Editorial Alaire

Pienso en ella este día de lluvia
tan lejana en la distancia
y el tiempo.
Pienso en ella, aterida bajo el diluvio,
rubia y melancólica.
Murió una joven primavera, dicen
los testigos que con los ojos secos
de ver horrores.
La recuerdo atrapando orugas
en jardines difusos, recolectando
caracoles y persiguiendo
lagartos verdes.
Pienso en ella, niña que no pudo
ser mujer porque la muerte quiso
llevarla a su palacio de sombras.
La recuerdo sentada a mi lado, lela,
escuchando las historias del abuelo.
Posaba su mano hirviente sobre
la mía y yo, lelo, contemplaba
el brillo de su trenza y el perfil
de sus labios.
Pienso en ella este día de lluvia,
la imagino perdida en una niebla
purpura repitiendo mi nombre.

Emotivo y sobrecogedor poema. Un gusto leerte
Besos
Pilar

¡Qué triste, Ernesto! Por Dios, me has tocado hondo el alma...
sabes como llegar y eso habla de un gran poeta y yo sé
que tú lo eres... Un fuerte abrazo, a la distancia...
cuando yo no esté sobre esta tierra, los que me conozcan
sabrán que los días de lluvia, estaré danzando descalza
sobre algún charco de agua con mis cabellos rubios
y mis ropas empapadas, haciendo rondas con las gotas
de agua... pues ella... la lluvia es mi amiga y compañeta
desde el nacimiento y supongo que en la muerte,,, más.

Mi abrazo y mi felicitación por este adagio que
cala hondo.

Mitsy

Gracias estimada Pilar por tu buen comentario.
Saludos cordiales

Precioso poema, tan triste como hermoso y perfecto en su expresión.
Saludos cordiales, Ernesto, y mi aplauso.

Alberto Chicharro Vilches escribió:Precioso poema, tan triste como hermoso y perfecto en su expresión.
Saludos cordiales, Ernesto, y mi aplauso.

Gracias Alberto por tu buen comentario.
Saludos

Mitsy Grey escribió:¡Qué triste, Ernesto! Por Dios, me has tocado hondo el alma...
sabes como llegar y eso habla de un gran poeta y yo sé
que tú lo eres... Un fuerte abrazo, a la distancia...
cuando yo no esté sobre esta tierra, los que me conozcan
sabrán que los días de lluvia, estaré danzando descalza
sobre algún charco de agua con mis cabellos rubios
y mis ropas empapadas, haciendo rondas con las gotas
de agua... pues ella... la lluvia es mi amiga y compañeta
desde el nacimiento y supongo que en la muerte,,, más.

Mi abrazo y mi felicitación por este adagio que
cala hondo.

Mitsy

Gracias estimada Mitsy por tu comentario y me alegro de haberte tocado hondo el alma pues ese es mi principal objetivo, llegar , penetrar , dejar una reflección , arrancar un suspiro o una sonrisa, gracias por considerarme un gran poeta pero me considero promedio cuando leo a tantos buenos, incluida tú.
Un gran abrazo amiga.
Te deseo lo mejor.

Ernesto Ravelo escribió:Pienso en ella este día de lluvia
tan lejana en la distancia
y el tiempo.
Pienso en ella, aterida bajo el diluvio,
rubia y melancólica.
Murió una joven primavera, dicen
los testigos que con los ojos secos
de ver horrores.
La recuerdo atrapando orugas
en jardines difusos, recolectando
caracoles y persiguiendo
lagartos verdes.
Pienso en ella, niña que no pudo
ser mujer porque la muerte quiso
llevarla a su palacio de sombras.
La recuerdo sentada a mi lado, lela,
escuchando las historias del abuelo.
Posaba su mano hirviente sobre
la mía y yo, lelo, contemplaba
el brillo de su trenza y el perfil
de sus labios.
Pienso en ella este día de lluvia,
la imagino perdida en una niebla
purpura repitiendo mi nombre.

Profundo, total, espléndido poema. Un acierto leerte.
Abrazos, poeta

Liz Barrio. escribió:

Ernesto Ravelo escribió:Pienso en ella este día de lluvia
tan lejana en la distancia
y el tiempo.
Pienso en ella, aterida bajo el diluvio,
rubia y melancólica.
Murió una joven primavera, dicen
los testigos que con los ojos secos
de ver horrores.
La recuerdo atrapando orugas
en jardines difusos, recolectando
caracoles y persiguiendo
lagartos verdes.
Pienso en ella, niña que no pudo
ser mujer porque la muerte quiso
llevarla a su palacio de sombras.
La recuerdo sentada a mi lado, lela,
escuchando las historias del abuelo.
Posaba su mano hirviente sobre
la mía y yo, lelo, contemplaba
el brillo de su trenza y el perfil
de sus labios.
Pienso en ella este día de lluvia,
la imagino perdida en una niebla
purpura repitiendo mi nombre.

Profundo, total, espléndido poema. Un acierto leerte.
Abrazos, poeta

Gracias estimada Liz por tu bello comentario que aprecio.
Te deseo lo mejor
Saludos