Editorial Alaire

Como un oasis en medio de la realidad
y su ombligo, abierto en flor.
El niño con su panza inflada de hambre
en libertad
contempla al cielo del azul indistinto,
sembrado con su mirada de margaritas silvestres
pisoteadas, en el sendero de la caducidad
por los dinosaurios del alma, por los gigantes caballos
de la inservible gloria semental.

Y vuelan remontando sus alturas
los decibeles de la ternura,
los corderos del asombro y del por qué
en medio de una lluvia de principios
lavando la frente
de la siempre sucia cara despistada,
banal e indiferente terrenalidad,
-Oasis- en medio de lo real.

Y suena como vals del trueno:
la queja,
que rompe el exilio de la participación
y de la calma
en la muerte lenta de la pasividad.

El que quiera oir, que oiga.
El que quiera entender...
Que no descanse en paz.

A quién puede importar ya,
la mitad más uno
del confrontamiento con la verdad.

Que resuenen los cascos
de la liviandad asegurada... ¡media vuelta,
mirad hacia atrás!

Que el presente no es algo que competa
a los que siempre aprueban,
que no se puede hacer más.


MITSY GREY
Derechos reservados
Enero de 2015

Mitsy Grey escribió:Como un oasis en medio de la realidad
y su ombligo, abierto en flor.
El niño con su panza inflada de hambre
en libertad
contempla al cielo del azul indistinto,
sembrado con su mirada de margaritas silvestres
pisoteadas, en el sendero de la caducidad
por los dinosaurios del alma, por los gigantes caballos
de la inservible gloria semental.

Y vuelan remontando sus alturas
los decibeles de la ternura,
los corderos del asombro y del por qué
en medio de una lluvia de principios
lavando la frente
de la siempre sucia cara despistada,
banal e indiferente terrenalidad,
-Oasis- en medio de lo real.

Y suena como vals del trueno:
la queja,
que rompe el exilio de la participación
y de la calma
en la muerte lenta de la pasividad.

El que quiera oir, que oiga.
El que quiera entender...
Que no descanse en paz.

A quién puede importar ya,
la mitad más uno
del confrontamiento con la verdad.

Que resuenen los cascos
de la liviandad asegurada... ¡media vuelta,
mirad hacia atrás!

Que el presente no es algo que competa
a los que siempre aprueban,
que no se puede hacer más.


MITSY GREY
Derechos reservados
Enero de 2015

Aplaudo este poema que mueve las entrañas de la conciencia.

Un beso, poeta

Yo también aplaudo este precioso poema, Mitsy. Me encantaron los versos, muy evocadores, con una mezcla de dolor y ternura. El final es contundente.

Mi enhorabuena, amiga, y gracias por regalarnos esta perla.

Un abrazo.

Un gran y necesario poema, no solamente desde el punto social, sino también desde el modo
artístico, del cómo se trata. Se demuestra eso... Sensibilidad e inteligencia poética.

Un abrazo y Feliciano, querido amigo.

Demuestras tener una gran sensibilidad en estos versos tan bellos, querida amiga.
Mis más sinceras felicitaciones.
Un abrazo fuerte.

Extraordinario Mitsy, y suena como un vals....me ha encantado, amiga un beso.

Liz Barrio. escribió:

Mitsy Grey escribió:Como un oasis en medio de la realidad
y su ombligo, abierto en flor.
El niño con su panza inflada de hambre
en libertad
contempla al cielo del azul indistinto,
sembrado con su mirada de margaritas silvestres
pisoteadas, en el sendero de la caducidad
por los dinosaurios del alma, por los gigantes caballos
de la inservible gloria semental.

Y vuelan remontando sus alturas
los decibeles de la ternura,
los corderos del asombro y del por qué
en medio de una lluvia de principios
lavando la frente
de la siempre sucia cara despistada,
banal e indiferente terrenalidad,
-Oasis- en medio de lo real.

Y suena como vals del trueno:
la queja,
que rompe el exilio de la participación
y de la calma
en la muerte lenta de la pasividad.

El que quiera oir, que oiga.
El que quiera entender...
Que no descanse en paz.

A quién puede importar ya,
la mitad más uno
del confrontamiento con la verdad.

Que resuenen los cascos
de la liviandad asegurada... ¡media vuelta,
mirad hacia atrás!

Que el presente no es algo que competa
a los que siempre aprueban,
que no se puede hacer más.


MITSY GREY
Derechos reservados
Enero de 2015

Aplaudo este poema que mueve las entrañas de la conciencia.

