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Gerardo Mont escribió:Un merecido reconocimiento a un poema muy bello e inteligente, que se disfruta de principio a fin. Aplausos poeta y un gran abrazo.
Ricardo Serna G escribió:Rosa
Felicidades por el reconocimiento, amiga
un poema extraordinario
Un abrazo fuerte
Israel Liñán escribió:Rosa, me alegra mucho ver tu nombre ahí arriba esta semana. El poema lo merece sin duda.
Un abrazo y felicidades.
javierdicenzo80 escribió:Rosa felicitaciones por este gran trabajo, un honor formar parte de estos escritores de alto nivel, te invito a pasar por mi infierno de perros y de vargas llosa, excelente trabajo digno de alaire, grandes imágenes.
J. Paz escribió:Rosa, me alegra ver la estrellita roja junto a este hermoso poema. Muchas felicidades.
Un fuerte abrazo y feliz semana.
Mitsy Grey escribió:Felicidades, querida Rosa, es en verdad, un poema muy bello y lleno de metáforas singulares.
Un abrazo del alma.
Mitsy
curra anguiano escribió:Como me alegra verte en los tronos !!!!
Mil besos
Curra
Sublime belleza en cada verso. Mi enhorabuena.Rosa Marzal escribió:No soy Edith,
ya no.
La sal no amarillea mis ojos
ni deshuesa esta paz
la acidez de una lágrima.
He aprendido
a pulir la fiereza del rayo,
a sentarme sobre las ausencias
y aderezar su Nada
radiactivo con flores, con esqueletos
de ángeles.
No me advirtieron
que la venda de los recuerdos
arde
y es capaz de estrangular a la luz
en su siesta.
Y esta velada blanca, tan niña,
tan extraña...
Presiento una crecida de ecos en la noche,
una marea de espejos atávicos
fluyendo hacia los meandros
del no-olvido.
Allí los rostros amados, las palabras perdidas
para siempre;
allí
mi nido y mi campana rota.
Vuestra punzante voz es mi sangre más firme.
Allí flotáis todos aquellos que Fuisteis,
que eternamente Sois.
Me habláis en un lenguaje sin palabras
que solo yo comprendo.
¡Callad, calmaos,
aminorad vuestra sed
de existencia!
No soy Edith
y voy a talar todos los árboles del cielo
cuando apenas queden caminos en la tierra
que cavar con mis manos.
Seguid a flote, nadad sobre las hojas amarillas
del tiempo y el espacio.
Prometo
no girar mi cuello al sur;
prometo
no convertir mi corazón en sal
hasta la próxima melancolía.