prendido a los meandros tranquilos de la tarde.
Cuando me haya ido, cada primavera se irá llevando
mi nombre más adentro. Y entonces, me quedaré solo:
sin amores, sin álamos; sin indicio de los peces
que huían de mis manos.
Y el valle será otro; el mundo se hará distinto; el río
tampoco será el mismo (me olvidará, seguirá su curso)
y de nuevo habrá otro niño jugando entre los sauces,
y haciendo, en esta orilla, castillos formidables; y la vida
volverá a ser hermosa, cálida, transparente; como el agua,
como el viento…
Como siempre.
--oOo--
El río…,
me parece hoy el mismo, pero sé
que nunca será el mismo. Tampoco yo soy el de entonces:
el niño que jugaba en sus orillas con un futuro y una vida
por delante.
De chiquillo
me gustaba escuchar al río escondido entre los álamos.
Con guijarros hacía mi castillo, bajo las cañas
guardaba algún tesoro; y cuántas veces
sus peces de colores fueron juguetes vivos
huyendo de mis manos.
Yo jugaba, él fluía; yo crecía
y él me hablaba; y sus aguas cristalinas significaron para mí,
durante mucho tiempo, la dicha de una estable
y dulce compañía. Todo me parecía simple y puro
a orillas de este río. Sentí tantas veces su cálida armonía
que el futuro llegaba a mi encuentro como una ola de ternura
(y el mundo, agazapado, colmaba de ilusiones mi presente).
No siempre estuve solo.
A veces, un amor me sonreía; y entre promesas,
miradas y caricias, jugábamos a escondernos bajo las ramas
serenas de los sauces.
Y de pronto, hoy aquí, a solas con mis recuerdos,
siento surgir de nuevo lo mejor de mi pasado; y la vida sale al paso
hermosa como entonces.
Sin embargo, ya nada será igual, ni tendrá la misma luz
azul de aquellos días.
Con el tiempo, vendrá esa aurora que ponga fin a mi aliento
y se lleve de este valle mi rastro para siempre.
Se irán desvaneciendo poco a poco las huellas de mi paso
pequeño por el mundo, y entonces, ya no habrá un futuro
radiante con el qué soñar, ni un amor que me sonría,
ni siquiera un vestigio de esperanza de estar aquí presente.
El agua seguirá su curso, río abajo, cuando yo me vaya;
y mi espíritu, cándido y nostálgico, por un tiempo vagará confuso,
errático, prendido a los meandros tranquilos de la tarde.
Cuando me haya ido, cada primavera se irá llevando
mi nombre más adentro. Y entonces, me quedaré solo:
sin amores, sin álamos; sin indicio de los peces
que huían de mis manos.
Y el valle será otro; el mundo se hará distinto; el río
tampoco será el mismo (me olvidará, seguirá su curso)
y de nuevo habrá otro niño jugando entre los sauces,
y haciendo, en esta orilla, castillos formidables; y la vida
volverá a ser hermosa, cálida, transparente; como el agua,
como el viento…
Como siempre.
--oOo--