Editorial Alaire

Con un orinal por sombrero paseaba una sombra cansada,
con mucha vergüenza escuchaba a la docta academia gritar:
- ¡Todos los niños orinaron ya, menos tú, que eres un energúmeno!

Las hojas y las ramas, junto al viento, a sus espaldas murmuraban:
- Se empeña en contar con los dedos, ¡pobre infeliz que cuenta estrellas,
cuando no hay, en su triste cielo, más que células muertas!

La sombra invadió el colegio, atravesando la ilustre y demencial pizarra.
La noche se tragó el griterío del lavabo enajenado, llegó el manso silencio,
y un niño, con sus dedos rotos, dibujó caballitos de mar sobre el cemento.

La ira silenciada miró fijamente al cielo y se quitó el sombrero,
clavando sus dientes y uñas en la negra pizarra, al maestro ciego gritó:
-¡Ahí está el puñal que a mi cielo asesinó, Cáncer es la constelación de mi dolor!

Original y muy bueno para aplaudirlo, es ameno y se lee con gusto.
Ernesto C.

Nos golpeas con esta tierna dureza en un poema atrevido; pero se nota que no te da miedo arriesgar, y eso es muy bueno en poesía.
Salud.

Un hermoso poema Raúl, muy original y sobre esa enfermedad que aspiramos todos a que pronto desaparezca. Un placer y un abrazo.

Buen trabajo. El universo infantil llora en las aulas tristes de tus versos y clama por justicia vidente, adulta, humana.

Me gusta mucho esta serie de poemas bien armados que purifican y sanan dolores antiguos.

Enhorabuena y un abrazo con admiración, Raúl.

Hay mucho pasado en tus versos que plasmas con valentía y originalidad. Un poema que se
disfruta
Besos
Pilar

UUUuuufffff!!!! La vida es una dura y férrea escuela, pero aún en la mayor dureza tiene una pequeña luz, si no son estrellas tal vez una vela. He querido ver en mi lectura ésta alegoría.
No puedo interpretarlos con otro tipo de imagen o te tendría que preguntar ¡¡¡¡ Pero, a que escuela has ido tú!!!!

Ernesto C escribió:Original y muy bueno para aplaudirlo, es ameno y se lee con gusto.
Ernesto C.

Gracias Ernesto por la lectura. Me alegro de que te gustara.

Un abrazo.

Hermoso y original poema, Raúl.
Felicidades
Un abrazo

La noche y sus constelaciones de la infancia.

Un placer de lectura, querido amigo.

Un abrazo

Julio González Alonso escribió:Nos golpeas con esta tierna dureza en un poema atrevido; pero se nota que no te da miedo arriesgar, y eso es muy bueno en poesía.
Salud.

Gracias Julio por tu atenta lectura. Sí que es un poema con un lenguaje quizás muy metafórico, en esta ocasión me anime a experimentar asociando contenidos latentes. Me gusta experimentar con la asociación libre. Espero continuar experimentando, de esa manera, salga algo mejor o peor, por lo menos uno también disfruta escribiendo.

Te envío un abrazo, amigo.

Manuel Alonso escribió:Un hermoso poema Raúl, muy original y sobre esa enfermedad que aspiramos todos a que pronto desaparezca. Un placer y un abrazo.

Gracias Manuel por comentar. Sí es una sombra que todo lo invade, y que causa un dolor punzante. Esperemos, amigo, que algún día se pueda curar.

Te envío un abrazo.

Hallie Hernández Alfaro escribió:Buen trabajo. El universo infantil llora en las aulas tristes de tus versos y clama por justicia vidente, adulta, humana.

Me gusta mucho esta serie de poemas bien armados que purifican y sanan dolores antiguos.

Enhorabuena y un abrazo con admiración, Raúl.

Así es Hallie, todo es dolor infantil, condensado en las aulas como escenario. Gracias por tu atenta lectura.

Te envío otro abrazo.

Pilar Morte escribió:Hay mucho pasado en tus versos que plasmas con valentía y originalidad. Un poema que se
disfruta
Besos
Pilar

Muchas gracias Pilar, agradezco tu sensibilidad.

Un abrazo.

Virginia Nas escribió:UUUuuufffff!!!! La vida es una dura y férrea escuela, pero aún en la mayor dureza tiene una pequeña luz, si no son estrellas tal vez una vela. He querido ver en mi lectura ésta alegoría.
No puedo interpretarlos con otro tipo de imagen o te tendría que preguntar ¡¡¡¡ Pero, a que escuela has ido tú!!!!

Se recrea un escenario muy angustiante, pero esa fue mi experiencia vital y prefiero ser sincero con lo que siento. La infancia no suele ser, para muchos, algo idílico; eso parece más propio de las películas. En la infancia hay mucha angustia y conflictos, forman parte de la experiencia humana. Y la escuela, también es un escenario competitivo y cruel, reflejo de lo que será el mercado laboral en la vida adulta. Tampoco es ese lugar idílico que nos empeñamos en imaginar. Bueno, así lo percibo yo a través de mi experiencia vital. En realidad solo hay una escuela: la escuela de la vida.

Te agradezco mucho, Virginia, tu sugerente comentario, ya que da pie a hablar de estas cuestiones y nuestras experiencias subjetivas; todo lo que está presente cuando escribimos un poema.

Te envío un abrazo.