donde no puedas besarla,
donde se recluya el aire
que no tocaran tus labios.
Jueves de corredor
contra las cuerdas,
fajador que bascula
en la ceguera,
cumbre de soledad
en la cintura,
golpe que no penetra
en un rostro dormido.
No toques mi niñez,
no abras el misterio,
déjame naufragar
sin tu dios, sin tus mares,
que me acoja el dolor
humano de los vivos,
que me lleve la suave
tristeza de los muertos.