Editorial Alaire

Sugiero además que escribir sea
el devenir impávido hacia una gota fría,
que escribir traiga al espíritu de la violencia
(y la frase no debiera ser mía) para empuñar
esta intemperie a cielo nublado.
Así la invernada, la hostilidad, la vigilia
se terminan y no llegan a ser amor ni nada.
Por lo menos eso. Que así consigamos
ver cuando los malos entendidos estallan
la suavidad del musgo. Forzar a que un cielo
de papa, de madera muda sepa armar vacíos
o el espesor de la luz o que una fascinación
creciendo color ópalo se pueda empezar a decir
para nombrar huesos sobre el aire tendido,
fechas borrosas incumplidas. Un cielo roto de sal,
un cielo estancado es la voz de este país inventado
acuoso, frágil y por romperse.

Magnífico amigo, es un placer leerte, siempre tus versos conmueven, un abrazo.

"... Un cielo roto de sal,
un cielo estancado es la voz de este país inventado
acuoso, frágil y por romperse...."


Debe ser un virus tremendo Macedonio, porque ni te cuento en éste (país, digo) el cielo ya no aguanta más, ni la tierra, ni las personas.

Fuerte abrazo mediterráneo.

Lo auténtico es que de repente uno empieza a hablar en voz alta y de golpe empieza el poema pero el poema es sólo una fracción, una carita de sol nublado en la ventana veloz.
Es el mismo principio de la impregnación, el soportar los sentidos en elementos que están cuando uno no quiere más que la abstracción hostil, la justicia o el amor como una lágrima de piedra antigua que nos afila la queja hasta agotar el cuerpo, las palabras, la razón, y entonces, después, la dura bonhomía, la que da un paso y rearma el cielo ése, el que es de todos, lo mires desde donde lo mires. Abrazo grande.

Gracias Manuel. Tú siempre presente apoyando.

Gracias Concha, siempre regalas imágenes grandiosas y uno se lleva de tus comentarios más de lo que ha podido dar

Precioso poema, Macedonio. A mí la transparencia y el tono de tu firme y suave voz poética me llevo a pensar en la necesidad humana de aceptar nuestra vulnerabilidad y desnudez, y no a negarla como suele suceder. Escribir nos hace humanos, vulnerables.

Te envío un abrazo.

Macedonio, una explosión de sensaciones, romper esquemas eso me parece tu poema. un placer pasar por tu obra.
javier

Macedonio es un poema sincero y reflexivo, escrito con la habitual maestría de tu saber hacer poético.

Como siempre un acierto leerte.

Un abrazo.