Editorial Alaire

Me gusta cuando callas porque por fin callas.
Y puedo concentrarme en el patrón del ganchillo,
en el papiro egipcio con su marco dorado,
en en capitel corintio de la lámpara.

Si no fuera por ti,
que haces saltar las lentejuelas rosas
con tu pelo de leona,
que quieres que complete la palabra.
905 443 777.

Cambiaría ese croma
de fuegos artificiales
por la noche absoluta,
te desmaquillaría para verte la cara,
te invitaría a queso y vino en mi refugio
de 1940.

Y, cuando por fin callas,
me asoma la posibilidad de la masturbación
y veo en mi semen el espermatozoide de mi padre.

Excelente poema, amigo Ignacio, que ha sido un placer leerte.
No hay duda de que tu forma de decir es, por lo menos, novedosa.
Enhorabuena.
Te mando un cordial saludo.

Total y absolutamente distinto , muy bello ademas.

un gusto llegar a sus versos.
saludos de amistad
Malvina

Bravo, Ignacio: pongámonos en favor de la belleza áspera, de la menos belleza que es más belleza.

Dentro de tres semanas te vuelvo a convocar al Bukowski (algún día te vendrá bien).

Hasta pronto.

Ignacio García,

Magnífico poema, amigo mío
gusto de verte por aquí

te felicito

Un abrazo fuerte

Muchas gracias, un abrazo

Sencillamente y aunque sea lo menos sencillo de todo, eres un crack, gracias.

Muy buena línea, me gusta. El final es genial.

Un abrazo