Editorial Alaire

Hoy que ya no me intimida el pudor quisiera confesarme,
ante ti, para que escuches esta voz quebrada por el vino
que se avinagra cuando las despedidas se aproximan.
Estoy solo, apurando el fracaso de la madrugada,
ahora que saben a hiel los besos que la soledad nos roba,
que el deseo cubierto de escarcha en la sangre tirita,
y en la esquina el desamparo hay mujeres que te ofrecen,
a precio de saldo, un chute de placer mezclado con ternura.
Confía en mí si te digo que no voy de farol, porque
ya no arriesgo apostando al amor con cartas suicidas.
Hazme caso, tú que has sido una amante a la que abracé
igual que lo hace el mar cuando, después de su cortejo,
se aferra a un cuerpo desnudo con celo adolescente.
Si en la posada que hay detrás de la memoria quieres alojarte,
en el corazón no me tatúes una cicatriz de sombras;
continúa siendo herida de luz abriéndose en mi carne.
Ven esta noche conmigo, brindemos con el aguardiente
que la pasión destila y emborrachémonos de vida,
antes de que la mañana entierre al cadáver de la luna
y sobre la resaca del amanecer nos devore el olvido.

Preciosísimo, Rafael. El poema se agiganta con cada verso y el final es sencillamente magnífico.

Aplausos y felicidades, querido compañero.

Rafael Valdemar escribió:
ahora que saben a hiel los besos que la soledad nos roba,
que el deseo cubierto de escarcha en la sangre tirita,




y emborrachémonos de vida,
antes de que la mañana entierre al cadáver de la luna
y sobre la resaca del amanecer nos devore el olvido.

Un poema precioso, Rafael. Mis felicitaciones, compañero. Un abrazo.

Rafael, ya lo ha confirmado hallie, es un gran poema con visos realistas, con tintes nostálgicos y con esa lírica tan tuya que aflora en el cierre y es magnífica. Felicidades y un abrazo.

Mitsy

Realmente hermoso y duro, realista y nostálgico

gracias

Hermosísimo, intenso y arrebatador.

Todo un placer de lectura, viejo amigo.

Un abrazo.

Rafael Valdemar escribió:Hoy que ya no me intimida el pudor quisiera confesarme,
ante ti, para que escuches esta voz quebrada por el vino
que se avinagra cuando las despedidas se aproximan.
Estoy solo, apurando el fracaso de la madrugada,
ahora que saben a hiel los besos que la soledad nos roba,
que el deseo cubierto de escarcha en la sangre tirita,
y en la esquina el desamparo hay mujeres que te ofrecen,
a precio de saldo, un chute de placer mezclado con ternura.
Hazme caso si te digo que no voy de farol, porque
puedo indicar que tú has sido una amante que abracé igual
que lo hace el mar cuando, después de su cortejo,
se aferra a un cuerpo desnudo con celo adolescente.
Si en la posada que hay detrás de la memoria quieres alojarte,
en el corazón no me tatúes una cicatriz de sombras;
continúa siendo herida de luz abriéndose en mi carne.
Ven esta noche conmigo, brindemos con el aguardiente
que la pasión destila y emborrachémonos de vida,
antes de que la mañana entierre al cadáver de la luna
y sobre la resaca del amanecer nos devore el olvido.

Un amor triste, me recordó al film Doctor Zhivago. No sé por qué.

Rafael, estoy aquí y te vuelvo a leer, esta confesión, tristemente sensual.
Me conmueve.
Abrazo poeta.

Hermoso poema amigo Rafa,, destaco también las estrofas de Luis Mariño, me ha gustado mucho, hay un halo de tristeza y de valor a lo largo del mismo. Un placer y un abrazo.

Hallie gracias por pasarte por mis versos y dejar tus palabras

saludos

rafael

Rafael, me ha gustado mucho porque el poema tiene su personaje propio, y lo camina por la vida, y lo descansa en los umbrales del fracaso. Recibe mis abrazos y felicitaciones sinceras, estimado amigo.

Luis gracias por pasarte por mis versos y dejar tus palabras

saludos

rafael

Hay en esta confesión tristeza, nostalgia y también un ansia de vivir el momento como si fuera el último. Me ha gustado leerte.
Un abrazo.
Pepa

Mitsy gracias por pasarte por mis versos y dejar tus palabras

saludos

rafael

Muy bello poema de Rafael.