Dos caras de una mano
Publicado: Mié, 29 Oct 2014 17:28
Mi mano está quieta y sobre el dorso está tu sexo;
viaja despacio, quiere irse y no llevarme
pero me lleva como arrastrado por una longitud proyectada
desde su interior.
No supe que era un sexo hasta que al final de la horcajada veo tu cabellera
y una pared.
La amazona del vacío está de viaje por el mundo y no ha encontrado nada
salvo una piel retraída por la sorpresa
al sentir en su corteza una herida con hojas en los bordes,
una palabra amordazada que quiere decir que el principio orgánico del espacio
acaba en osamenta y vena,
en dedos dormidos boca abajo
y que ya es hora de irse ahora que ha quedado demostrado
que una mano de espaldas es una mano espiritual,
que tú eres espiritual,
que nos iremos así.
...
Soplo en un puñado de hojarasca seca y como si estuviese dentro
de un tubo de vidrio la luz asciende y el fuego está fuera
quemando mis manos y mis labios.
No quiero abrir mi boca por no quemarme la lengua,
temo lo que mi lengua pueda decir de mí en este momento
en que la luz ha sido separada del hombre mediante su propio aliento
o mi único hálito.
Supongo que hablaría de un juicio pero tengo la esperanza
tímida de que mis manos ardiendo la envolverían
como me envuelve a mí esta separación;
la sofocarían hasta la verdad.
Ahora puedo entrar a buscarte.
viaja despacio, quiere irse y no llevarme
pero me lleva como arrastrado por una longitud proyectada
desde su interior.
No supe que era un sexo hasta que al final de la horcajada veo tu cabellera
y una pared.
La amazona del vacío está de viaje por el mundo y no ha encontrado nada
salvo una piel retraída por la sorpresa
al sentir en su corteza una herida con hojas en los bordes,
una palabra amordazada que quiere decir que el principio orgánico del espacio
acaba en osamenta y vena,
en dedos dormidos boca abajo
y que ya es hora de irse ahora que ha quedado demostrado
que una mano de espaldas es una mano espiritual,
que tú eres espiritual,
que nos iremos así.
...
Soplo en un puñado de hojarasca seca y como si estuviese dentro
de un tubo de vidrio la luz asciende y el fuego está fuera
quemando mis manos y mis labios.
No quiero abrir mi boca por no quemarme la lengua,
temo lo que mi lengua pueda decir de mí en este momento
en que la luz ha sido separada del hombre mediante su propio aliento
o mi único hálito.
Supongo que hablaría de un juicio pero tengo la esperanza
tímida de que mis manos ardiendo la envolverían
como me envuelve a mí esta separación;
la sofocarían hasta la verdad.
Ahora puedo entrar a buscarte.