Editorial Alaire

He aquí la sangre del vacío
incorporada a tu pupila
como una plegaria del viento contra los vivos.

Hay réplicas de nosotros en los escombros de la noche.
Un cinema de los cadáveres
y pájaros que inventa el acero,
luminosas entrañas de soledad
esparcidas a lo largo de la plaza.
Cuerpos y otros tatuajes de la despedida
que se derrumban en la fugacidad como títeres, como falsas sonrisas.

He aquí el piano contra el aborto de una diosa canina.
La inmovilidad de un cerezo expulsado de la infancia
y un reloj de abismos que anuncia la hora prendida al cuello de los bisontes,
el marfil que desgarra los sueños de naranja
con los que nos sobrevive el pasado.

qué bien Marius, un abrazo muy grande. que el tiempo te atraviese y florezca.

La pupila abarca la tiranía del desastre, sus manos rotas. El creador ha excavado en arenas movedizas. El botín es un tesoro de riesgos, un catalejo brujo de verdades por nacer.

¡Qué orgullosos estamos tus amigos de la poética Gabureanu!

Abrazo enorme.

Hermoso e interesante poema de Marius.

y pájaros que inventa el acero,
luminosas entrañas de soledad
esparcidas a lo largo de la plaza.
Cuerpos y otros tatuajes de la despedida
que se derrumban en la fugacidad como títeres, como falsas sonrisas.



muy hermoso gracias

Marius, no puedo explicarte el huracán que me desatan tus imágenes. Gracias por compartir tu poema.

Abrazos!

La pupila recoge los pedazos del ayer, lleva adherida a su alma la materia muerta.
Me alegra mucho tu regreso, Marius. La poesía es, muchas veces, un grito necesario para el alma.
Un fuerte abrazo, amigo.

Me gustó el poema, sus imágenes tan acertadas. Un placer seguirte, amigo
Besos
Pilar

Un poema impactante, amigo Marius, por esa fuerza impresionante de las imágenes.

Un abrazo y Feliciano.

Marius, vuelvo a leer un poema tuyo con mucho gusto. Me gusta las impactantes imágenes que plasmas, además transmite muchas sensaciones. Un placer leerte.

Te envío un abrazo.

La ceguera, hasta la suplicada, la deseada, no puede arrasar la forma del ojo. Sobre la forma del ojo se dibuja la forma de las cosas y los seres, basta el grafito afilado, esa aleación de pensar sintiendo y sentir pensando (me viene a la cabeza esa palabra tan vapuleada, surrealismo, tan denigrada que saca la lengua y va matando buitres a latigazos mientras agoniza o se subleva) para enumerar marcas, para dislocar presencias. Después se parpadea y quedan manchas de color, y eso es el rastro de la ruina, donde uno puede acostarse. Uno se para a borrar el trazo negro, y resulta que está extendiendo colores primordiales por un recinto donde sólo cabe uno. La poesía está siempre hablando consigo misma. Abrazo enorme, Marius.

La canción es impresionante. Estaba escuchándola mientras te escribía, acabó, y ya estoy echándola de menos, me voy al yotube a por más.

Marius me ha entusiasmado el poema y la canción es muy apropiada, te felicito, es un placer, un abrazo, amigo.