Editorial Alaire

...

Quizá pueda evadirme, olvidar
la embarazosa red de filamentos,
que si te despistas te atrapa,
si te descuidas vuelve impertinente
a causar los estragos de la fatiga,
a repetir la nausea de los olvidos,
a enredarte en el corrosivo absurdo
cuando ya está el líquido vertido,
el árbol talado
y los muertos en su sitio.

Para qué la inútil intriga.

Para qué,
si otra vez entre sol y sombra
nacerán nuevos fantasmas
y no sabré distinguir
las cadenas de la seda.

...

Conciencia y consciencia se dan la mano en tu hermoso poema. Un gusto pasar por tu palabra
Besos
Pilar

Pilar Morte escribió:Conciencia y consciencia se dan la mano en tu hermoso poema. Un gusto pasar por tu palabra
Besos
Pilar

Hola Pilar, gracias por la nota. Me alegra leerte.

Un abrazo.
Ignacio

Un hermoso poema sobre la conciencia del individuo, es un placer amigo, un abrazo.

Virginia Nas escribió:Pues porque nunca es tarde si la dicha es buena... ¡que cojonera puede ser la conciencia, verdad! pero si
ya "te pica la mosca" antes o después se quedará a vivir contigo, y surgirán menos fantasmas y enterrarás menos muertos... y en cualquier caso sabrás antes de matar que estás matando. Un gusto de lectura

Pues nada... muy amable por la nota y la solución.

Gracias y un saludo.
Ignacio

Me parece un poema muy bueno, Ignacio. Te felicito. Un abrazo.

Te diría que la conciencia es una enfermedad recurrente. Que la intriga es necesaria porque ayuda a impulsar la vida, aunque nos lleve siempre al mismo precipicio. Que sólo cuando ya estas enredado puedes ver de que color es la cuerda. Pero en vez de eso te digo que has escrito un gran poema y yo he tenido el inmenso privilegio de leerte.
Un abrazo.
Pepa

Me gustó leerte, Ignacio.
Felicidades por el poema.
Un abrazo

Manuel Alonso escribió:Un hermoso poema sobre la conciencia del individuo, es un placer amigo, un abrazo.

Saludos Manuel, de nuevo por aquí.
Gracias por la nota. Un abrazo.

Ignacio

Ignacio Mincholed escribió:...

Quizá pueda evadirme, olvidar
la embarazosa red de filamentos,
que si te despistas te atrapa,
si te descuidas vuelve impertinente
a causar los estragos de la fatiga,
a repetir la nausea de los olvidos,
a enredarte en el corrosivo absurdo
cuando ya está el líquido vertido,
el árbol talado
y los muertos en su sitio.

Para qué la inútil intriga.

Para qué,
si otra vez entre sol y sombra
nacerán nuevos fantasmas
y no sabré distinguir
las cadenas de la seda.

...

Excelente! Ignacio tocas el tema de la fragilidad mental humana: aprendemos y olvidamos lo aprendido. Nos necesitamos para revedecer y esperanzarnos. Profundo y elocuente poema. Me ha conmovido su sinceridad. Abrazos, ERA

A mí me ha parecido espléndido el poema, Ignacio, evidentemente no aporto ninguna respuesta...no la hay, pero eso que se pregunta sigue vivo en ti y es lo único que importa.
Me gustó leerte, me llegó el poema.
Un abrazo.

Carmen

Ramón Carballal escribió:Me parece un poema muy bueno, Ignacio. Te felicito. Un abrazo.

Gracias Ramón, aprecio tu nota.

Un abrazo.
Ignacio

Josefa A. Sánchez escribió:Te diría que la conciencia es una enfermedad recurrente. Que la intriga es necesaria porque ayuda a impulsar la vida, aunque nos lleve siempre al mismo precipicio. Que sólo cuando ya estas enredado puedes ver de que color es la cuerda. Pero en vez de eso te digo que has escrito un gran poema y yo he tenido el inmenso privilegio de leerte.
Un abrazo.
Pepa

Yo ya no sé, Josefa...
Sonrío.
Gracias por todo.

Un abrazo.
Ignacio

Me encantó, Ignacio, el retrato que haces de la conciencia. Mi enhorabuena, un placer de lectura.

Te envío un abrazo.