En tránsito

[Néstor]

Aún sigo
el caer de una hoja desde el árbol anónimo,
rescatando gaviotas (de infantiles momentos)
evocando naranjas, luminosas y amargas,
odiando los candados y las palabras huecas.

Perdí tantas distancias heridas por destino,
sepulté tantas risas bajo tierras ajenas
cargando en la mochila cada uno de los miedos,
que podría mi médula vacilar su disputa.

Pero pienso en las horas que aún permanecen vírgenes
en las puertas abiertas
en las alas dispuestas
en ángeles armados con sus justas balanzas
en la aurora que pinta su quietud, aguardándome
y dejo andar mi paso
-discípulo de tantos-
sobre todas las huellas.

[Concha Vidal]

¿ Podemos seguirte mi pamela, mi caracola, mi cangrejo y por supuesto, todas las olas?
¿Quizá somos demasiados?
Abrazos.
Verónica.

[Rafel Calle]

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Aún sigo
el caer de una hoja desde el árbol anónimo,
rescatando gaviotas (de infantiles momentos)
evocando naranjas, luminosas y amargas,
odiando los candados y las palabras huecas.

Perdí tantas distancias heridas por destino,
sepulté tantas risas bajo tierras ajenas
cargando en la mochila cada uno de los miedos,
que podría mi médula vacilar su disputa.

Pero pienso en las horas que aún permanecen vírgenes
en las puertas abiertas
en las alas dispuestas
en ángeles armados con sus justas balanzas
en la aurora que pinta su quietud, aguardándome
y dejo andar mi paso
-discípulo de tantos-
sobre todas las huellas.

................................................................

Excelente poema, amigo Néstor, que ha sido un placer leerte.
La verdad es que me ha gustado este poema de verso blanco polimétrico.
El ritmo es irregular; aunque consigues momentos estelares, como en los tres primeros versos, quinto, sexto, y a partir del decimotercero, no lo mantienes, como en los cuarto, séptimo y noveno.

En la primera estrofa los dos primeros gerundios no me parecen mal, pero el tercero, que, precisamente, es la palabra que cambia el monorritmo anapéstico de toda la estrofa, en el único isostiquio yámbico que habita en ella, pienso que, si no estuviera, nadie lo echaría en falta, lo mismo que el siguiente ''cargando'' en otro verso poco logrado rtímicamente en el contexto general del ritmo del poema.
Conceptualmente los versos aparecen con peso, la mayoría bellísimos, posibilitando imágenes muy evocadoras.
En fin, felicidades pr el trabajo.
Te mando un fuerte abrazo

[Pilar Iglesias de la Torr]

mi querido Néstor,

menos mal que alguien rescata esos sueños que se nos escaparon volando......mal nos veríamos si no, para fabricar el alba

mi beso en la distancia.............Pilar

[Néstor]

¿ Podemos seguirte mi pamela, mi caracola, mi cangrejo y por supuesto, todas las olas?
¿Quizá somos demasiados?
Abrazos.
Verónica.

Nunca han de ser demasiados los buenos amigos ni las buenas personas...

Un abrazo, Concha.

[Néstor]

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Aún sigo
el caer de una hoja desde el árbol anónimo,
rescatando gaviotas (de infantiles momentos)
evocando naranjas, luminosas y amargas,
odiando los candados y las palabras huecas.

Perdí tantas distancias heridas por destino,
sepulté tantas risas bajo tierras ajenas
cargando en la mochila cada uno de los miedos,
que podría mi médula vacilar su disputa.

Pero pienso en las horas que aún permanecen vírgenes
en las puertas abiertas
en las alas dispuestas
en ángeles armados con sus justas balanzas
en la aurora que pinta su quietud, aguardándome
y dejo andar mi paso
-discípulo de tantos-
sobre todas las huellas.

................................................................

Excelente poema, amigo Néstor, que ha sido un placer leerte.
La verdad es que me ha gustado este poema de verso blanco polimétrico.
El ritmo es irregular; aunque consigues momentos estelares, como en los tres primeros versos, quinto, sexto, y a partir del decimotercero, no lo mantienes, como en los cuarto, séptimo y noveno.

