LA NOCHE DIVIDIDA
Publicado: Mar, 04 Nov 2014 14:10
Sobre mis campos yermos
se posaron los inciertos
calendarios de tu presente altivo.
Fui motivo de tu instante
ensimismado
y del lado de tu voz,
enmudeció cobarde la llamada
y me llevé el amor para buscarte.
Entonces fue que quise tu camino
como la roca anclada en desafío;
como el río rebelde al mar inmenso;
como el cielo de otoño cuando llora.
Nos descubrió a deshora la locura
y sin embargo, quiso.
Nos arrancó murmullos la mirada
y de la nada fue que hicimos mundos;
tu pecho en mi pecho
y tu cintura,
estatua de sal desmoronada.
Recuerdo verte en mí,
pintando aquél desnudo
en los instantes conscientes
de ese nudo
que nos volvió valientes,
profundos en la caza y la captura;
con la duda enredada entre la ropa
y la lengua entregada a la locura
de no dejarnos nada.
Mía,
tuya,
se repartió la piel de boca en boca
y nos quedamos juntos,
con la noche dividida
y el sabor profundo de tu herida
entre mis manos;
y el caudal de mi carne
discurriendo inmortal,
sobre la vida.
se posaron los inciertos
calendarios de tu presente altivo.
Fui motivo de tu instante
ensimismado
y del lado de tu voz,
enmudeció cobarde la llamada
y me llevé el amor para buscarte.
Entonces fue que quise tu camino
como la roca anclada en desafío;
como el río rebelde al mar inmenso;
como el cielo de otoño cuando llora.
Nos descubrió a deshora la locura
y sin embargo, quiso.
Nos arrancó murmullos la mirada
y de la nada fue que hicimos mundos;
tu pecho en mi pecho
y tu cintura,
estatua de sal desmoronada.
Recuerdo verte en mí,
pintando aquél desnudo
en los instantes conscientes
de ese nudo
que nos volvió valientes,
profundos en la caza y la captura;
con la duda enredada entre la ropa
y la lengua entregada a la locura
de no dejarnos nada.
Mía,
tuya,
se repartió la piel de boca en boca
y nos quedamos juntos,
con la noche dividida
y el sabor profundo de tu herida
entre mis manos;
y el caudal de mi carne
discurriendo inmortal,
sobre la vida.