Un beso, poeta

Gracias por tu solidaridad poética y de contenido, compañera... un profundo abrazo.

Mitsy

Raul Muñoz escribió:Yo también aplaudo este precioso poema, Mitsy. Me encantaron los versos, muy evocadores, con una mezcla de dolor y ternura. El final es contundente.

Mi enhorabuena, amiga, y gracias por regalarnos esta perla.

Un abrazo.

Gracias a ti, poeta, por leerme y respaldar... aprecio siempre y cada día, tu visita.

Un abrazo, Mitsy

J. J. M. Ferreiro escribió:Un gran y necesario poema, no solamente desde el punto social, sino también desde el modo
artístico, del cómo se trata. Se demuestra eso... Sensibilidad e inteligencia poética.

Un abrazo y Feliciano, querido amigo.

Muchas gracias poeta Ferreiro, me honra la visita y el comentario que me dejas...Gracias,
por tu amistad poética.

Mi abrazo, Mitsy

MMartinezGo escribió:Demuestras tener una gran sensibilidad en estos versos tan bellos, querida amiga.
Mis más sinceras felicitaciones.
Un abrazo fuerte.

Muchas gracias amigo mío... tu palabra me es de gran estímulo, siempre... mil gracias.

Mitsy

Manuel Alonso escribió:Extraordinario Mitsy, y suena como un vals....me ha encantado, amiga un beso.

Manuel, mi muy admirado y querido poeta... mil gracias por tu seguimiento asiduo de mis modestas obras... un beso y un abrazo.

Mitsy

Me gustan estos poemas que se sensibilizan con lo más humano del hombre. Precioso decir en cada verso
Abrazos
Pilar

Pilar Morte escribió:Me gustan estos poemas que se sensibilizan con lo más humano del hombre. Precioso decir en cada verso
Abrazos
Pilar

Muchas gracias, Pilar, estimada poeta. Besos.

Mitsy

Mitsy Grey escribió:Como un oasis en medio de la realidad
y su ombligo, abierto en flor.
El niño con su panza inflada de hambre
en libertad
contempla al cielo del azul indistinto,
sembrado con su mirada de margaritas silvestres
pisoteadas, en el sendero de la caducidad
por los dinosaurios del alma, por los gigantes caballos
de la inservible gloria semental.

Y vuelan remontando sus alturas
los decibeles de la ternura,
los corderos del asombro y del por qué
en medio de una lluvia de principios
lavando la frente
de la siempre sucia cara despistada,
banal e indiferente terrenalidad,
-Oasis- en medio de lo real.

Y suena como vals del trueno:
la queja,
que rompe el exilio de la participación
y de la calma
en la muerte lenta de la pasividad.

El que quiera oir, que oiga.
El que quiera entender...
Que no descanse en paz.

A quién puede importar ya,
la mitad más uno
del confrontamiento con la verdad.

Que resuenen los cascos
de la liviandad asegurada... ¡media vuelta,
mirad hacia atrás!

Que el presente no es algo que competa
a los que siempre aprueban,
que no se puede hacer más.


MITSY GREY
Derechos reservados
Enero de 2015

Soberbio poema, profundo mensaje social. Se suele criticar la inclinación a escribir poemas políticos, sociales, religiosos por que, dicen, su carácter premeditado no condice con la razón pura de la poesía, cual es lo espontáneo, lo inspirado, lo mágico. Y, ciertamente, algunos poemas de Pablo Neruda, por ejemplo, me han hecho estar de acuerdo en cuán difícil es alcanzar el sublime vuelo poético en poemas de argumentos preestablecidos. Muchos poemas de este gran poeta no pasan de ser ideas panfletarias radicalizadas por el fanatismo político. Sin embargo, en este poema de nuestra apreciada Mitsy, yo he creído ver una trascendencia más allá de un simple cuadro de injusticia social. He sentido en mi espíritu la brisa de una poesía auténtica; es decir, que, más allá de un grito meramente contestatario, me ha parecido escuchar la voz, todas las voces, del alma humana que ha sufrido por milenios la miserable condición humana. El valor de este poema radica en la denuncia ontológica que no cae nunca en el resentimiento político. Su mensaje se hace dolorosamente humano, y duele.

Te abrazo, amiga.
Óscar

Te veo cercana, Mitsy, en este poema que clama contra la injusticia, que ofrece corazón, que hierve por lo que sabemos que existe y que imaginamos que se podría hacer mucho más para que no fuera así.