Volver a ti
Publicado: Lun, 10 Nov 2014 15:14
Volver a ti, volver a mí, sería la misma cosa, el paso de la luz buscando entre tinieblas las caricias, las manos inventando la ternura, la piel exhausta y temblorosa, totalmente entregada, los labios sabiendo con certeza la verdad de su destino, sin preguntas ni respuestas, sólo, ese silencio entre nosotros que nada tiene que ver con el frío, donde encontramos el calor que no tienen nuestros días, donde se ofician las ternuras y la sed se nos vuelve fuente y humedal. Hablo, de que salen volando como pájaros nuestros sexos, en un batir de alas incendiadas, en donde remontar el vuelo, de que se olvidan todas las técnicas, de que- con perdón de Benedetti- , no se auspician las tácticas ni las estrategias, hablo del ser en calidad de ser, de estar tú y yo en un nosotros, de esa bestia que inventamos y en la que nos reconocemos, hablo, sobre todo de libertad y sueño.
Y es aquí y es hoy y ha sucedido, se volvieron a juntar tu destino con el mío, allí en el mismo sitio donde lo interrumpimos y tu piel sigue teniendo la misma edad , la misma sed, el mismo temblor, la misma suavidad que intuye mi deseo, y el sabor inquieto de muchas noches en blanco, donde tú y yo hemos crecido y también envejecido, y ese recuerdo no es ya el de un ayer, lejano y muy remoto, tan sólo es hoy temblando sin distancia en nuestros cuerpos, en este abrazo sin palabras y en esta humedad que inunda hasta la misma lluvia, ese calarse hasta los huesos, en ese espacio nuestro, que tú y yo hemos creado a fuerza de anidar los besos.
Yo no sabré explicarte, ni tendré ya las palabras ni la fuerza para decirte qué estoy sintiendo, ni podré ya nunca recordar o recomponer este momento, sería como mentir, como hacerlo de menos, la ternura nada entiende de palabras, y el deseo se escribe a fuego en el temblor de nuestros cuerpo, con la tinta de la sangre que nos está latiendo.
Y es aquí y es hoy y ha sucedido, se volvieron a juntar tu destino con el mío, allí en el mismo sitio donde lo interrumpimos y tu piel sigue teniendo la misma edad , la misma sed, el mismo temblor, la misma suavidad que intuye mi deseo, y el sabor inquieto de muchas noches en blanco, donde tú y yo hemos crecido y también envejecido, y ese recuerdo no es ya el de un ayer, lejano y muy remoto, tan sólo es hoy temblando sin distancia en nuestros cuerpos, en este abrazo sin palabras y en esta humedad que inunda hasta la misma lluvia, ese calarse hasta los huesos, en ese espacio nuestro, que tú y yo hemos creado a fuerza de anidar los besos.
Yo no sabré explicarte, ni tendré ya las palabras ni la fuerza para decirte qué estoy sintiendo, ni podré ya nunca recordar o recomponer este momento, sería como mentir, como hacerlo de menos, la ternura nada entiende de palabras, y el deseo se escribe a fuego en el temblor de nuestros cuerpo, con la tinta de la sangre que nos está latiendo.