Editorial Alaire

Pilar Morte escribió: Hablan sobre las ascuas los últimos rumores,
y dicen sal en el rostro
que el amigo dejó herido
y escuece…
Se nubla la retina de un dolor de piedra
y las bocas confunden las palabras
que debieron nacer sin alas.

El perdón llegará
pero es de noche para caminar sin luz
cuando el corazón se envuelve en lodo
y los latidos suenan sin el eco de la paz.

Siempre creí en la amistad,
que no se herían los bulbos con la tormenta,
que compartiríamos la lluvia suave del afecto
con la ilusión vistiendo los encuentros.

No es suficiente hablar de amor
si el río anega los gestos sin besos
y deja un cauce sin olmos que avivar.

Se cae el velo que oculta pinturas negras,
yo que deseo las paredes de cuadros azules
con ángeles que nutran las almas.

No sirve mirar con ojos vacíos
cuando el alma se nubla indiferente
y se vive sólo de sí misma.
Hay que ofrecer las palmas de las manos
y la cosecha sin ruido.

Pilar Morte escribió: No sirve mirar con ojos vacíos
cuando el alma se nubla indiferente
y se vive sólo de sí misma.
Hay que ofrecer las palmas de las manos
y la cosecha sin ruido.

Julio González Alonso escribió:

Pilar Morte escribió: Hablan sobre las ascuas los últimos rumores,
y dicen sal en el rostro
que el amigo dejó herido
y escuece…
Se nubla la retina de un dolor de piedra
y las bocas confunden las palabras
que debieron nacer sin alas.

El perdón llegará
pero es de noche para caminar sin luz
cuando el corazón se envuelve en lodo
y los latidos suenan sin el eco de la paz.

Siempre creí en la amistad,
que no se herían los bulbos con la tormenta,
que compartiríamos la lluvia suave del afecto
con la ilusión vistiendo los encuentros.

No es suficiente hablar de amor
si el río anega los gestos sin besos
y deja un cauce sin olmos que avivar.

Se cae el velo que oculta pinturas negras,
yo que deseo las paredes de cuadros azules
con ángeles que nutran las almas.

No sirve mirar con ojos vacíos
cuando el alma se nubla indiferente
y se vive sólo de sí misma.
Hay que ofrecer las palmas de las manos
y la cosecha sin ruido.

Ofreces una visión muy generosa de la amistad, sobre todo en el perdón. De todos modos, como el amor, la amistad es frágil y necesitada; es la cualidad que nos hace seres sociales. Lo difícil es encontrarla y saber conservarla, porque al final... los dedos de una mano nos sobran para contar las amistades. Un abrazo desde este poema amigo. Salud.