Editorial Alaire

Había en mí una sonrisa cierta
nunca ocupada por serviles gestos,
pájaro o espuma en el rumbo de mis labios,
ni conducida jamás por el amor en el que ando,
ni reducida a pedazos de “coriandoli “ tirados desde el cielo,
ni condenada a la gracia de ningún dios mentiroso
o verdadero, en el que descarnarme o hacerme hueso,
ni borrada por cualquier avatar, tormenta o espejismo,
o derramada al mar de los deseos.
Una sonrisa puesta por el sol,
por las nubes y sus cielos infinitos,
por el verde de campos nacientes a la luz
donde la brisa acaricia los campos de avena
y el equino pasea desnudo en libertad.
Una sonrisa cierta, agitada a veces
por un mar encrespado y un oleaje alto
que indefectiblemente nos golpea
y por los diminutos granos de arena
que naufragan en mis pasos,
una sonrisa cierta con la que observar el mundo,
tan cierta, como el pie debajo de su propio escombro.
Si yo nada supiera de Dionisio
o si solamente hubiese conocido a Apolo,
si no hubiera sentido la cólera en su mirada,
la ira dibujando sus irascibles propósitos,
la envidia expuesta a la luz,
las largas noches transitadas en lo obscuro,
tal vez no hubiese comprendido nunca
la certidumbre verdadera que encierra esa sonrisa;
un simple rayo de luz
dibujando el hilo de sus propias sombras.

Hay cosas intrínsecas al ser, a nuestra naturaleza, indeleble a cualquier
contrariedad por muy negativa que esta sea, incluso, como bien expones
es en ese contraste cuando mas se acentúa lo que en nosotros perdura.
Bellísimo poema, amiga.
Un abrazo.

Una sonrisa auténtica se desliza en cada verso y nos habla de una realidad verdadera.
Un poema precioso que he disfrutado.
Besos
Pilar

Carmen, creo que debes empezar de inmediato a escribir una novela. Y que debes escribirla como has escrito este poema. No lo digo por decir, amiga.
Me gustaría ser su primer lector. Creo que eres muy buena en esa disciplina.

Te dejo un abrazo fuerte.

Carmen, una hermosa REVELACIón este poema tuyo, solo alcanzable después de haber andado muchos caminos y atrevesaso tierras de lágrimas.
Felicitaciones en forma y contenido... y mis besos a tu pluma y
a tu espectro, que es tu alma.

Mitsy, con cariño

Carmen López escribió:



Había en mí una sonrisa cierta
nunca ocupada por serviles gestos,
pájaro o espuma en el rumbo de mis labios,
ni conducida jamás por el amor en el que ando,
ni reducida a pedazos de “coriandoli “ tirados desde el cielo,
ni condenada a la gracia de ningún dios mentiroso
o verdadero, en el que descarnarme o hacerme hueso,
ni borrada por cualquier avatar, tormenta o espejismo,
o derramada al mar de los deseos.
Una sonrisa puesta por el sol,
por las nubes y sus cielos infinitos,
por el verde de campos nacientes a la luz
donde la brisa acaricia los campos de avena
y el equino pasea desnudo en libertad.
Una sonrisa cierta, agitada a veces
por un mar encrespado y un oleaje alto
que indefectiblemente nos golpea
y por los diminutos granos de arena
que naufragan en mis pasos,
una sonrisa cierta con la que observar el mundo,
tan cierta, como el pie debajo de su propio escombro.
Si yo nada supiera de Dionisio
o si solamente hubiese conocido a Apolo,
si no hubiera sentido la cólera en su mirada,
la ira dibujando sus irascibles propósitos,
la envidia expuesta a la luz,
las largas noches transitadas en lo obscuro,
tal vez no hubiese comprendido nunca
la certidumbre verdadera que encierra esa sonrisa;
un simple rayo de luz
dibujando el hilo de sus propias sombras.

