La selva verde
Publicado: Mar, 04 Nov 2014 22:43
La selva verde
Para amamantar las fauces de los felinos en la selva verde
se necesita el tigre que recoge las hambrunas, los duelos, Borges,
pero, al necesitar el universo, las almas del lado de la puerta.
Necesidad de besar, de rumiar soledades, de ser, de guardar fosos,
el paraíso es como una manzana herida en el crepúsculo Nerudiano.
Así saltando la gloria de los focos doblados en la ciudad,
el gris humano va para emancipar la paz acuática.
Fé
de guarecer el espíritu, la mención de los idólatras,
la selva verde es como alegoría de fantasmas,
petisos caballos yendo por las catacumbas.,
Sakespeare es la opera dilucidada del bien,
la selva, rumiante, de ese destino en soledad,
alta
alta venda de bendecido por la virgen.
La selva verde es un lugar como Macondo
una fiestita de niñitos ufanos
con los dragones que maman leche cruda.
Te doy lector iluso, mi selva,
mi pasión que juzga el remolino de la vida,
para darte mi visión de pan caliente,
la rotura que juega con los libros,
estos que te estoy entregando
que pertenecen a esa babilonia eterna;
además
rompe mi luz que es ciega.
Para amamantar las fauces de los felinos en la selva verde
se necesita el tigre que recoge las hambrunas, los duelos, Borges,
pero, al necesitar el universo, las almas del lado de la puerta.
Necesidad de besar, de rumiar soledades, de ser, de guardar fosos,
el paraíso es como una manzana herida en el crepúsculo Nerudiano.
Así saltando la gloria de los focos doblados en la ciudad,
el gris humano va para emancipar la paz acuática.
Fé
de guarecer el espíritu, la mención de los idólatras,
la selva verde es como alegoría de fantasmas,
petisos caballos yendo por las catacumbas.,
Sakespeare es la opera dilucidada del bien,
la selva, rumiante, de ese destino en soledad,
alta
alta venda de bendecido por la virgen.
La selva verde es un lugar como Macondo
una fiestita de niñitos ufanos
con los dragones que maman leche cruda.
Te doy lector iluso, mi selva,
mi pasión que juzga el remolino de la vida,
para darte mi visión de pan caliente,
la rotura que juega con los libros,
estos que te estoy entregando
que pertenecen a esa babilonia eterna;
además
rompe mi luz que es ciega.