Editorial Alaire

El día que miré tus ojos y dentro de ellos pude ver el mundo
reducido a ambos ojos
tampoco encontré las cadenas que no significaron los años
y sus segundos, para unos cuerpo preparados para ser
expuestos en un museo de cera.
Y sin un cúmulo de caras,
y con las golondrinas ya extintas,
propusiste que colmaran mis ojos todo el yeso que guardaban
para ellos, para sí mismos.

Y de esta manera, los párpados cerrados se tiñeron de ojos y yo
incansable, frío y desnudo, pensé:
-Tal vez, ya lo hayas conseguido.
Y de nuevo, justo antes de abandonar cada uno a nuestra propia sombra,
hice de la espalda un lienzo y mi mano repuso el contorno de la última.
-No olvides su nido. Me dijiste de espaldas y mirándote al espejo.
(dibujo un nido y dentro, justo en las entrañas, guardo lo que será un nuevo nombre).
La volví a mirar y anoté en su espalda;

Se abrazan, marchitan y mueren.Y permanecerán siempre estáticas, nuestras golondrinas.

Me atrapó, Paul, el desarrollo del poema, tan bien armado. Me gustó la metáfora y como se desenvuelve con naturalidad. También me gustaron los dialogos intercalados. En su conjunto me parece un estupendo poema. Mi enhorabuena y gracias por compartir.

Un abrazo.

Raul Muñoz escribió:Me atrapó, Paul, el desarrollo del poema, tan bien armado. Me gustó la metáfora y como se desenvuelve con naturalidad. También me gustaron los dialogos intercalados. En su conjunto me parece un estupendo poema. Mi enhorabuena y gracias por compartir.

Un abrazo.

Rafa, muchas gracias por tan generosas palabras, significan mucho para mi. Muchas gracias y abrazos

Hermoso poema, Paul.
Un gusto leerte.
Un abrazo

MMartinezGo escribió:Hermoso poema, Paul.
Un gusto leerte.
Un abrazo

Gracias por tus palabras. Un abrazo compañero

[quote="paulcrivello"]


Me parece un poema interesante, un tanto enigmático, pero visual, que dibuja un paisaje intimista.
Saludos.