Editorial Alaire

... Suele ser al cruzar un paso de peatones,
cuando noto el cansancio en mis piernas,
y la desilusión me hace luces, me convida
a dejarme atropellar.

¿Hacia dónde se dirigen los pasos?
Parece preguntar la señora
que viene de comprar el pan.
Y como con las cosas tiernas y blandas aún deseo comulgar,
me empeño en buscar una sonrisa, algún gesto de complicidad.
Pero no veo más que una masa de peatones
que recorren ajetreadas avenidas,
no más que polvorientas soledades perdidas en la ciudad.

¿Dónde están los besos robados
por la aurora,
que nos prometió el amor?
¿Quién habrá de multiplicar los panes
y ofrecer algo tierno que llevarse a la boca?
¿Y la mano,
dónde hallaré la mano que estreche la soledad
y ensanche los alveolos suplicantes, necesitados
de algo más que no sea polvo y suciedad?

A veces me da por pensar,
que me gustaría poder llorar -lo cierto es que no puedo-
para siempre llorar y ahogarme en las lágrimas
de un Dios hondo, simple como un chiquillo,
y sacudirme en el rotundo temblor de la compasión.

Pero a mí sólo me sacude el desengaño
frente a la vida y la falsa aurora,
que enturbió la mente y cegó la mirada;
ya sin nada que sostener, las manos de un suicida
se despeñan abatidas, renunciando a buscar su compañera.

Y no dejan de pasar veloces los coches
frente a lo que queda de mí,
que no es más que aturdimiento y miedo;
simplemente, no soy capaz de recorrer solo
la distancia que hoy me separa de la vida.

Raul Muñoz, Universal pensamiento en un buen decir, Raúl!

Raul Muñoz escribió:... Suele ser al cruzar un paso de peatones,
cuando noto el cansancio en mis piernas,
y la desilusión me hace luces, me convida
a dejarme atropellar.

¿Hacia dónde se dirigen los pasos?
Parece preguntar la señora
que viene de comprar el pan.
Y como con las cosas tiernas y blandas aún deseo comulgar,
me empeño en buscar una sonrisa, algún gesto de complicidad.
Pero no veo más que una masa de peatones
que recorren ajetreadas avenidas,
no más que polvorientas soledades perdidas en la ciudad.

¿Dónde están los besos robados
por la aurora,
que nos prometió el amor?
¿Quién habrá de multiplicar los panes
y ofrecer algo tierno que llevarse a la boca?
¿Y la mano,
dónde hallaré la mano que estreche la soledad
y ensanche los alveolos suplicantes, necesitados
de algo más que no sea polvo y suciedad?

A veces me da por pensar,
que me gustaría poder llorar -lo cierto es que no puedo-
para siempre llorar y ahogarme en las lágrimas
de un Dios hondo, simple como un chiquillo,
y sacudirme en el rotundo temblor de la compasión.

Pero a mí sólo me sacude el desengaño
frente a la vida y la falsa aurora,
que enturbió la mente y cegó la mirada;
ya sin nada que sostener, las manos de un suicida
se despeñan abatidas, renunciando a buscar su compañera.

Y no dejan de pasar veloces los coches
frente a lo que queda de mí,
que no es más que aturdimiento y miedo;
simplemente, no soy capaz de recorrer solo
la distancia que hoy me separa de la vida.

El poema avanza con velocidad doliente desde la blancura, tatuada en el duro asfalto, hasta un decrecer interior que hace estragos en la visión del yo poético. Las vocecillas impertinentes del consciente son así, intentan amoldar la fantasia de final, de poca esperanza, de soledad impenetrable.
Coherencia y sentimiento en tu trabajo. Felicitaciones.

Un abrazo con afecto, amigo Raúl.

Los pasos, la ma,la soledad, el desengaño, la distancia que separa de la vida como tu muy bien dices al final dell poema, me ha gustado mucho, amigo, un fuerte abrazo.

Te da por pensar y por sentir porque todo el poema se siente en la observación y la vida.
Precioso decir
Besos
Pilar

APRECIADO RAÚL MUÑOZ

Un escrito excelente poeta, no tengo la capacidad de ser critic... solmente de escribir el impulse de la razón-alma que en el momento de la lectura aflora en espresión escrita... Leo los versos y encuentro en ellos una spresión que al final forman un ramillete representado en poema...

FRATERNO Y SINCERO ABRAZO... Gallnnet

El poema es de una sensibilidad pura, y fluye con una naturalidad que duele. Me ha gustado mucho el foco de la identificación, la carretera hostil, la vida y la otra orilla, la de la salvación. A mí me ayuda mucho un poema de Mark Strand, "Las cosas enteras", o "Las cosas intactas", según el traductor.
Me ayuda a combatir ese dolor que con tanta claridad manifiestas en tu poema. Un placer, Raúl. Abrazos.

Raúl... poeta... tus introspecciones son motivo de identificación genérica
en esta sociedad de congéneres acuciados por las mismas tangentes de necesariedad... abruma tanta realidad y por ello, a la vez, se alza en pie el espíritu, para aplaudir tanta genialidad dicha... FELICIDADES, Raúl.

Un fuerte abrazo, MITSY

Carlos Justino Caballero escribió:Raul Muñoz, Universal pensamiento en un buen decir, Raúl!

