IV. Poder volar.

[Blanca Sandino]

«También tú puedes volar», me susurran las minúsculas motas de polvo visibles únicamente cuando las ilumina un rayo de sol. «También tú; también tú puedes» - repiten - mientras bajan y suben, ingrávidas, flotando en un río vertical de agua transparente y mágica que las transforma, por un instante, en una cascada de ralladura de limón. La luz, jugando entre ellas, se traslada con disimulo hasta rozarme suavemente. Es ella sí, es ella, quien da forma a todas las cosas, también a mí.
Siento su contacto, y la tenue nube de polvo girando a mi alrededor, posándose en mi cuerpo. Pero, ¿cómo puedo liberarme de estos grilletes que utiliza la tierra para atarme tan firmemente?
Abro las manos repletas de los pequeños pedazos del papel en el que trascribía estos pensamientos. Estoy sembrando el aire de palabras, nievan, lentamente, mis pensamientos sobre la calle.
¡Vuelo! Puedo volar.



Blanca Sandino

[Benjamín León]

Es hermoso, Blanca, es hermoso y verídico, es el sueño del ser humano, poder volar. Sólo en la imaginación, en el lugar ilimitado de la mente, podemos volar, trasladarnos al lugar imposible, y ser aquello que nos restringió el tiempo y las vivencias. Amé tu prosa. Gracias.

Un abrazo, Benjamín.

PD: Mi foto verde, tiene en mí, la idea del vuelo, a propósito de vuelos.

[Jerónimo Muñoz]

Está llena de inspiración la poesía en prosa que nos ofreces, Blanca. Intento convencer a algunos amigos de que la poesía no tiene su entidad en la cadencia acentual, en ese ritmo fónico pretendidamente sagrado e inviolable. Aquí está la prueba de mi aserto. Aquí, en este vuelo que tu creas, en esta hermosísima metáfora expresada sin necesidad de repeticiones rítmicas de ningún tipo. Creo que el futuro de la poesía está aquí. Yo lo llamaría “poesía desnuda”.
Ha sido un placer leerte, Blanca.
Saludos.

[Blanca Sandino]

Muchas gracias, Benjamín. Y sí, tienes razón, siempre nos queda ese ilimitado rinconcinto (por lo recogido), de nuestra mente. Allí somos libres para hacer y deshacer, reír o llorar, vivir y morir, tan intensamente como lo deseemos.


Ya ves, respecto a tu fotografía, pensé, mi tierra es también muy muy verde, que hacía como yo cuando era niña: buscar(te).

'Mi prosa' se siente como la Cenicienta: feliz de que la ames : )

Blanca

Es hermoso, Blanca, es hermoso y verídico, es el sueño del ser humano, poder volar. Sólo en la imaginación, en el lugar ilimitado de la mente, podemos volar, trasladarnos al lugar imposible, y ser aquello que nos restringió el tiempo y las vivencias. Amé tu prosa. Gracias.

Un abrazo, Benjamín.

PD: Mi foto verde, tiene en mí, la idea del vuelo, a propósito de vuelos.

[Blanca Sandino]

Hola, Jerónimo. Me resulta muy dificultoso hacer distinciones entre prosa poética y poesía. Un amigo, y muy buen poeta, que vive en Sevilla, me comentaba -se refería a un poema, bueno, así lo llamo yo, mío- que, el que estuviera escrito 'todoseguido', no significaba nada. Yo estoy de acuerdo con él. Y creo que también lo estoy contigo, claro que no sé si eso es bueno para ti ya que yo no entiendo mucho de poesía ni de métrica, ni de muchas otras cosas que no son poesía, claro : ) Cuando escribo, me cuesta mucho sujetarme y sujetar lo que siento a las más elementales normas de la métrica, si bien, he de decir, me encantaría.

Gracias, Jerónimo, muchas.

Blanca

Está llena de inspiración la poesía en prosa que nos ofreces, Blanca. Intento convencer a algunos amigos de que la poesía no tiene su entidad en la cadencia acentual, en ese ritmo fónico pretendidamente sagrado e inviolable. Aquí está la prueba de mi aserto. Aquí, en este vuelo que tu creas, en esta hermosísima metáfora expresada sin necesidad de repeticiones rítmicas de ningún tipo. Creo que el futuro de la poesía está aquí. Yo lo llamaría “poesía desnuda”.
Ha sido un placer leerte, Blanca.
Saludos.

[Rafel Calle]

Hermoso poema de Blanca.

[Juan Marcos]

Sí, puedo secundar en completo acuerdo contigo, estimado Rafel, que es, en su sencillez y profundidad metalingüística, un bello poema en que el ser de Blanca Sandino eternizó las alas de su vuelo...