Editorial Alaire

Apenas te fuiste y la piel se estiró tanto
que no hubo lugar donde escondernos,
un adiós famélico, una canción salada
y el corazón comenzó su batalla
contra las oquedades del sueño.

No te habías marchado todavía y de los dedos
me brotaron simientes de otro mundo,
blanco, inverso, nuestro,
donde adorar los dioses de tu espalda
y rezar a Neruda en cada abrazo
lanzado hacia el olvido.

La distancia no se mide palmo a lágrima,
se calibra bajo sábanas con el dulzor de un labio
o la textura de un recuerdo,
la distancia no es tu boca ni la mía,
es la sed y el estuario,
el insomnio y la noche,
el ciprés y la carne.

La distancia no es el aire, ni los años,
ni tan siquiera dos corazones despechados
en cada estar de un espejo.

La distancia hubiera sido no conocernos nunca
y no habernos amado hasta desnudar las rosas.

Precioso poema, Mª José, un gusto deslizarse suavemente por tu lirismo tan logrado. Los últimos versos son una maravilla, bueno, todo.
Besos
Pilar

Es bellísimo y el final es una maravilla, me descubro y te aplaudo, tu poesía es maravillosa.

Un abrazo.

Carmen

María José Honguero Lucas escribió:Apenas te fuiste y la piel se estiró tanto
que no hubo lugar donde escondernos,
un adiós famélico, una canción salada
y el corazón comenzó su batalla
contra las oquedades del sueño.

No te habías marchado todavía y de los dedos
me brotaron simientes de otro mundo,
blanco, inverso, nuestro,
donde adorar los dioses de tu espalda
y rezar a Neruda en cada abrazo
lanzado hacia el olvido.

La distancia no se mide palmo a lágrima,
se calibra bajo sábanas con el dulzor de un labio
o la textura de un recuerdo,
la distancia no es tu boca ni la mía,
es la sed y el estuario,
el insomnio y la noche,
el ciprés y la carne.

La distancia no es el aire, ni los años,
ni tan siquiera dos corazones despechados
en cada estar de un espejo.

La distancia hubiera sido no conocernos nunca
y no habernos amado hasta desnudar las rosas.

Coincido con quienes me preceden, un placer leerte, saludos, Luna.-

Muy bello poema de María José.

Maravilloso poema, como todos los tuyos. Un abrazo, compañera.

Hermosísimo trabajo, María José.
Coincido con Pilar en la calidad indiscutible de los últimos dos versos.

Salud y felicidad; gracias por compartir.

Pilar, de nuevo mil gracias por leerme y hacérmelo saber con tus más que valorados comentarios.
Un fuerte abrazo