Muchas gracias, Carlos, por la lectura. Me alegro que te haya gustado.

Un abrazo.

Hallie Hernández Alfaro escribió:

Raul Muñoz escribió:... Suele ser al cruzar un paso de peatones,
cuando noto el cansancio en mis piernas,
y la desilusión me hace luces, me convida
a dejarme atropellar.

¿Hacia dónde se dirigen los pasos?
Parece preguntar la señora
que viene de comprar el pan.
Y como con las cosas tiernas y blandas aún deseo comulgar,
me empeño en buscar una sonrisa, algún gesto de complicidad.
Pero no veo más que una masa de peatones
que recorren ajetreadas avenidas,
no más que polvorientas soledades perdidas en la ciudad.

¿Dónde están los besos robados
por la aurora,
que nos prometió el amor?
¿Quién habrá de multiplicar los panes
y ofrecer algo tierno que llevarse a la boca?
¿Y la mano,
dónde hallaré la mano que estreche la soledad
y ensanche los alveolos suplicantes, necesitados
de algo más que no sea polvo y suciedad?

A veces me da por pensar,
que me gustaría poder llorar -lo cierto es que no puedo-
para siempre llorar y ahogarme en las lágrimas
de un Dios hondo, simple como un chiquillo,
y sacudirme en el rotundo temblor de la compasión.

Pero a mí sólo me sacude el desengaño
frente a la vida y la falsa aurora,
que enturbió la mente y cegó la mirada;
ya sin nada que sostener, las manos de un suicida
se despeñan abatidas, renunciando a buscar su compañera.

Y no dejan de pasar veloces los coches
frente a lo que queda de mí,
que no es más que aturdimiento y miedo;
simplemente, no soy capaz de recorrer solo
la distancia que hoy me separa de la vida.

El poema avanza con velocidad doliente desde la blancura, tatuada en el duro asfalto, hasta un decrecer interior que hace estragos en la visión del yo poético. Las vocecillas impertinentes del consciente son así, intentan amoldar la fantasia de final, de poca esperanza, de soledad impenetrable.
Coherencia y sentimiento en tu trabajo. Felicitaciones.

Un abrazo con afecto, amigo Raúl.

Gracias Hallie, por tu sensible y penetrante lectura. A veces, esas voces toman las riendas; el volante del coche. Entonces, la vida nos atropella.

Otro abrazo, con cariño.

Manuel Alonso escribió:Los pasos, la ma,la soledad, el desengaño, la distancia que separa de la vida como tu muy bien dices al final dell poema, me ha gustado mucho, amigo, un fuerte abrazo.

Muchas gracias, Manuel, por tu amabilidad y acertadas palabras.

Te envío un fuerte abrazo.

Pilar Morte escribió:Te da por pensar y por sentir porque todo el poema se siente en la observación y la vida.
Precioso decir
Besos
Pilar

Así es Pilar, se refleja mucho de cómo vivo mi vida. Muchas gracias, me alegro que te haya gustado.

Te envío un abrazo.

Carlos A. Gallardo Ch. escribió:APRECIADO RAÚL MUÑOZ

Un escrito excelente poeta, no tengo la capacidad de ser critic... solmente de escribir el impulse de la razón-alma que en el momento de la lectura aflora en espresión escrita... Leo los versos y encuentro en ellos una spresión que al final forman un ramillete representado en poema...

FRATERNO Y SINCERO ABRAZO... Gallnnet

Gallardo, estimado poeta, agradezco de corazón tus hermosas palabras.

Con mi cariño, recibe un abrazo desde barcelona.

Bruno Laja escribió:El poema es de una sensibilidad pura, y fluye con una naturalidad que duele. Me ha gustado mucho el foco de la identificación, la carretera hostil, la vida y la otra orilla, la de la salvación. A mí me ayuda mucho un poema de Mark Strand, "Las cosas enteras", o "Las cosas intactas", según el traductor.
Me ayuda a combatir ese dolor que con tanta claridad manifiestas en tu poema. Un placer, Raúl. Abrazos.

Te agradezco de corazón, Bruno, tu sensible y aguda lectura. Coincido en la identificación del foco de la angustia, que haces. Y te agradezco la valiosa aportación, de un poeta aún desconocido para mí, pero que a no tardar leeré.

Te envío un fuerte abrazo, amigo.

Mitsy Grey escribió:Raúl... poeta... tus introspecciones son motivo de identificación genérica
en esta sociedad de congéneres acuciados por las mismas tangentes de necesariedad... abruma tanta realidad y por ello, a la vez, se alza en pie el espíritu, para aplaudir tanta genialidad dicha... FELICIDADES, Raúl.

Un fuerte abrazo, MITSY

Cuánto agradezco tus palabras, Mitsy. A veces, cuando uno escribe estas cosas, piensa que está "exagerando" su sufrimiento, sin más motivo que recrearse en él. Hay gente que no quiere escuchar y emplean el manido " tienes que ser positivo", lo cual en muchas ocasiones deriva en hipocresia, y negar los sentimientos. Pero, vivimos una realidad atomizada y deshumanizada, y no soy yo el único.

Me alegro de no estar solo.

Un abrazo, con mi cariño.