Editorial Alaire

Echa a los esclavos de tu casa y echemos la siesta.
El vino que han servido en la mesa,
Tiene un cuerpo como el tuyo,
de lujuria y desenfreno,
hermosa Lesbia.

Y echa el cerrojo a la puerta después de la siesta.
Debajo de mi túnica guardo la llave en la entrepierna.
-un racimo de uvas roza los labios de Lesbia-

Has fornicado con amigos y médicos y el que se echa
a tu lado y te contempla, comete un sacrilegio,
si no te cubre toda la noche expiando sus culpas.

Cándido me sorprende mi amigo Catón, con cara de niño,
con un agravio que hace que le ame más
y le quiera menos:
el robo de un beso y el sabor de sus labios en mi lengua.
A pesar de que perdió la voz cuando mandé cortar la suya
por no saber guardar secretos.

Entre el oráculo del ardiente Jove y el túmulo del anciano Jano,
odias y amas y te tortura la belleza y la gracia de Lesbia,
aunque para gallardo, alto, blanco y derecho,
el cuerpo de la joven Quintia:
encantos todos de gran amante,
pero sin sal.

Cándido me sorprende mi amigo Catón, con cara de niño,
con un agravio que hace que le ame más
y le quiera menos:
el robo de un beso y el sabor de sus labios en mi lengua.
A pesar de que perdió la voz cuando mandé cortar la suya
por no saber guardar secretos.

Es precioso , amigo m gusta, gracias

Brillante, Manuel, mostrándonos al Catulo más soez y promiscuo, pero te metes también en lo profundo. Deseo que nuestros compañeros se empapen con la gran empresa que has acometido y en la que te has desenvuelo tan bien.

Un abrazo.

Un poema muy bello, amigo Manuel. Me ha gustado mucho como lo has elaborado y el tono del poema.
Felicidades compañero.
Fuerte abrazo.

Gracias Curra eres un cielo, un beso.

Manuel, lujurioso y encantador. Un poema sorprendente, me encantó. Enhorabuena amigo y gran poeta.
Besos.Mitsy

Gracias F. Enrique, eres muy amable, un abrazo.

Gracias MMartínez, eres muy amable, un abrazo.

Gracias Mitsy, eres muy amable, un beso, amiga.

Tremendamente sorprendido, pero a la vez gratamente...
Lección de versos y de historia.
Mi felicitación, amigo Manuel Alonso.
Un gran abrazo.

Gracias Quinteño eres muy amable, un abrazo.

Manuel Alonso escribió:Echa a los esclavos de tu casa y echemos la siesta.
El vino que han servido en la mesa,
Tiene un cuerpo como el tuyo,
de lujuria y desenfreno,
hermosa Lesbia.

Y echa el cerrojo a la puerta después de la siesta.
Debajo de mi túnica guardo la llave en la entrepierna.
-un racimo de uvas roza los labios de Lesbia-

Has fornicado con amigos y médicos y el que se echa
a tu lado y te contempla, comete un sacrilegio,
si no te cubre toda la noche expiando sus culpas.

Cándido me sorprende mi amigo Catón, con cara de niño,
con un agravio que hace que le ame más
y le quiera menos:
el robo de un beso y el sabor de sus labios en mi lengua.
A pesar de que perdió la voz cuando mandé cortar la suya
por no saber guardar secretos.

Entre el oráculo del ardiente Jove y el túmulo del anciano Jano,
odias y amas y te tortura la belleza y la gracia de Lesbia,
aunque para gallardo, alto, blanco y derecho,
el cuerpo de la joven Quintia:
encantos todos de gran amante,
pero sin sal.

Muy buena entrega Manuel. Pensar qué complejos mundos procrea la lujuria. Me gusta mucho tu recreación. Abrazos, ERA

Gracias ERA, eres muy amable y un cielo, un abrazo.

Me quito el sombrero- metafórico- ante la belleza de este poema. Un placer, sin duda, la lectura.
Un abrazo.
Pepa

Gracias Pepa, eres muy amable, un abrazo, amiga.