Editorial Alaire

Sí, en una palabra puede verse
que morir golpea a ser otro hueco,
otro temblor, palpar las dudas,
las costillas, la claridad perdida,
huellas que no encuentran su refugio.

“Usted no cree en la tristeza, Celia
(su odio impuro era sosiego disfrazado),
caminar cuesta porque el viento a veces
cruje en estos árboles días que se le mezclan
…se me ocurre que ya no volveré a verla,
que entonces… puedo hablar así.
(de sombras / se vistió de la lluvia o de pasto,
de honrosa furia, de palo enjabonado,
de caminación, alba, casi de poema y nada).
Ella lo dejaba hablar, la situación definida,
entonces miró sus ojos y que los iba a extrañar.

Hola amigo, un poema magnífico, a dos voces, a veces, como dos almas, que no se encontrarán jamás. Me ha gustado mucho. Un abrazo.

Cuando la tristeza se apodera de nosotros podemos recordar una sonrisa que sirva como bálsamo o entregarnos a ella y escuchar al Leonard Cohen de los días más oscuros o escribir un poema que intente decirnos cuando acaba el amor. El lenguaje poético no tiene por que ser críptico pero no es sencillo cuando se busca algo que no llega, cuando se insiste en nuestras inquietudes, tú lo haces siempre con las tuyas y nos dejas magníficos versos.
otro temblor, palpar las dudas,
las costillas, la claridad perdida,
huellas que no encuentran su refugio.
Un abrazo.

Un hermoso poema, Macedonio, el que nos regalas. Un placer deslizarme por tus versos
Abrazos
Pilar

Un gran trabajo, Macedonio.
El duo, las dos voces lo hace muy cercano, me gusta cuando las cosas no se miran fijas, crea libertad, proximidad, cercanía.

Un abrazo grande.

Carmen

Manuel Alonso escribió:Hola amigo, un poema magnífico, a dos voces, a veces, como dos almas, que no se encontrarán jamás. Me ha gustado mucho. Un abrazo.

gracias amigo, sos muy generoso

Como el petróleo que se eleva y flota, hay una membrana que no nos deja respirar, aqui expuesta con la prontitud de un cortometraje, donde se vislumbran el arrepentimiento, la caída fuera del tiempo. La alteración de planos le da un toque, a mi opinión, moderno que hace la lectura todavía más interesante. Me ha encantado, Carlos. Recibe mis abrazos sinceros y felicitaciones.

Cuando en un poema, en un poema, digo, aparece el estilo directo, es como si rascaras el tronco de una vela, porque la lógica más pura dice que la llamita de arriba es sólo la uña del iceberg, es decir, que se sabe fehaciente que el fuego va en la vena, que la mecha ya está ardiendo invisible bajo la cera, como si la otredad eligiera su sujeto debajo de una cara vuelta hacia un calor del otro lado. Quiero expresarme: cuando uno se libra de sus palabras y las cede a la "licencia poética" ( qué nombre más impuro para lo más puro y natural ), la verdad está armándose sin hacer ruido, pero ocupando más espacio que la voz, y más hondura que las palabras. Emociona, como mirar desde una torre configurada igual que uno de esos vasitos plegables de cuando niño, que lo ponías debajo de la fuente y de pronto lo estirabas sintiendo que vencías de súbito, efímeramente, todo un caudal. Como para seguir viviendo. Abrazón, Macedonio.