Carmen López escribió:



Había en mí una sonrisa cierta
nunca ocupada por serviles gestos,
pájaro o espuma en el rumbo de mis labios,
ni conducida jamás por el amor en el que ando,
ni reducida a pedazos de “coriandoli “ tirados desde el cielo,
ni condenada a la gracia de ningún dios mentiroso
o verdadero, en el que descarnarme o hacerme hueso,
ni borrada por cualquier avatar, tormenta o espejismo,
o derramada al mar de los deseos.
Una sonrisa puesta por el sol,
por las nubes y sus cielos infinitos,
por el verde de campos nacientes a la luz
donde la brisa acaricia los campos de avena
y el equino pasea desnudo en libertad.
Una sonrisa cierta, agitada a veces
por un mar encrespado y un oleaje alto
que indefectiblemente nos golpea
y por los diminutos granos de arena
que naufragan en mis pasos,
una sonrisa cierta con la que observar el mundo,
tan cierta, como el pie debajo de su propio escombro.
Si yo nada supiera de Dionisio
o si solamente hubiese conocido a Apolo,
si no hubiera sentido la cólera en su mirada,
la ira dibujando sus irascibles propósitos,
la envidia expuesta a la luz,
las largas noches transitadas en lo obscuro,
tal vez no hubiese comprendido nunca
la certidumbre verdadera que encierra esa sonrisa;
un simple rayo de luz
dibujando el hilo de sus propias sombras.

Una sonrisa puesta por el sol,
por las nubes y
sus cielos infinitos,
por el verde de campos nacientes a la luz
donde la
brisa acaricia los campos de avena
y el equino pasea desnudo en libertad.

UN PLACER PASAR PORTU POEMA...

HASTA BARCELONA, CARIÑOSO ABRAZO FRATERNAL... Gallnnet

Qué belleza, Carmen, menudo poema has escrito. Retrato de lo que está siempre a salvo de cada uno, en cada uno, esa luz íntima que trasciende lo racional; ése impulso que entre ráfaga y ráfaga de tiempo asoma un rasgo de su corona, la sonrisa, la mecedora del mundo, la certeza de una promesa ya cumplida. Una verdadera gozada de lectura. Abrazón.

MMartinezGo escribió:Hay cosas intrínsecas al ser, a nuestra naturaleza, indeleble a cualquier
contrariedad por muy negativa que esta sea, incluso, como bien expones
es en ese contraste cuando mas se acentúa lo que en nosotros perdura.
Bellísimo poema, amiga.
Un abrazo.

Muy cierto, Miguel Ángel, viven en nosotros cosas intrínsecas e indelebles que no pueden perderse por esos caminos...porque simplemente nos pertenecerán siempre, allá donde vayamos, quizás no es mucho equipaje una sonrisa, pero, es una forma de observar el mundo.
Me alegra, especialmente, si te gustó el poema.

Un abrazo.

Carmen

Una sonrisa que te ha dado pie a un excelente poema. Lo he disfrutado. Unha forte aperta.

Pilar Morte escribió:Una sonrisa auténtica se desliza en cada verso y nos habla de una realidad verdadera.
Un poema precioso que he disfrutado.
Besos
Pilar

Gracias, Pilar, tu presencia es lo precioso. Gracias por estar.
Besos.

Carmen

Manuel Sánchez escribió:Carmen, creo que debes empezar de inmediato a escribir una novela. Y que debes escribirla como has escrito este poema. No lo digo por decir, amiga.
Me gustaría ser su primer lector. Creo que eres muy buena en esa disciplina.

Te dejo un abrazo fuerte.

Jaja, Gracias Manuel, debes tenerme mucho cariño, yo te lo agradezco amigo mío, pero, sería una novela insufrible seguro, soy muy negada con las acciones. He escrito alguna que otra cosa, Manuel, lo reconozco, pero, se parecen más a las primeras películas de Ingmar Bergman que otra cosa....nunca pasa nada, y al final hay que ponerles voz en off para entenderlas.
Pero, te agradezco mucho, siempre, tu presencia.

Un abrazote grande, amigo.

Carmen

Mitsy Grey escribió:Carmen, una hermosa REVELACIón este poema tuyo, solo alcanzable después de haber andado muchos caminos y atrevesaso tierras de lágrimas.
Felicitaciones en forma y contenido... y mis besos a tu pluma y
a tu espectro, que es tu alma.

