Editorial Alaire

Inmóvil en la pared, la bailarina.
Se desmarca del cuadro,
baja al suelo, apretada la boca,
fruncido el ceño, mansos los ojos
y gira, gira.
Es madrugada y solo ella y yo
disfrutamos su ópera-ballet.
Se levanta de puntas, pálida
y atrevida, mi mirada la persigue
por la habitación.
Queda desnuda, palpitante, le recito
un poema, sonríe y se va a un rincón
turbada.
Reaparece de rojo en el círculo de luz,
cercana, tibia.
La beso con furia, sigue siendo su peinado
torre de cuervos y sus labios ascuas
de la noche.
Rechinan los goznes del amanecer,
da un suspiro y escapa rumbo al cuadro.



De mi poemario
Visión del mediodía.

Hermoso poema Ernesto, muchas gracias por compartirlo,
Saludos

Precioso trabajo, Ernesto. La lectura gana emoción con cada verso.

Salud, felicidad y gracias por compartir.

Este hermoso poema es como un sueño hecho realidad. Un placer leerte.
Besos
Pilar

Qué belleza, Ernesto. Faérico, solitario, puro. Me ha encantado. Abrazos.

Gracias Simone por tu comentario.
Te aseguro que en la madrugada las personas de los cuadros se desmarcan.
Saludos cordiales

Hermoso poema de Ernesto.

Belleza y sensibilidad. Hermosa danza.
Feliz día y un abrazo,

Judit

Bello poema amigo, un placer y un abrazo.

Ernesto, un trabajo que ennoblece a su autor, FELICIDADES, poeta...
la realidad y la fantasía danzando juntas, dan por ventura una
bella fisonomía, que a solas, sin el concurso de ambas, resulta por demás de agobiante. Pero la poesía, todo lo puede!

Mitsy, saludo cordial

Un cuadro realmente hermoso, amigo Ernesto.
Desprenden mucha ternura todos sus momentos líricos.

Todo un placer de lectura.

Un abrazo.

Un bello y evocador poema Ernesto, un placer pasar por tus letras.
Un abrazo

Gracias Hallie por tu comentario el cual agradezco.
Saludos

Gracias Pilar por tu bello comentario.
Saludos

Gracias Bruno por tan buen comentario el cual agradezco.
Saludos amigo