
El tiempo que se mide con arena
en diábolo cristal llevas guardado;
dos partes por un cuello separado,
tu cuerpo de reloj donde almacena.
Arriba, grano a grano es la cadena
que, abajo va cayendo con cuidado,
y así de los minutos es llenado
el alma que acumula la hora plena.
Igual que tú, reloj, quiero mitades,
en una, que atesore la razón
y en ella cobijar siempre verdades.
En la otra, que derrame la pasión,
mas, sepa bien frenar mis tempestades
y tenga siempre abierto el corazón…