Editorial Alaire

Guardaba en secreto, como si se tratase
del mayor y más grande, de todos los misterios,
en el vacío cajón de su mesilla,
un polvoriento y diminuto corazón de loza y arcilla,
que día a día, a horas convenidas,
cuando volvía a casa desde su trabajo.
sostenía unos minutos, contra su regazo,
entre sus viejas manos, cansadas y vacías.
Mientras tanto, un cuadro de Dalí
-el único testigo mudo de la escena-
la contemplaba a diario, colgado en la pared.
Estaba convencida de que aquel artefacto
anclado en el más remoto de los pasados
y pasado hacía mucho tiempo de moda,
que él le regalara un día en prueba de su amor
envuelto entre celofanes y cintas de color,
contenía, todos los posibles latidos
del mundo, en su interior.
Y día tras día, semana a semana,
fueron pasando así, uno tras otro, los años.
Mientras, ella seguía aguardando
que él viniera a buscarla,
montado a lomos de un caballo blanco,
como - entre burbujas de jabón
y sonrisas de algodón-
aquel fatídico día de primavera
en que él partió, entre susurros, le prometiera.
Pero, un mal día, al volver de la oficina,
sentada al filo de la cama,
abrió aquel cajón viejo y discreto
y al sacar el corazón de su pequeño lecho
sus manos torpes, tropezaron
y la pieza de loza y arcilla
se le resbaló de sus temblorosos dedos
y cayó al suelo, para hacerse en mil pedazos,
entre trozos diminutos y polvo enamorado,
ella cerró sus ojos y apretó las manos,
aguardando al funesto y cruel destino,
esperando una muerte segura, que no se produjo.
Mientras, en la vieja y gastada pared
de su cuarto pequeño y oscuro,
aquel cuadro de Dalí , que ella nunca comprendiera
con un reloj marrón derritiéndose bajo la luz del sol,
de mirada socarrona y burlesca,
con su sonrisa cínica y grotesca,
no dejaba, ni por un segundo, de observarla.

Ay, el tiempo mira y su brillo es implacable. Hermoso y cercano; lleva un corte de vida que de alguna manera nos toca las manos a todos. La espera, su vanguardia sentimental; los restos de la promesa, los dados poblando el tablón del azar.

Entrañable y valioso tu aporte, Carmen. Gracias miles por compartir.

Abrazos, querida poeta.

Es un bello relato. No me ha gustado el término artefacto para una delicada y querida reliquia, es duro y demasiado genérico; yo consideraría el sustituirlo. Revisa algún defecto gramatical ( Por ejemplo yo diría que para adquirir sentido se precisa un- como *aquel fatídico día de primavera*- *se tropezaron* se no es necesario) y nada más. Lo he leído varias veces con atención y cariño y aparte de repetirte que me ha gustado mucho solo esas dos cositas. Un gusto

Hallie Hernández Alfaro escribió:Ay, el tiempo mira y su brillo es implacable. Hermoso y cercano; lleva un corte de vida que de alguna manera nos toca las manos a todos. La espera, su vanguardia sentimental; los restos de la promesa, los dados poblando el tablón del azar.

Entrañable y valioso tu aporte, Carmen. Gracias miles por compartir.

Abrazos, querida poeta.

Gracias, Hallie por ese aliento que siempre me llega. El tiempo, sí, una medida subjetiva...
Un placer siempre el compartir por estos lares.

Abrazos, muchos y felicidad

Virginia Nas escribió:Es un bello relato. No me ha gustado el término artefacto para una delicada y querida reliquia, es duro y demasiado genérico; yo consideraría el sustituirlo. Revisa algún defecto gramatical ( Por ejemplo yo diría que para adquirir sentido se precisa un- como *aquel fatídico día de primavera*- *se tropezaron* se no es necesario) y nada más. Lo he leído varias veces con atención y cariño y aparte de repetirte que me ha gustado mucho solo esas dos cositas. Un gusto

Gracias, Virginia por pasar por el escrito y comentarlo. Entiendo que no te guste el término artefacto, a mí tampoco me gusta, pero, tiene su qué en la historia, ya que la protagonista está convencida de que es lo que hace mover todos los corazones y girar el mundo, como si de una máquina se tratase, bueno, así lo imaginé, así que a pesar de que suscita ternura el personaje, no lo cambiaré. En cuanto a la frase, que me indicas....el "como" estaba escrito antes, he puesto unos guiones, porque se perdía el hilo y he visto que no se entendía, gracias. Y el tropezaron está corregido, porque el "se" era totalmente innecesario. Muchas gracias, por los remiendos al escrito y por tu tiempo de lectura, que te agradezco mucho.[img]images/smiles/icon_biggrin.gif[/img]

Un abrazo grande.

