Eras a los 9 años el prodigioso acento..."Se equivocaba la paloma, se equivocaba"
(Rafael Alberti)
Eras esa vivaz lumbrera de un futuro tan dorado
que el sol sentía la envidia rayar por todo el cuerpo.
¿Qué aconteció entonces?
¿Qué torcido esplendor se te anidó en las pestañas?
Y entonces el vulgo ha comenzado a decir que nada vales,
que la veleta al viento es tu manera
para zarpar, para cruzar el agua
que ni te moja ni te envuelve
y tampoco te sigue en cada paso.
¡Ay de ti!
Ya sólo quedan tres años
¿Qué vendrá después?
¿Cómo será el ocaso ante las luces?
¿Cómo la nieve ante el verdor lejano?
¿Cuál esplendor te eclipsará las ojos
sin párpados de oro y sin niebla de derroche?
Y todo por ser como de viento.
Y todo por encontrar las cosas tan distintas en la noche...
He ahí que el dolor y la amargura
han lustrado cada parte del cuerpo intermitente.
Ya después de que el río cese
-y sólo después quizá-
verás el astro,
tan cercano como al principio.
Alberto Madariaga
(2015) [/RIGHT]