En la primera estrofa los dos primeros gerundios no me parecen mal, pero el tercero, que, precisamente, es la palabra que cambia el monorritmo anapéstico de toda la estrofa, en el único isostiquio yámbico que habita en ella, pienso que, si no estuviera, nadie lo echaría en falta, lo mismo que el siguiente ''cargando'' en otro verso poco logrado rtímicamente en el contexto general del ritmo del poema.
Conceptualmente los versos aparecen con peso, la mayoría bellísimos, posibilitando imágenes muy evocadoras.
En fin, felicidades pr el trabajo.
Te mando un fuerte abrazo

Estimado amigo,

te agradezco profundamente el análisis que has hecho sobre estos versos y las generosas palabras que me brindas. He jugado con tres pequeñas modificaciones que -pienso- aportan favorablemente.
Desde ya, te agradezco cualquier nuevo parecer.
Un abrazo.

Aún sigo
el caer de una hoja desde el árbol anónimo,
rescatando gaviotas (de infantiles momentos)
evocando naranjas, luminosas y amargas,
descartando candados y palabras sin eco.

Perdí tantas distancias heridas por destino,
sepulté tantas risas bajo tierras ajenas
(cargando en la mochila cada uno de los miedos)
que podría mi médula vacilar su disputa.

Pero pienso en las horas que aún permanecen vírgenes
en las puertas abiertas
en las alas dispuestas
en ángeles armados con sus justas balanzas
en la aurora que pinta su quietud, aguardándome

y dejo andar mi paso
-discípulo de tantos-
sobre todas las huellas.

[Néstor]

mi querido Néstor,

menos mal que alguien rescata esos sueños que se nos escaparon volando......mal nos veríamos si no, para fabricar el alba

mi beso en la distancia.............Pilar

Y por suerte hay ojos y sensibilidades como las tuyas donde se reflejan nuestros simples intentos.

Cariños.

[Tatiana Alvea]

Un final alegre y optimista, a pesar de las pérdidas y los miedos. Es un bonito poema. Resalto la última estrofa.

[Néstor]

Un final alegre y optimista, a pesar de las pérdidas y los miedos. Es un bonito poema. Resalto la última estrofa.

Gracias Tatiana por acercarte y dejarme tu alentador parecer.
Un abrazo y Felices Fiestas.

[JUANPABLO]

Aún sigo
el caer de una hoja desde el árbol anónimo,
rescatando gaviotas (de infantiles momentos)
evocando naranjas, luminosas y amargas,
odiando los candados y las palabras huecas.

Perdí tantas distancias heridas por destino,
sepulté tantas risas bajo tierras ajenas
cargando en la mochila cada uno de los miedos,
que podría mi médula vacilar su disputa.

Pero pienso en las horas que aún permanecen vírgenes
en las puertas abiertas
en las alas dispuestas
en ángeles armados con sus justas balanzas
en la aurora que pinta su quietud, aguardándome
y dejo andar mi paso
-discípulo de tantos-
sobre todas las huellas.

Querido Néstor:

La poesía
(como la magia),
será porque también la tiene,
no es, según yo,
para andarle buscando el qué y el porqué
de cada acento o cada coma;
ella te hace sentir
y te hace hablar
o bien te deja mudo,
pasmado.

También puede ocurrir
que no te diga nada,
y esa es la poesía
que a mí no me interesa.

Tu tránsito, amigo mío,
me deja suspendido,
en tránsito también
y reviviendo en mí
momentos que he vivido
sin haberlos descrito
y que tú me los pones esta tarde
vivos ante mis ojos.

Y veo mis mochilas
cargadas con mis miedos,
y esos candados que odié y sigo odiando,
y esa hoja que cae con su pena a cuestas,
y tantas horas vírgenes
que ya tengo archivadas...

Y si sigo tus huellas
seguiría encontrando tras tus pasos
palabras y vivencias
que tal vez nunca tuve tan presentes
como hoy al hallarme ante tu tránsito.

Felicidades y mi abrazo de hermano
en esta Navidad que se nos viene.

* * *

[Néstor]

Aún sigo
el caer de una hoja desde el árbol anónimo,
rescatando gaviotas (de infantiles momentos)
evocando naranjas, luminosas y amargas,
odiando los candados y las palabras huecas.

