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El Asesinato de Borges (Parte I)

Publicado: Jue, 15 May 2008 19:17
por Roderick Guzman
Entonces la puerta se abrió. El salón tenía una ventana. En el centro había una mesa conseis sillas. Sobre ellos colgaba una araña encendida. Los seishombres entraron en silencio. Alguno miró por la ventana y pudo ver elcuerpo deforme del árbol del cual colgaban unos murciélagos.



Erancerca de las diez de la noche. La noche con su peso específico, consu olor a nada y a vacío, a fríos escombros de un día al acecho, rabioso y frustrado, detrás de los linderos del horizonte.



Lossobretodos sobre clavos en la pared, igual que los sombreros y lasboinas. Los individuos tomaron asiento. Alguien sacó un cigarrillo. Las miradas eran de una intensidad vitral.



Másallá, donde doblaba la avenida hacia la izquierda crecía la ciudad. Pasaban los vehículos, los noctámbulos, los anuncios eléctricos quellenaban los espacios de la oscuridad. Algunos pájaros se acomodabanen los lejanos ramales del parque.


Cómodosya, elegantes como gárgolas, estirados como obeliscos, se aprestarona exponer sus razones. El peso de sus exposiciones era casiglandular.



“Vos tuviste la idea, Roberto, hacéla clara, che”.



Eltal Roberto (Arlt) se sacudió algo del anverso de la mano que parecíauna mariposa muerta. Sobre una libreta colocada con femeninameticulosidad sobre la mesa, había garrapateado algunos signos. Laininteligible caligrafía pronto fue interpretada por su autor.


“Heanotado algunos puntos de impostergable solución. El mundo ya ha sidocreado y nosotros nos damos a la tarea de moldear algunas de sussustancias. Somos poetas, somos soñadores. Sin embargo, tenemosdelante una misión anegada de frustraciones, de sinsabores y dolor. Tenemos ante nosotros un personaje, en suma, diferente a nosotros.


Ha sido dotado de la clarividencia, de la profecía y es nuestrodeber, por el bien del arte y la cultura de nuestro país y denosotros, los aquí presentes, procurar por todos los medios posibles, eliminar su figura y su legado, en estos momentos en que su presenciamítica todavía no ha sido trabajada por el tiempo y por el afán de loslectores”.


Todos semiraron. No había mucha sorpresa en sus rostros. Tal vez el peso dela hora les sometía como viejos perros cansados echados a la entrada deun callejón.


“Vos hasdicho que era de vital importancia, querido. Ahora es el momento deconvencernos de tal cosa. Decís que este sujeto nos hará palidecer, nos convertirá en meras sombras a sus espaldas y siempre se medirá laliteratura de nuestro país con un antes y un después de él”.


Robertodebió conservar la calma. No comprendía por qué a estas alturas nohabía podido explicarse con claridad. Era un grupo de intelectualescomprometidos con sus propios egos, con sus vanidades y no ha sidoposible dejar sentado el peligro de la pisada tras la sombra delgigante que comenzaba a empinarse sobre el muro del tiempo.


“Sí. Esto les he dicho y les debo dar una prueba para lo que he deproponer, porque en este momento todavía podemos remediar estedesajuste de la historia, este disloque del espacio. Este sujeto alque hemos conocido hace algunas fechas, a quien hemos concedido elprivilegio de adelantar su influencia sobre los importantes círculos deintelectuales, en éxito, en relaciones, debe ser eliminado, meaclaro, muerto, asesinado”.

Publicado: Vie, 16 May 2008 6:37
por Rafel Calle
Bienvenido, amigo Roderick, esperemos que te sientas a gusto entre nosotros.
Será un placer compartir poesía contigo.
Recibe un cordial saludo.

re: El Asesinato de Borges (Parte I)

Publicado: Vie, 16 May 2008 17:16
por Roderick Guzman
Muchas gracias, Rafael. Espero ser digno participante de esta interesante página literaria. Saludos a todos los demás.