Editorial Alaire

Levanta,
no permitas que un dolor a destiempo
enmudezca el estrépito del alba,
no te dejes llevar por los torrentes,
huérfanos de cauce,
que abrevan los infiernos en las tormentas ciegas,
no mires con las pupilas del miedo
ni pronuncies
con esa voz de grieta nuestros nombres.

No hay sol alguno que no conozca tus pasos,
no hay epitafio insoluble
donde no pueda navegar una aventura,
no existe una lágrima tan gruesa
que rebose la paz de una clepsidra
ni un camino tan recto
que atraviese la piel del horizonte.

No importa que algún día
trazaras planes de amor en un bolero,
que te diera la espalda un girasol
o en los labios
se te instalara el sabor de los barbechos,
da igual que el corazón, por un momento,
te latiera tan despacio
que la pasión se te escapara hacia esos libros
que nunca terminaste.

Todos nos hemos sufrido alguna vez,
hemos contemplado,
con las manos atadas al vaivén del orgullo,
a ese ser divergente que nos viste los sueños
soplando a nuestros credos,
hemos tenido la certeza de dudarlo todo
y deseado corresponder a aquellos sitios
extranjeros a todo cuanto fuimos.

Por ello levántate, aunque sea
por el espejo que nunca te menguó los párpados,
por ese color que no fue descrito en ningún beso
o por la contradicción de los sauces,
levántate y pronuncia, con firmeza,
el abecedario de esas infancias cálidas
donde no existían los poliedros imperfectos.

Hazlo,
aunque el cansancio sea tan grande que no te pertenezca.

María José Honguero Lucas escribió:Levanta,
no permitas que un dolor a destiempo
enmudezca el estrépito del alba,
no te dejes llevar por los torrentes,
huérfanos de cauce,
que abrevan los infiernos en las tormentas ciegas,
no mires con las pupilas del miedo
ni pronuncies
con esa voz de grieta nuestros nombres.

No hay sol alguno que no conozca tus pasos,
no hay epitafio insoluble
donde no pueda navegar una aventura,
no existe una lágrima tan gruesa
que rebose la paz de una clepsidra
ni un camino tan recto
que atraviese la piel del horizonte.

No importa que algún día
trazaras planes de amor en un bolero,
que te diera la espalda un girasol
o en los labios
se te instalara el sabor de los barbechos,
da igual que el corazón, por un momento,
te latiera tan despacio
que la pasión se te escapara hacia esos libros
que nunca terminaste.

Todos nos hemos sufrido alguna vez,
hemos contemplado,
con las manos atadas al vaivén del orgullo,
a ese ser divergente que nos viste los sueños
soplando a nuestros credos,
hemos tenido la certeza de dudarlo todo
y deseado corresponder a aquellos sitios
extranjeros a todo cuanto fuimos.

Por ello levántate, aunque sea
por el espejo que nunca te menguó los párpados,
por ese color que no fue descrito en ningún beso
o por la contradicción de los sauces,
levántate y pronuncia, con firmeza,
el abecedario de esas infancias cálidas
donde no existían los poliedros imperfectos.

Hazlo,
aunque el cansancio sea tan grande que no te pertenezca.

Hermoso poema, María José, Abrazos

Bello poema amiga Maria José, ese levanta para enfrentarse a los fantasmas que nos sumergen en esa rutina de la vida, aunque el cansancio, como dices al final, un final extraordinario, sea tan grande que no te pertenezca. Me ha gustado mucho. Un placer y un abrazo.

Orfebrería de la palabra, ensartada en cadenas de hermosura. Un lujo.
Un abrazo.
Pepa

Nunca se sale defraudada de tus poemas. Ya sabes que me encanta leerte. Preciosos y profundos versos.
Abrazos
Pilar

Maria José,

me gusta mucho el poema, amiga. Además, lo encuentro muy cercano a mi propia forma de discurrir, de fluir el poema.

Un abrazo, amiga

Es todo un canto de vida. Simplemente precioso. Un lujo encontrarse con tus versos. Mi admiración, Mª José. Abrazos.

Otra magnífica expresión de poesía Ma. José. Felicidades. Un abrazo.

Mitsy

E.R. agradecida por tu paso y por dejarme constancia de ello.
Un abrazo, compañera

Realmente creo que tienes un don especial para escribir, para decir, una sensibilidad que hechiza y se instala en quien te lee. Este poema es especialmente bello, creo que es lo que cualquiera necesita oír en horas bajas. Todo el poema es bello pero el último verso final aumenta hasta los cielos esa sensación de belleza. Es todo un lujo leerte.

Un abrazo grande.

Carmen

Muchas gracias Manuel, siempre eres muy benévolo con mis versos. Te mando un fuerte abrazo

Excelente poema. Brillante la forma y brillante el mensaje tan positivo que transmite. Un abrazo.

Bello y sublime, María José, me encantó. Siempre es un placer beber de tu poesía.

Mi enhorabuena por tener tanta poesía en tu corazón, y compartirla.

Un abrazo, amiga.

Pepa, porque te he leído y soy fan, el lujo es mío.
Muchas gracias por venir.
Un abrazo

Un gran Poema, María.
Con versos y conjunciones realmente fantásticas, como esa voz de grieta, tan "evocadoramente" expansiva, o esa ruptura de horizontes carnales.
Por momentos me ha venido a la memoria el gran Vicente Martín, en esas fases campestres que tan bien manejaba el Poeta y que tú, en este Poema, has llenado de sentido. Pleno de imaginación y buen hacer.
Mi enhorabuena, amiga.