HERIDAS DE CRISÁLIDAS
Publicado: Vie, 31 Oct 2014 22:12
Heridas de crisálidas
Estoy bebiendo de las gotas de sangre de un muerto
aciago como la muerte penetrante,
olvido el pensamiento que yace latente
tendido en las alas abiertas de la libertad.
Jugos de miradas sobre los cerros se sienten,
abrir lamentos que juegan, que duermen,
el teatro chino se mece en el aguacero.
Eternas mareas juegan, con el hambre, la paz,
vivencio la palabra, el ayer dormido.
Estoy sediento de crueles motivos,
luz del faro que ya no alumbra;
cristal que mira la danza del vientre.
Ayer nomás estábamos con los colmillos,
hoy sin la crueldad de la soledad,
se sienten los sauces en el tiempo.
Cruje el lamento, la sentencia del que vive,
ese carro de fuego griego, lento, llovido,
por manos que arañan la paz de la crisálida.
Estoy bebiendo de las gotas de sangre de un muerto
aciago como la muerte penetrante,
olvido el pensamiento que yace latente
tendido en las alas abiertas de la libertad.
Jugos de miradas sobre los cerros se sienten,
abrir lamentos que juegan, que duermen,
el teatro chino se mece en el aguacero.
Eternas mareas juegan, con el hambre, la paz,
vivencio la palabra, el ayer dormido.
Estoy sediento de crueles motivos,
luz del faro que ya no alumbra;
cristal que mira la danza del vientre.
Ayer nomás estábamos con los colmillos,
hoy sin la crueldad de la soledad,
se sienten los sauces en el tiempo.
Cruje el lamento, la sentencia del que vive,
ese carro de fuego griego, lento, llovido,
por manos que arañan la paz de la crisálida.