TRES CORAZONES.
Publicado: Vie, 19 Sep 2014 18:44
Tres corazones.
Muchacha: ¿Quieres flores por un deseo?
Joven (la mira y suspira): Son rosas, no las quiero.
Muchacha (conmovida): ¿Y el deseo?
Joven: Tengo el mismo. No puedo.
Martín (con las manos heridas, distante a unos metros): Tengo las mismas rosas. Con más espinas que pétalos.
(Ambos se alejan. Martín se queda quieto.)
Muchacha (alegrada por verlo): Quiero navegar un lago, blanco de cisnes.
(El joven con dos remos, impetuoso la sigue.)
Joven: ¿Qué más quieres? Sonriente le dice.
Muchacha (eufórica): ¡Cielos limpios!
Martín: Yo solo tengo grises.
(Ella elije.)
Uno muere. Otro vive.
(Ella le da flores,
y él las recibe.)
Se aman. Se quieren.
Martín (sollozante): Un sueño de paz. La noche de siempre.
Amanecen mis ojos, en un rocío leve.
Ciérralos. Deja que sueñen.
-Y un año, se le hace meses.-
Martín (arrepentido): Mi tiempo agota.
Joven: El nuestro crece.
Muchacha: Da caricias.
Martín (funesto): El mío duele.
-Y otro año, que lo siente dos veces.-
(Tanta espera,
hace que rece.)
Martín (con las manos desangrando): Las estrechare con fuerza. Difícil que se vuelen.
(Son sus rosas, de triste césped.)
Joven: Ven, ¡ahora tú me sigues!
Muchacha: A las cumbres, y declives.
Martín extiende
su mano repleta.
De cicatrices,
de flores viejas.
Esta él, y un paisaje.
Adornado de tristeza.
Y con un adolorido ceño
la mirada no le suelta.
Ambos desaparecen
escapando en la pradera.
En su rostro el lecho
de un Danubio de pena.
Y como el humo de un disparo
la brisa se los lleva.
Deja muerte
y una herida abierta.
(Como dos pequeñas sombras,
que el sol descuida.)
Huyen.
Moribundo la mira.
Ve un sueño fugando
de sus pequeñas pupilas.
-Y otro año, se le hace vida.-
Muchacha: ¿Quieres flores por un deseo?
Joven (la mira y suspira): Son rosas, no las quiero.
Muchacha (conmovida): ¿Y el deseo?
Joven: Tengo el mismo. No puedo.
Martín (con las manos heridas, distante a unos metros): Tengo las mismas rosas. Con más espinas que pétalos.
(Ambos se alejan. Martín se queda quieto.)
Muchacha (alegrada por verlo): Quiero navegar un lago, blanco de cisnes.
(El joven con dos remos, impetuoso la sigue.)
Joven: ¿Qué más quieres? Sonriente le dice.
Muchacha (eufórica): ¡Cielos limpios!
Martín: Yo solo tengo grises.
(Ella elije.)
Uno muere. Otro vive.
(Ella le da flores,
y él las recibe.)
Se aman. Se quieren.
Martín (sollozante): Un sueño de paz. La noche de siempre.
Amanecen mis ojos, en un rocío leve.
Ciérralos. Deja que sueñen.
-Y un año, se le hace meses.-
Martín (arrepentido): Mi tiempo agota.
Joven: El nuestro crece.
Muchacha: Da caricias.
Martín (funesto): El mío duele.
-Y otro año, que lo siente dos veces.-
(Tanta espera,
hace que rece.)
Martín (con las manos desangrando): Las estrechare con fuerza. Difícil que se vuelen.
(Son sus rosas, de triste césped.)
Joven: Ven, ¡ahora tú me sigues!
Muchacha: A las cumbres, y declives.
Martín extiende
su mano repleta.
De cicatrices,
de flores viejas.
Esta él, y un paisaje.
Adornado de tristeza.
Y con un adolorido ceño
la mirada no le suelta.
Ambos desaparecen
escapando en la pradera.
En su rostro el lecho
de un Danubio de pena.
Y como el humo de un disparo
la brisa se los lleva.
Deja muerte
y una herida abierta.
(Como dos pequeñas sombras,
que el sol descuida.)
Huyen.
Moribundo la mira.
Ve un sueño fugando
de sus pequeñas pupilas.
-Y otro año, se le hace vida.-