Editorial Alaire

La muerte


¡Oh gimiente vampiro de las catacumbas!
doblan las campanas en el umbral herido,
los fantasmas vienen a esta casa.

¡ maldito, maldito crepúsculo de los conejos!

La muerte, se viene a buscar las almas.

¡ Oh, delincuente mirada que penetra el cuerpo!

Los vinos se tomas con sangre y carne.

El asesino, el asesino se mira en el espejo.

La muerte, con todas sus delincuentes miradas,
crisálida herida por los cardúmenes de peces.

Los ocasos maldicientes vuelven a Alan poe.


Herida penetrante, herida de los vampiros.

¡ Exclamo al mas allá las almas, los duelos!

Mujer vampiro de sangre maldita, venme a buscar.

Con todos los gritos al ojo humano,
en la trampa, en el duelo misterioso.

Javier, un osado poema en reto con la muerte para desmitificar quizás, el miedo eterno
y ancestral que su contacto produce y además una poética forma de establecer a través del
deseo, ese mágico poderío sobre ella, que todo humano desearía alcanzar...¿Sublimación?

De cualquier forma, una gran muestra de originalidad inspirativa. Felicidades, poeta.

Cordialmente, Mitsy

Bien la puntuación y el ritmo, pero el discurso es oscuro y abstruso, quizás porque así lo has decidido. Tienes una gran voluntad de trabajo que admiro. Feliz Año Nuevo.
Un abrazo.
Pepa

Amigos todo lo que vuelco en mis versos es nada mas que el camino recorrido, estoy en una sociedad que a veces no perdona y esto es el fruto de mi salud ya que soy paciente psiquiatrico, y en mi sangre corre energía estos son intentos de lograr estados, para crear y que otros recreen la obra.
javier