Editorial Alaire

Ahora estás de fondo -no remites-, musicalmente figurada
en el recreo de la sustancia, cuando el párpado comprende
desde el mentón hasta el cabello jadeante, mutilado,
que reparte su masa semoviente por todos los colores
atravesándolos con una saña santa, iluminándolos
sin culpa. Estás de fondo y desnaturalizándome.
Lo que hundo en el aire es el recitado de tus gestos,
lo que escucho es mi carne invertida,
lo que veo es la muerte de mi mano.

Muy bien trabajado en el asunto rítmico-melódico, el poema destila una de tus señas de identidad: inteligencia literaria. Curiosa y gratamente, añades una imponente estética versal, algo que no ha sido frecuente en tus trabajos.
Ha sido un placer leerte, amigo Bruno. Felicidades por el poema.
Un cordial abrazo.

Amigo Bruno el poema es magnífico, descarnado, hermoso, me ha gustado mucho, un abrazo.

Rafel, no es una imponente estética versal, pero entiendo lo que quieres decir, y quiero aprovechar ésto para agradecer la posibilidad que este sitio me ha dado.Yo sé lo que el lenguaje puede hacerle a una persona que escribe dentro de sí misma con una grafía común a todas las personas. Nunca nadie me rechazó abiertamente aquí, por eso ahora estoy aprendiendo a hablar.Te agradezco profundamente.Recibe un fuerte abrazo.

Manuel, la bondad ubicuescente.Gracias.Abrazo grande.

atravesándolos con una saña santa, iluminándolos
sin culpa. Estás de fondo y desnaturalizándome.
Lo que hundo en el aire es el recitado de tus gestos,
lo que escucho es mi carne invertida,
lo que veo es la muerte de mi mano.

me conmueve la esencia de tu amor a la vida

Amigo Bruno, no será una imponente estética versal, pero a mí me lo parece, porque se ajusta como un guante a la escuela de Alaire, está repleta de tecnicismos literarios, incluidos encabalgamientos de alta gama.
En fin, los agradecimientos son de ida y vuelta hasta tus lares levantados con una intectualidad y un talento literario sumamente reseñables. Y si a todo eso le añadimos la humildad, solidaridad y cortesía que también te caracterizan, a nadie le puede extrañar que te hayas convertido en uno de los lujos de Alaire.
Abrazos, colega.

Curra, sí, hasta el hombre más desesperado ama la vida.El hombre, el masculino, es ciego, no concibe dar placer a una mujer con otra cosa que no sea su propio sexo.Pero la mujer le enseña, le guía la belleza, y lo libera.Abrazo grande.

¡Oh, no! Tu mano sigue presente... pero ¡¡¡Me gusta este Bruno Laja!!! y ya van dooosssss.

¡¡¡¡¡Me encanta!!!!

Qué hermoso poema. Ya te lo he dicho: cada día disfruto más de tu poesía.
Abrazos
Pilar

Virginia, dos, ahí es nada. ¿Con dos ya puedo decir que estoy en racha?. Abrazo grande.

Gracias Pilar, me alegra mucho lo que dices, es reconfortante para mí. Un placer verte, siempre. Recibe un fuerte abrazo.