TUYA ES LA VERDAD
Publicado: Lun, 12 Ene 2015 14:12
En la razón te huyo
y prostituyo la verdad de hacerme
de tu orgullo y arrasarte
entre latidos desbocados;
porque hay presentes sin futuro
y sin embargo estás entre las letras
que el cuerpo cubrirá,
cuando los besos hablen
en las tierras incoloras
de la lujuria.
En tu cintura escribo,
por derribo e impaciencia
y tu presencia invade y avasalla;
porque es metralla tu lengua
cuando enseña y amamanta,
cuando escarba,
cuando tienta.
Es tu senda que me llama
a hacerme verbo y definirte;
que me pide que te invada
y te derrote;
que te pruebe y te compruebe
entre diluvios;
que te atraviese y te intuya.
Porque es tuya la verdad
y el tiempo miente
y miente el verso cuando escapa
de las garras de tu abrazo;
cuando siente que eres sueño
y te ata a la templanza.
En tu grito está mi cuerpo
de sarmientos y tormentos;
en tus vientos de locura,
está la duda de arrojarme
a tus vacíos infinitos;
en la luna está tu carne,
desnuda al ataque de mi boca
de verdades;
porque vine a tus pechos a quedarme
y me olvidé de mí
y ocupado en la derrota de vivir…
se me hizo tarde.
En la razón te huyo y te reniego
y entre tus dedos de voz,
mi cuerpo arde.
y prostituyo la verdad de hacerme
de tu orgullo y arrasarte
entre latidos desbocados;
porque hay presentes sin futuro
y sin embargo estás entre las letras
que el cuerpo cubrirá,
cuando los besos hablen
en las tierras incoloras
de la lujuria.
En tu cintura escribo,
por derribo e impaciencia
y tu presencia invade y avasalla;
porque es metralla tu lengua
cuando enseña y amamanta,
cuando escarba,
cuando tienta.
Es tu senda que me llama
a hacerme verbo y definirte;
que me pide que te invada
y te derrote;
que te pruebe y te compruebe
entre diluvios;
que te atraviese y te intuya.
Porque es tuya la verdad
y el tiempo miente
y miente el verso cuando escapa
de las garras de tu abrazo;
cuando siente que eres sueño
y te ata a la templanza.
En tu grito está mi cuerpo
de sarmientos y tormentos;
en tus vientos de locura,
está la duda de arrojarme
a tus vacíos infinitos;
en la luna está tu carne,
desnuda al ataque de mi boca
de verdades;
porque vine a tus pechos a quedarme
y me olvidé de mí
y ocupado en la derrota de vivir…
se me hizo tarde.
En la razón te huyo y te reniego
y entre tus dedos de voz,
mi cuerpo arde.