Perdí tantas distancias heridas por destino,
sepulté tantas risas bajo tierras ajenas
cargando en la mochila cada uno de los miedos,
que podría mi médula vacilar su disputa.

Pero pienso en las horas que aún permanecen vírgenes
en las puertas abiertas
en las alas dispuestas
en ángeles armados con sus justas balanzas
en la aurora que pinta su quietud, aguardándome
y dejo andar mi paso
-discípulo de tantos-
sobre todas las huellas.

Querido Néstor:

La poesía
(como la magia),
será porque también la tiene,
no es, según yo,
para andarle buscando el qué y el porqué
de cada acento o cada coma;
ella te hace sentir
y te hace hablar
o bien te deja mudo,
pasmado.

También puede ocurrir
que no te diga nada,
y esa es la poesía
que a mí no me interesa.

Tu tránsito, amigo mío,
me deja suspendido,
en tránsito también
y reviviendo en mí
momentos que he vivido
sin haberlos descrito
y que tú me los pones esta tarde
vivos ante mis ojos.

Y veo mis mochilas
cargadas con mis miedos,
y esos candados que odié y sigo odiando,
y esa hoja que cae con su pena a cuestas,
y tantas horas vírgenes
que ya tengo archivadas...

Y si sigo tus huellas
seguiría encontrando tras tus pasos
palabras y vivencias
que tal vez nunca tuve tan presentes
como hoy al hallarme ante tu tránsito.

Felicidades y mi abrazo de hermano
en esta Navidad que se nos viene.

* * *

Juan Pablo, querido amigo...
qué placer reencontrarme con tu recordada costumbre de versificar el eco de tu lectura...!

Muchas gracias por estar.
Un abrazo, lo mejor para ti. Feliz 2008.

[Francisco Lobo]

Ese final esperanzador, ese seguir las huellas, merece un aplauso. Feliz año, mi amigo. Un abrazo.

[Rafel Calle]

1ª versión.
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Aún sigo
el caer de una hoja desde el árbol anónimo,
rescatando gaviotas (de infantiles momentos)
evocando naranjas, luminosas y amargas,
odiando los candados y las palabras huecas.

Perdí tantas distancias heridas por destino,
sepulté tantas risas bajo tierras ajenas
cargando en la mochila cada uno de los miedos,
que podría mi médula vacilar su disputa.

Pero pienso en las horas que aún permanecen vírgenes
en las puertas abiertas
en las alas dispuestas
en ángeles armados con sus justas balanzas
en la aurora que pinta su quietud, aguardándome
y dejo andar mi paso
-discípulo de tantos-
sobre todas las huellas.


2ª versión.




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Aún sigo
el caer de una hoja desde el árbol anónimo,
rescatando gaviotas (de infantiles momentos)
evocando naranjas, luminosas y amargas,
descartando candados y palabras sin eco.

Perdí tantas distancias heridas por destino,
sepulté tantas risas bajo tierras ajenas
(cargando en la mochila cada uno de los miedos)
que podría mi médula vacilar su disputa.

Pero pienso en las horas que aún permanecen vírgenes
en las puertas abiertas
en las alas dispuestas
en ángeles armados con sus justas balanzas
en la aurora que pinta su quietud, aguardándome

y dejo andar mi paso
-discípulo de tantos-
sobre todas las huellas.

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el caer de una hoja desde el árbol anónimo

Alejandrino anapéstico (acentúa en tercera y sexta en los dos isostiquios (cada una de las partes iguales de un verso).
Algunos autores lo llaman alejandrino dactílico. Navarro Tomás dice que las sílabas anteriores al primer acento del verso, o sea, la primera y la segunda no cuentan, así, están en anacrusis. Para él, toda distribución del acento cada tres sílabas responde al ritmo dactílico. Efectivamente si se analiza el ritmo partiendo de la tercera sílaba y se tiene en cuenta que entre esta sílaba y la siguiente acentuada, es decir, la sexta, hay dos silabas átonas, se forma una cláusula dactílica. De ahí, el nombre de ritmo dactílico. Rafael de Balbín le apoya afirmando que esta parte del verso constituye el eslabón menos activo de su estructura expresiva y las variaciones que afectan al segmento del grupo melódico repercuten amortiguando la fuerza en el sistema impresivo de la estrofa. Yo no lo creo así, sino que, creo algo parecido a lo contrario. Ya iremos hablando de eso.
‘’Ca ER DEU na'', dos tónicas seguidas, porque al hacer sinalefa con una tónica ‘’U na’’ tonificamos la sílaba con que la hacemos. ‘’
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rescatando gaviotas (de infantiles momentos)
evocando naranjas, luminosas y amargas,
descartando candados y palabras sin eco.

