Editorial Alaire

Izó la lluvia con su estandarte de estrellas. En lo alto, la luna rielaba como un paraguas tachonado de perlas o un azucarero manirroto, y las gotas de un azul celeste, translúcido, casi hialino, pendían en meridianos de seda. El Céfiro despeinaba los árboles, y Calíope abanderaba ráfagas de té. ¡Qué inmenso era el oleaje del cielo visto a través del ojo de un alfiler! ¡Cuántas galaxias derramadas sobre el hombro saledizo de la noche! Se hubiera dicho que una araña hiperbólica tejía redes de lluvia sobre aquella ciudad lampiña, volteada de sombras. Y sin embargo, no había paz en la tormenta ni magia en el sombrero; tan sólo un agujero que daba la vuelta al bolsillo desprovisto de cuña y troquel. ¿Cómo, pues, tintineaban los besos allá en la acera y los semáforos bizqueaban ahítos de limón? ¿Qué fue de aquel sol de la infancia, pájaro de miel que anida en la tormenta, tronera donde aúlla el viento?

Para aquella chica de tez de calostro, el tiempo transcurría silente, ampuloso, ligeramente amanerado. Un mohín biselaba el relieve de sus labios dándoles un aire satisfecho; y sus ojos, de tan risueños, parecían dos rayas negras peinadas al albur. Liviana como un pálpito –y acaso igual de incierta–, tenía la expresión lisonjera del ciempiés y la apostura de una cariátide tamizada por la arena. Sus manos apenas sostenían la balanza del viento, y en los dedos de los pies le cosquilleaba una canción. El cabello, húmedo y fosco, ondeaba sin compás, como el dragón que serpentea albores en una hélice de fuego. Sólo un ganso o un faisán habría adivinado el caudal de su simiente.

Ninguna voz rugió como la escarcha ni hubo corrillo en el soportal; tan sólo silencio, un silencio terco y pertinaz, como el que precede al trueno que lagrimea relámpagos, a intervalos de cebra. Porque siempre supo que soñar era como contar estrellas en la noche. Indescriptible. Interminable. Un universo aleatorio. Una moneda lanzada al aire.

Óscar, querido compañero, bienvenido seas a este lado de Alaire.
Una alegría inmensa leerte de nuevo con tan preciosa carga literaria. Pasaré muy pronto por tus hermosísimos poemas dedicados a nuestra querida Sara. Como ha expresado Ferreiro en otro post, estamos felices con tu regreso.

Este texto es grande en su fuerza expresiva, en sus hilos poéticos cuidadosos y magnos. El azar, tan impetuoso como una molécula luminosa y certera, brillando en la inteligencia del verbo.

Aplausos y enhorabuenas, Óscar. Gracias por compartir.

Hallie Hernández Alfaro escribió:Óscar, querido compañero, bienvenido seas a este lado de Alaire.
Una alegría inmensa leerte de nuevo con tan preciosa carga literaria. Pasaré muy pronto por tus hermosísimos poemas dedicados a nuestra querida Sara. Como ha expresado Ferreiro en otro post, estamos felices con tu regreso.

Este texto es grande en su fuerza expresiva, en sus hilos poéticos cuidadosos y magnos. El azar, tan impetuoso como una molécula luminosa y certera, brillando en la inteligencia del verbo.

Aplausos y enhorabuenas, Óscar. Gracias por compartir.

Gracias por tu cordial bienvenida, Hallie. Yo también me alegro de volver a leerte. Celebro que hayas disfrutado de este relato que en realidad es más prosa poética que prosa, a secas, pero como ya no hay un espacio dedicado a tal género, he optado por publicarlo aquí.

Será un placer recibirte en mis poemas. Tú conociste la poética de Sara, así que tienes más elementos para comprender su significado.

Un fuerte abrazo.

Sube para deleite de todos.

¡Cuánta hermosora y belleza!

Celebro que nuestra querida Hallie, guardiana del talento, nos traiga esta maravilla de relato.
Puede que se trate de prosa poética pero hay una historia descrita e hilvanada con hilo de oro.

Abrazos.

Hallie Hernández Alfaro escribió:Sube para deleite de todos.

Gracias por devolver el relato a lo alto del foro.

Un abrazo, Hallie.

Maria Pilar Gonzalo escribió:¡Cuánta hermosora y belleza!

Celebro que nuestra querida Hallie, guardiana del talento, nos traiga esta maravilla de relato.
Puede que se trate de prosa poética pero hay una historia descrita e hilvanada con hilo de oro.

Abrazos.

Si quieres que te diga la verdad, escribí este cuento a raíz de una ilustración. Me inspiré en ella. Era una especie de colaboración entre escritores y pintores. Yo decidí darle una orientación más poética.

Me alegro de que te haya parecido hermoso. Gracias por comentar. Un abrazo, María Pilar.

Te encuentro por vez primera en este foro querido compañero. Y es un placer deleitarse en este ritmo, que acompasa tu decir alargando las secuencias, dejando fluir las mareas de tus recorridos que van aprehendiendo el derredor buscando con gran lirismo los detalles que permitan posar los ojos del alma en las cosas. Soñar, encontrar un universo que pueda recorrerse en sentimiento y sentir que se ha vivido.
Es un enorme placer leerte y seguirte.
Un fuerte abrazo

Ventura Ramos López escribió:Te encuentro por vez primera en este foro querido compañero. Y es un placer deleitarse en este ritmo, que acompasa tu decir alargando las secuencias, dejando fluir las mareas de tus recorridos que van aprehendiendo el derredor buscando con gran lirismo los detalles que permitan posar los ojos del alma en las cosas. Soñar, encontrar un universo que pueda recorrerse en sentimiento y sentir que se ha vivido.
Es un enorme placer leerte y seguirte.
Un fuerte abrazo

No me prodigo mucho por aquí, es cierto, aunque escribo mucho en prosa, si bien ahora algo menos. No obstante, este cuento es más un ejercicio de prosa poética que una narración clásica.

Me alegro de que te haya gustado. Gracias por comentar. Un abrazo, amigo.