Cita con ángeles
Publicado: Mar, 25 Nov 2014 14:41
Cita con ángeles
( A Silvio Rodriguez )
Dice la leyenda que aquél día, los ángeles,
esos que rendían pleito a dios,
fenecieron en el encuentro de amor entre flores.
No existe la utopía, de ángeles en la puerta de las balas.
Setiembre fue el día señalado, odio de mundanos niños.
Dice la leyenda que esos ángeles murieron
entre Hiroshima., entre balcones del fin lunado.
La cita era comer manjares, dormir reír, amar
hacer el amor pero no se podía,
ir a una feria de disfraces del ayer.
El tiempo pone la guerra, los soldaditos de plomo,
dice la canción que esos ángeles son incompetentes,
que surcan el cielo, y que llevan pastillitas para dormir.
Todo es inoportuno rumbo al campo de las flores,
dientitos que muerden las frutas y los sueños,
mares en Hiroshima.
caballos de pobres en la tierra…
dicen que el ángel sube para volver a bendecir,
y que esas armas en la guerra eran abanicos de perfumes
cuando los dientitos del niño esperaba su regalo,
el hierro muere a veces en el olvido.
Seamos hombres, no egoístas, atravesando los días
las horas, los nombres, las palabras y las putas.
Dice Silvio, que los ángeles rodean los sueños,
la elegancia y los uniformes,
a la puerta de las balas son fresas en el campo.
( A Silvio Rodriguez )
Dice la leyenda que aquél día, los ángeles,
esos que rendían pleito a dios,
fenecieron en el encuentro de amor entre flores.
No existe la utopía, de ángeles en la puerta de las balas.
Setiembre fue el día señalado, odio de mundanos niños.
Dice la leyenda que esos ángeles murieron
entre Hiroshima., entre balcones del fin lunado.
La cita era comer manjares, dormir reír, amar
hacer el amor pero no se podía,
ir a una feria de disfraces del ayer.
El tiempo pone la guerra, los soldaditos de plomo,
dice la canción que esos ángeles son incompetentes,
que surcan el cielo, y que llevan pastillitas para dormir.
Todo es inoportuno rumbo al campo de las flores,
dientitos que muerden las frutas y los sueños,
mares en Hiroshima.
caballos de pobres en la tierra…
dicen que el ángel sube para volver a bendecir,
y que esas armas en la guerra eran abanicos de perfumes
cuando los dientitos del niño esperaba su regalo,
el hierro muere a veces en el olvido.
Seamos hombres, no egoístas, atravesando los días
las horas, los nombres, las palabras y las putas.
Dice Silvio, que los ángeles rodean los sueños,
la elegancia y los uniformes,
a la puerta de las balas son fresas en el campo.