Editorial Alaire

[RIGHT]Huelen a perro muerto
mis manos, te las muestro,
cógelas; te ofrezco el perfume
del abandono y la soledad.[/RIGHT]


¿Sabes quién soy?
¿Te acuerdas de mí,
de aquel perro que siguió tus pasos?
Si quisieras volver a verme,
tendrías que buscar el hilo sanguinolento
y los charcos de plasma que dejé a mi paso;
de lo que un día fui poco queda ya,
no más que la falsa promesa de un amor
muriendo en los glóbulos errantes
que estallaron en su desilusión.

Me abandonó incluso mi sangre,
por eso sería muy triste
que vieras el cuerpo deshecho y maltrecho,
que yace en una fría cuneta.

No lo reconocerías,
como tampoco puedes reconocer
que un día me abandonaste.

Dolor, desazón y desgarramiento marcan la voz de los versos. Un buen poema.
Abrazos

Hermoso e interesante poema de Raul.

de lo que un día fui poco queda ya,
no más que la falsa promesa de un amor
muriendo en los glóbulos errantes
que estallaron en su desilusión.


Raul , te envío
gracias un beso a ver si alivia

Desgarrador, muchos sabemos bien de lo que hablas, por fortuna es un sentimiento que pasa, como todo.
Me ha gustado leerte.
Un abrazo y feliz año

Llega querido Raul. Se articula de una forma inteligente y bien trazada, y el final se gira enfocando hacia quien lo marca. Me ha gustado muchísimo, un fuerte abrazo

Raúl, espléndido el poema y el final es contundente y bello, un placer amigo y un abrazo.

Liz Barrio. escribió:Dolor, desazón y desgarramiento marcan la voz de los versos. Un buen poema.
Abrazos

Gracias Liz por la lectura. Me alegro que te guste.

Un abrazo.

Rafel Calle escribió:Hermoso e interesante poema de Raul.

Gracias Rafael por la lectura, me alegro que te guste.

Te envío un abrazo, amigo

curra anguiano escribió:de lo que un día fui poco queda ya,
no más que la falsa promesa de un amor
muriendo en los glóbulos errantes
que estallaron en su desilusión.


Raul , te envío
gracias un beso a ver si alivia

Muy amable, te lo agradezco de corazón, Curra.

Un fuerte abrazo.

Raul Muñoz escribió:[RIGHT]Huelen a perro muerto
mis manos, te las muestro,
cógelas; te ofrezco el perfume
del abandono y la soledad.[/RIGHT]


¿Sabes quién soy?
¿Te acuerdas de mí,
de aquel perro que siguió tus pasos?
Si quisieras volver a verme,
tendrías que buscar el hilo sanguinolento
y los charcos de plasma que dejé a mi paso;
de lo que un día fui poco queda ya,
no más que la falsa promesa de un amor
muriendo en los glóbulos errantes
que estallaron en su desilusión.

Me abandonó incluso mi sangre,
por eso sería muy triste
que vieras el cuerpo deshecho y maltrecho,
que yace en una fría cuneta.

No lo reconocerías,
como tampoco puedes reconocer
que un día me abandonaste.

Me encanto el poema, mucha fuerza en esa desilusion que hizo poesia.
Gracias por ello, te mando un abrazo.

Salud

María José Honguero Lucas escribió:Desgarrador, muchos sabemos bien de lo que hablas, por fortuna es un sentimiento que pasa, como todo.
Me ha gustado leerte.
Un abrazo y feliz año

Muchas gracias, María José, por la lectura. Me alegro que te haya gustado.

Un abrazo, amiga.

Ventura Ramos López escribió:Llega querido Raul. Se articula de una forma inteligente y bien trazada, y el final se gira enfocando hacia quien lo marca. Me ha gustado muchísimo, un fuerte abrazo

Gracias, Ventura, por tu visita, siempre es un placer.

Un abrazo, amigo.

Manuel Alonso escribió:Raúl, espléndido el poema y el final es contundente y bello, un placer amigo y un abrazo.

Muchas gracias, Manuel, por tus amables palabras para mis intentos.

Te envío un fuerte abrazo, amigo.

Joan Port escribió:

Raul Muñoz escribió:[RIGHT]Huelen a perro muerto
mis manos, te las muestro,
cógelas; te ofrezco el perfume
del abandono y la soledad.[/RIGHT]


¿Sabes quién soy?
¿Te acuerdas de mí,
de aquel perro que siguió tus pasos?
Si quisieras volver a verme,
tendrías que buscar el hilo sanguinolento
y los charcos de plasma que dejé a mi paso;
de lo que un día fui poco queda ya,
no más que la falsa promesa de un amor
muriendo en los glóbulos errantes
que estallaron en su desilusión.

Me abandonó incluso mi sangre,
por eso sería muy triste
que vieras el cuerpo deshecho y maltrecho,
que yace en una fría cuneta.

No lo reconocerías,
como tampoco puedes reconocer
que un día me abandonaste.

Me encanto el poema, mucha fuerza en esa desilusion que hizo poesia.
Gracias por ello, te mando un abrazo.

Salud

Gracias, Joan, por tu lectura. Me alegra que te guste.

Otro abrazo para ti.