Ser Dios
Publicado: Mié, 17 Dic 2014 21:34
Cuando sea Dios, no necesitaré nada.
No tendré que abrir el periódico y cerrar los ojos,
No tendré que depositar ninguna fianza para no entrar en detalles.
Después de todo, de la nada se sale, aunque sea a mariposa,
Pero el todo intimida, es como un pozo negro, lleno de dudas.
Ahora voy a ponerme en mi sitio.
Escucha cómo chascan de nervios los huesos
en la lucha de conciencias las manos que me cuidan.
Habrá mucha confusión entre los árboles y los niños,
los centros de ocio y las grandes superficies.
Se emplearán otras armas, otras células madre,
Quizás la explosión de una lámpara,
O un alunizaje,
Un rompecabezas y corazones.
A la naturaleza no le agradan los neutrinos,
Los considera anodinos, falsos, faltos de carácter.
A muerte defiende celosa la belleza y el orden.
Después de todo tratamos siempre
De conseguir lo imposible,
Volver a nosotros mismos.
Cuando sea Dios,
No un dios de mármol travertino y vetas azules,
No un dios extranjero, balón de oro,
No un dios negro que acabe siendo chapapote.
Un dios como Dios manda.
No necesitaré calentarme los pies,
Ni la cabeza para mirar por tu amor sobre todo.
No me hará falta escribir poemas
para morir sólo.
No tendré que abrir el periódico y cerrar los ojos,
No tendré que depositar ninguna fianza para no entrar en detalles.
Después de todo, de la nada se sale, aunque sea a mariposa,
Pero el todo intimida, es como un pozo negro, lleno de dudas.
Ahora voy a ponerme en mi sitio.
Escucha cómo chascan de nervios los huesos
en la lucha de conciencias las manos que me cuidan.
Habrá mucha confusión entre los árboles y los niños,
los centros de ocio y las grandes superficies.
Se emplearán otras armas, otras células madre,
Quizás la explosión de una lámpara,
O un alunizaje,
Un rompecabezas y corazones.
A la naturaleza no le agradan los neutrinos,
Los considera anodinos, falsos, faltos de carácter.
A muerte defiende celosa la belleza y el orden.
Después de todo tratamos siempre
De conseguir lo imposible,
Volver a nosotros mismos.
Cuando sea Dios,
No un dios de mármol travertino y vetas azules,
No un dios extranjero, balón de oro,
No un dios negro que acabe siendo chapapote.
Un dios como Dios manda.
No necesitaré calentarme los pies,
Ni la cabeza para mirar por tu amor sobre todo.
No me hará falta escribir poemas
para morir sólo.