Grupo versal monorrítmico anapéstico, perfecto.

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Perdí tantas distancias heridas por destino,

Verso alejandrino yámbico (acentúa en las sílabas pares en los dos isostiquios)
Digamos que ''tantas'' es átona.
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sepulté tantas risas bajo tierras ajenas

alejandrino anapéstico. ‘’bajo'' es átona.

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cargando en la mochila cada uno de los miedos)

Yo diría que ‘’cada’’ el tónica, si lo fuera el antirrítmico sería ‘’ DAU’’.
Si no consideramos tónica ‘’cada’’ el verso es un alejandrino yámbico, pero si la consideramos tónica, el verso será un alejandrino mixto, esto es, que lleva los acentos inamovibles en primera y sexta y, además, puede acentuar en tercera y cuarta.

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que podría mi médula vacilar su disputa.

Anapéstico perfecto.

...................................................

Pero pienso en las horas que aún permanecen vírgenes

Si hacemos la sinalefa triple que propones, nos quedará un alejandrino polirrítmico, o sea, acentuado de forma diferente en sus isostiquios.
La Real Academia dice que ‘’aún’’ (todavía) son dos sílabas, sin embargo, ‘’aun’’ (incluso) es una sílaba. Por tanto, esa sinalefa es, por lo menos, enorme…
Má allá de eso, personalmente, nunca hago sinalefa con ‘’a ún, porque prefiero declamarlo en solitario, de otro modo no me suena bien. Es el primer verso polirrítmico del poema.

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en las puertas abiertas
en las alas dispuestas
en ángeles armados con sus justas balanzas
en la aurora que pinta su quietud, aguardándome


Los dos heptas son anapésticos. El tercer verso es un alejandrino polirrítmico

El cuarto verso un alejandrino anapéstico.

SUGERENCIA.
en las puertas abiertas, en las alas dispuestas
en ángeles armados
con sus justas balanzas
en la aurora que pinta su quietud, aguardándome

De esta forma te queda un grupo versaL polirrítmico, de versos monorrítmicos

Y, si cambias, eL anterior verso polirrítmico, hasta aquí te quedará un poema de versos monorrítmicos y, sin embargo, de estrofas polirrítmicas, o sea, perfecto.


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y dejo andar mi paso
-discípulo de tantos-
sobre todas las huellas.

Otra vez, versos mono, para una estrofa polirrítmica.

En fin, ha sido un placer, amigo.
Te mando un fuerte abrazo.

[Néstor]

Ese final esperanzador, ese seguir las huellas, merece un aplauso. Feliz año, mi amigo. Un abrazo.

Estimado y admirado amigo, gracias por el aliento de tu paso.
Recibe un fuerte abrazo y mis mejores deseos poara ti y tu gente.

[Néstor]

Rafael

Dejo una nueva versión de este poema. Verás que he modificado el primer verso de la tercer estrofa, manteniendo la idea de la expresión pero respetando el ritmo del alejandrino anapéstico. También adopté tu sugerencia con respecto al grupo versal subsiguiente.

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Aún sigo
el caer de una hoja desde el árbol anónimo,
rescatando gaviotas (de infantiles momentos)
evocando naranjas, luminosas y amargas,
descartando candados y palabras sin eco.

Perdí tantas distancias heridas por destino,
sepulté tantas risas bajo tierras ajenas
(cargando en la mochila cada uno de los miedos)
que podría mi médula vacilar su disputa.

Pero pienso en las horas que maduran su espera
en las puertas abiertas, en las alas dispuestas
en ángeles armados
con sus justas balanzas
en la aurora que pinta su quietud, aguardándome

y dejo andar mi paso
-discípulo de tantos-
sobre todas las huellas.

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Un cordial saludo y gracias por tus aportes.