Mitsy, con cariño

Vaya! pues muchas gracias Misty por esa referencia al alma, creo que la tengo, jajja, como todo el mundo, aunque en estos momentos parece ser que las almas estén un poco devaluadas, jaja. En cuanto a los caminos de lágrimas, afortunadamente mi vida está siempre en movimiento, creo que he vivido muchas cosas buenas y por supuesto malas, también. Te agradezco mucho tu presencia entre mis cosas y tu tiempo de lectura.

Un abrazo grande.

Carmen

Virginia Nas escribió:

Carmen López escribió:



Había en mí una sonrisa cierta
nunca ocupada por serviles gestos,
pájaro o espuma en el rumbo de mis labios,
ni conducida jamás por el amor en el que ando,
ni reducida a pedazos de “coriandoli “ tirados desde el cielo,
ni condenada a la gracia de ningún dios mentiroso
o verdadero, en el que descarnarme o hacerme hueso,
ni borrada por cualquier avatar, tormenta o espejismo,
o derramada al mar de los deseos.
Una sonrisa puesta por el sol,
por las nubes y sus cielos infinitos,
por el verde de campos nacientes a la luz
donde la brisa acaricia los campos de avena
y el equino pasea desnudo en libertad.
Una sonrisa cierta, agitada a veces
por un mar encrespado y un oleaje alto
que indefectiblemente nos golpea
y por los diminutos granos de arena
que naufragan en mis pasos,
una sonrisa cierta con la que observar el mundo,
tan cierta, como el pie debajo de su propio escombro.
Si yo nada supiera de Dionisio
o si solamente hubiese conocido a Apolo,
si no hubiera sentido la cólera en su mirada,
la ira dibujando sus irascibles propósitos,
la envidia expuesta a la luz,
las largas noches transitadas en lo obscuro,
tal vez no hubiese comprendido nunca
la certidumbre verdadera que encierra esa sonrisa;
un simple rayo de luz
dibujando el hilo de sus propias sombras.

, jajajja, gracias Virginia por tu tiempo, por estar.
Un abrazo.

Carmen

Gallardo Chambonnet escribió:

Carmen López escribió:



Había en mí una sonrisa cierta
nunca ocupada por serviles gestos,
pájaro o espuma en el rumbo de mis labios,
ni conducida jamás por el amor en el que ando,
ni reducida a pedazos de “coriandoli “ tirados desde el cielo,
ni condenada a la gracia de ningún dios mentiroso
o verdadero, en el que descarnarme o hacerme hueso,
ni borrada por cualquier avatar, tormenta o espejismo,
o derramada al mar de los deseos.
Una sonrisa puesta por el sol,
por las nubes y sus cielos infinitos,
por el verde de campos nacientes a la luz
donde la brisa acaricia los campos de avena
y el equino pasea desnudo en libertad.
Una sonrisa cierta, agitada a veces
por un mar encrespado y un oleaje alto
que indefectiblemente nos golpea
y por los diminutos granos de arena
que naufragan en mis pasos,
una sonrisa cierta con la que observar el mundo,
tan cierta, como el pie debajo de su propio escombro.
Si yo nada supiera de Dionisio
o si solamente hubiese conocido a Apolo,
si no hubiera sentido la cólera en su mirada,
la ira dibujando sus irascibles propósitos,
la envidia expuesta a la luz,
las largas noches transitadas en lo obscuro,
tal vez no hubiese comprendido nunca
la certidumbre verdadera que encierra esa sonrisa;
un simple rayo de luz
dibujando el hilo de sus propias sombras.

Una sonrisa puesta por el sol,
por las nubes y
sus cielos infinitos,
por el verde de campos nacientes a la luz
donde la
brisa acaricia los campos de avena
y el equino pasea desnudo en libertad.

UN PLACER PASAR PORTU POEMA...

HASTA BARCELONA, CARIÑOSO ABRAZO FRATERNAL... Gallnnet

Muy amable, poeta, te agradezco mucho tu presencia en este intento de poema y tu tiempo de lectura.

Un cariño hasta Panamá

Carmen