Carmen

Gracias a ti, espero que hagas lo mismo con mis temas.

...entre trozos diminutos y polvo enamorado


Cuán hermosa y afortunada esta frase para representar -en una misma imagen- la persistencia del amor
y el inexorable efecto que produce el tiempo sobre todo objeto.

Trajo a mi emoria lo que una vez leí respecto a unas flores halladas sobre el pecho de una momia,
en un sarcófago egipcio, que se hicieron polvo en las manos del arqueólogo...
polvo enamorado, sin duda.

Exquisita la imagen del tiempo que espía -socarronamente- a través del reloj derretido de Dalí.

Queridísima Carmen, otro reloj, más sólido, pero igualmente empeñado en hacerme polvo el disfrute,
me obliga a despegarme de aquí para iniciar la faena, no sin antes enviarte
mi entrañable abrazo y agradecimiento por permitirme iniciar la semana
con esta cálida ternura que despertó en mi esta pieza

Arturo Rodríguez Milliet escribió:...entre trozos diminutos y polvo enamorado


Cuán hermosa y afortunada esta frase para representar -en una misma imagen- la persistencia del amor
y el inexorable efecto que produce el tiempo sobre todo objeto.

Trajo a mi emoria lo que una vez leí respecto a unas flores halladas sobre el pecho de una momia,
en un sarcófago egipcio, que se hicieron polvo en las manos del arqueólogo...
polvo enamorado, sin duda.

Exquisita la imagen del tiempo que espía -socarronamente- a través del reloj derretido de Dalí.

Queridísima Carmen, otro reloj, más sólido, pero igualmente empeñado en hacerme polvo el disfrute,
me obliga a despegarme de aquí para iniciar la faena, no sin antes enviarte
mi entrañable abrazo y agradecimiento por permitirme iniciar la semana
con esta cálida ternura que despertó en mi esta pieza

Amigo mío, tu natural amabilidad para conmigo y mis letras son mucho más de lo que merecen estos humildes intentos, y no sabría agradecerte tu gentileza. Me ha encantado el detalle de contarme lo que una vez leíste de las flores en el sarcófago egipcio, me encantan estos relatos, los escucharía a todas horas...gracias por compartirlos conmigo.
Espero que tu semana fuera relajada y te agradezco mucho estos detalles que para conmigo tiene tu bondad.

Un abrazo. grande, grande.

Carmen

Amiga Carmen, no me considero capacitado para dar una opinión técnica sobre
lo que has escrito, pero si puedo decirte que como simple lector me enganchó de principio a fin.
Lo he leído varias veces.
Me gustó el ambiente que describes, con ese cuadro que cuelga de Dalí que al final
observa lo ocurrido.
Un abrazo

MMartinezGo escribió:Amiga Carmen, no me considero capacitado para dar una opinión técnica sobre
lo que has escrito, pero si puedo decirte que como simple lector me enganchó de principio a fin.
Lo he leído varias veces.
Me gustó el ambiente que describes, con ese cuadro que cuelga de Dalí que al final
observa lo ocurrido.
Un abrazo

Miguel Ángel, a mí las opiniones técnicas tampoco me dicen mucho, quiero decir que a posteriori, sí puedo ver las mejoras sugeridas, pero, cuando vuelva a escribir, seguramente, cometeré los mismos errores...me confieso reincidente.
Me hizo ilusión si te gustó, te agradezco las lecturas (si lo leíste varias veces, quiere decir que seguramente no estaría bien escrito, o no me expresé con corrección, cosa probable), pero me alegra si te enganchó, aquí en prosa hay menos gente, pero, hay verdaderos textos magníficos, es un sitio de Alaire que yo suelo disfrutar mucho.
Un abrazo.

Carmen

Que placer encontrar este relato tan hermoso y sensible. Un talisman contra el tiempo y el olvido, una música muda que teletransportara, un guiño que atrapara una luz cegadora. En esa liturgia que describes tan bien, hay un espacio, un momento, en el que el devenir no cuenta, en el que los frutos aun no han madurado, en el que lo imposible hunde sus raíces para enramarse en muchos posibles de muchos días sentidos. ¿Cómo seguir viviendo tras perder esta conexión con algo que permanece fuera de todo y ancla al espíritu en lucha? Se palpa esa desazón última, en la que el faro se apaga, y queda el casco agujereado dispuesto a la zozobra.
Un beso querida Carmen, un placer siempre leerte.

Gracias por pasarte, Ventura, por tus palabras, por entender....por tu tiempo para el poema.

Un beso, amigo.

Carmen