Editorial Alaire

Gonzalo Martínez escribió:

Yo esperaba curioso contemplar la llegada
de aquellas golondrinas que creó un gran poeta,
y no fueron aquellas, pero sí su silueta
puesto que eran iguales, de distinta nidada.

Y veloces, unidas, en rasante volada,
al balcón casi entraron en misión muy secreta,
con sus cantos trisados y que nadie interpreta
si el lenguaje no sabes, de esa jerga encantada.

Se posaron algunas y sonó en mis cristales,
el rozar de su alas de raudos movimientos,
retornaban piando cantos sentimentales

a los nuevos amantes que escuchaban atentos
el eco de sus nombres que en trinos especiales
modulaban sus picos en sus dulces intentos.

Marisa Peral escribió:

Gonzalo Martínez escribió:

Yo esperaba curioso contemplar la llegada
de aquellas golondrinas que creó un gran poeta,
y no fueron aquellas, pero sí su silueta
puesto que eran iguales, de distinta nidada.

Y veloces, unidas, en rasante volada,
al balcón casi entraron en misión muy secreta,
con sus cantos trisados y que nadie interpreta
si el lenguaje no sabes, de esa jerga encantada.

Se posaron algunas y sonó en mis cristales,
el rozar de su alas de raudos movimientos,
retornaban piando cantos sentimentales

a los nuevos amantes que escuchaban atentos
el eco de sus nombres que en trinos especiales
modulaban sus picos con muy dulces intentos.

Es un placer leerte Gonzalo, dominas el soneto en todas su medidas
Saludos.

Marisa Peral escribió:

Gonzalo Martínez escribió:

Yo esperaba curioso contemplar la llegada
de aquellas golondrinas que creó un gran poeta,
y no fueron aquellas, pero sí su silueta
puesto que eran iguales, de distinta nidada.

Y veloces, unidas, en rasante volada,
al balcón casi entraron en misión muy secreta,
con sus cantos trisados y que nadie interpreta
si el lenguaje no sabes, de esa jerga encantada.

Se posaron algunas y sonó en mis cristales,
el rozar de su alas de raudos movimientos,
retornaban piando cantos sentimentales

a los nuevos amantes que escuchaban atentos
el eco de sus nombres que en trinos especiales
modulaban sus picos con muy dulces i

Es un placer leerte Gonzalo, dominas el soneto en todas su medidas
Saludos.

Carlos Justino Caballero escribió:Gonzalo Martínez, Hermoso alejandrino, Gonzalo! Mis congratulaciones!

Pilar Morte escribió:Difícil ser soneto y alejandrino. Preciosas golondrinas las que asoman en tus versos
Abrazos
Pilar

Manuel Alonso escribió:Los pájaros, las golondrinas, amigo, en estos versos tuyos hermosos, me ha gustado mucho, Gonzalo, un abrazo.

Gonzalo Martínez escribió:Yo esperaba curioso contemplar la llegada
de aquellas golondrinas que creó un gran poeta,
y no fueron aquellas, pero sí su silueta
puesto que eran iguales, de distinta nidada.

Y veloces, unidas, en rasante volada,
al balcón casi entraron en misión muy secreta,
con sus cantos trisados y que nadie interpreta
si el lenguaje no sabes, de esa jerga encantada.

Se posaron algunas y sonó en mis cristales,
el rozar de su alas de raudos movimientos,
retornaban piando cantos sentimentales

a los nuevos amantes que escuchaban atentos
el eco de sus nombres que en trinos especiales
modulaban sus picos con muy dulces intentos.

Gonzalo Martínez escribió:Yo esperaba curioso contemplar la llegada
de aquellas golondrinas que creó un gran poeta,
y no fueron aquellas, pero sí su silueta
puesto que eran iguales, de distinta nidada.

Y veloces, unidas, en rasante volada,
al balcón casi entraron en misión muy secreta,
con sus cantos trisados y que nadie interpreta
si el lenguaje no sabes, de esa jerga encantada.

Se posaron algunas y sonó en mis cristales,
el rozar de su alas de raudos movimientos,
retornaban piando cantos sentimentales

a los nuevos amantes que escuchaban atentos
el eco de sus nombres que en trinos especiales
modulaban sus picos con muy dulces intentos.

Carlos A. Gallardo Ch. escribió:

Gonzalo Martínez escribió:Yo esperaba curioso contemplar la llegada
de aquellas golondrinas que creó un gran poeta,
y no fueron aquellas, pero sí su silueta
puesto que eran iguales, de distinta nidada.

Y veloces, unidas, en rasante volada,
al balcón casi entraron en misión muy secreta,
con sus cantos trisados y que nadie interpreta
si el lenguaje no sabes, de esa jerga encantada.

Se posaron algunas y sonó en mis cristales,
el rozar de su alas de raudos movimientos,
retornaban piando cantos sentimentales

a los nuevos amantes que escuchaban atentos
el eco de sus nombres que en trinos especiales
modulaban sus picos con muy dulces intentos.