Aquella tarde.
Publicado: Jue, 25 Sep 2014 12:38
Ha sucedido una tarde.
Sí, una tarde cualquiera sin fecha y sin esbozo,
que yo le pongo nombre por la necesidad funesta
que me exige el archivo del recuerdo.
Todos los candelabros eran sordos.
Las luces no eran, sino chatarra y musgo.
¿Qué despiadada sucesión de antorchas
tuvo la tarde aquella?
Se congeló el reloj de la indolencia,
sí,
inexplicablemente fue de nuevo tierra virgen
y todos mis soles
y todos mis telares,
se llenaron de líbelulas de plata
en júbilo impreciso, pero cierto.
¿Cómo ponerle un nombre?
¿Dónde buscar la punta
de este pedernal que ahonda entre mi sangre
y que al ahondar, remueve roca y hierba?
Sólo sé que fue una tarde
y no recuerdo la fecha
ni la hora
ni el sabor del polvo que vagaba en el asfalto
o el crujir de las puertas
ni el rumor de los grillos.
Es a ti quien recuerdo.
Es a tu palabra,
es la fiesta manchada por el verde
disuelto en tus pupilas,
es, la boca que devora,
cuanto existió y existe en mis entrañas.
Alberto Madariaga
(2014)
a Nadia
Sí, una tarde cualquiera sin fecha y sin esbozo,
que yo le pongo nombre por la necesidad funesta
que me exige el archivo del recuerdo.
Todos los candelabros eran sordos.
Las luces no eran, sino chatarra y musgo.
¿Qué despiadada sucesión de antorchas
tuvo la tarde aquella?
Se congeló el reloj de la indolencia,
sí,
inexplicablemente fue de nuevo tierra virgen
y todos mis soles
y todos mis telares,
se llenaron de líbelulas de plata
en júbilo impreciso, pero cierto.
¿Cómo ponerle un nombre?
¿Dónde buscar la punta
de este pedernal que ahonda entre mi sangre
y que al ahondar, remueve roca y hierba?
Sólo sé que fue una tarde
y no recuerdo la fecha
ni la hora
ni el sabor del polvo que vagaba en el asfalto
o el crujir de las puertas
ni el rumor de los grillos.
Es a ti quien recuerdo.
Es a tu palabra,
es la fiesta manchada por el verde
disuelto en tus pupilas,
es, la boca que devora,
cuanto existió y existe en mis entrañas.
Alberto Madariaga
(2014)
a Nadia