Editorial Alaire

Hoy


Hoy he tomado la dirección contraria.
Me preparo café.
¿Cuanto hacía? Tanto, que ya no lo recuerdo.

Me acerco a los cristales,
quiero ver,
adivinar la mar a través de tu nombre,
que he escrito en sus caras frías.

Escucho su gemir, la cautivada,
la eterna prisionera de la playa,
como yo de tu recuerdo.

Es a ella a quien le entrego la rosa,
la rosa matutina que hoy no te envío.

No sólo me duele el corazón,
me duele el alma.
Me duelen las manos, de tan apretadas,
de tan contraídas.
Me duele la negación a mi deseo.

Respiro hondo, hondo, muy hondo.
Busco la paz en tu recuerdo.
¡Tu recuero!. Tu recuerdo que me rodea
como las mariposas nocturnas,
en las noches sofocantes o cálidas de los veranos, rodean la luz.

Cierro los ojos, y recuerdo.
Recuerdo palabras, sensaciones, aromas.

Y aun en los cristales, tu nombre,
nítido, claro, conciso.
El nombre por el que yo te reconozco:

amado, amado, amado.

[© Indah. Enero de 2001]

Siempre Blanca. Qué bien escribía nuestra queridísima amiga.
Gracias por recordárnosla, amiga Marisa.
Abrazos.

Rafel Calle escribió:
Siempre Blanca. Qué bien escribía nuestra queridísima amiga.
Gracias por recordárnosla, amiga Marisa.
Abrazos.

Sí Rafel, ella era muy buena y un importante referente en el que mirarse.
Gracias por pasar y decir.
Abrazos.